Piso de estudiantes, ese lugar en el que empiezas a valorar la comida de tus padres y en el que te das cuenta de lo cara que es la vida. Llega la universidad y con ello el momento de tomar decisiones. Irte a otra ciudad implica buscar un alojamiento en el que residir durante tus años de carrera y escoger entre piso y residencia, o ambas cosas. Es el caso de estos tres estudiantes que ahora viven en A Coruña. Primero coincidieron en la residencia universitaria Elvira Bao, pero este año se lanzaron a la aventura.
Andrés (Tomiño, Pontevedra) y Nico (Ponteareas, Pontevedra) tienen 22 y 20 años, respectivamente, y son estudiantes de Ingeniería Informática en la UDC, mientras que el tercer integrante de la casa se llama Álex (Vigo, Pontevedra), tiene 21 años y cursa Arquitectura también en la UDC. Los tres se conocieron en la residencia, ubicada en la zona de Riazor, "bastante alejada de la Universidad", coinciden los compañeros.
En abril del año pasado ya tenían claro que el próximo curso 2024/25 compartirían piso. "En nuestro caso no tardamos mucho en encontrarlo, en mayo ya lo teníamos apalabrado", cuenta Andrés. En su opinión, el problema no es encontrar piso, es tener la capacidad de aceptar las condiciones que te piden. De ahí que este miércoles estudiantes universitarios de toda España estén llamados a una movilización a favor de "una vivienda digna", algo con lo que coinciden ests tres estudiantes y que no se perderán. En A Coruña será a las 12:00 horas en Obelisco.
No obstante, consiguieron un apartamento en Os Mallos a un minuto caminando de la parada de bus de la Universidad. Tuvieron "suerte". Fue por inmobiliaria, una experiencia que no repetirían. "Primero nos cobraron 50 euros por reservar la vivienda y luego un mes de fianza, todo ello antes de firmar ningún contrato", añade.
Nico, Álex y Andrés pagan en total 800 euros al mes de alquiler -casi 270 euros cada uno de mensualidad-. Todo ello sin gastos incluidos. Teniendo en cuenta que se trata de un piso amplio, con dos baños y tres habitaciones, consideran que no está tan mal. "Es caro, pero hemos visto cosas peores", señalan. De primeras, el inmueble parece estar en buen estado. "No está mal, aunque si te fijas en los detalles podrías estar mejor", ríen.
Buena convivencia
Por el momento llevan poco más de un mes de convivencia. "La cocina es lo que más se ensucia", aseguran. También confiesan que el resto de la casa no la han tocado mucho. En principio, no tienen pensado fijar un calendario de tareas como se suele hacer en otras viviendas. "El que ensucie lo limpia", comentan.
La compra también la hacen por separado. "Algunas cosas como el arroz, el papel higiénico o el aceite lo compartimos, pero luego cada uno se compra lo suyo", indica Álex. Nico se va todos los fines de semana a casa de sus padres, por lo que siempre que puede se trae algún que otro tupper, mientras que el resto varía: "A veces táper y otras nos cocinamos nosotros".
En este piso todo es buen rollo. No hubo problema ni por el reparto de habitaciones. "Más o menos son todas iguales, alguna con más luz que otra pero todas tienen lo suyo", explica Álex. El salón es donde pasan la mayor parte del tiempo juntos. No tienen televisor, ni falta que hace, porque lo que es conversación no le falta a este grupo de amigos.