Del 7 de octubre de 2023 al 7 de enero de 2024 la Fundación Barrié acogerá la exposición ‘Walk This Way’. Se trata de la colección privada de calzado histórico del estadounidense Stuart Weitzman, uno de los diseñadores de la élite del calzado de lujo junto a Louboutin o Blahnik, entre otros grandes nombres. Es la primera presentación fuera de Estados Unidos.
La muestra explora cómo los zapatos han trascendido su finalidad más práctica para convertirse en una auténtica representación de la cultura. Codiciados como objetos de deseo y diseñados con intención artística, llegan a expresar complejos significados de feminidad, poder y aspiración para mujeres y hombres por igual. Estarán expuestos hasta 100 pares de zapatos de la icónica y extensa colección privada del diseñador que reunió durante tres décadas junto a su mujer Jane Gershon Weitzman.
Está organizada por The New-York Historical Society, una de las instituciones culturales más importantes de Estados Unidos, se dedica a promover la investigación y presentar exposiciones históricas y artísticas y programas públicos que revelan el dinamismo de la historia y su influencia en el mundo actual (se fundó en 1804). La Fundación Barrié da continuidad a su línea expositiva dedicada al diseño, abordando en esta ocasión, a una faceta de esta disciplina creativa que ha marcado épocas y estilos, uniendo arte e industria.
La colección incluye piezas tan históricas como curiosas que van desde las zapatillas de la Reina Victoria de Inglaterra de 1860 hasta las mules peep-toe que pertenecieron a Ginger Rogers en la década de 1950; y de diseñadores como Beth Levine, conocida como "primera dama del diseño de calzado"; Terry de Havilland, conocido como el diseñador del glam rock londinense que creó diseños para David Bowie o Tim Curry en The Rocky Horror Picture Show; Salvatore Ferragamo que creó zapatos personalizados para Marilyn Monroe, Greta Garbo, Katharine Hepburn y Marlene Dietrich; el propio Stuart Weitzman y su padre Seymour Weitzman, hasta un cuaderno con bocetos de John Azzimonti, conocido como "poeta de la suela".
Talleres didácticos y enfoque en la historia de las mujeres
Durante el transcurso de la exposición, la Fundación Barrié organiza talleres didácticos para centros de enseñanza, colectivos de diversidad funcional y familias. La exposición va acompañada de un catálogo en inglés totalmente ilustrado en el que, tal y como expresa Stuart Weitzman, los zapatos "narran un número de historias casi infinito. Historias de conformidad e independencia, cultura y clase, política y actuación". El libro de Edward Maeder, que cuenta con contribuciones de Stuart Weitzman y Valerie Paley e incluye 180 ilustraciones, traza la evolución del calzado femenino en paralelo a los cambios en las vidas de las mujeres.
La exposición sorprenderá y deleitará a los visitantes gracias a su inesperado enfoque en la historia de las mujeres a través de la inigualable colección de calzado histórico de Stuart Weitzman, según Dr. Louise Mirrer, presidenta y directora general de la New-York Historical Society. "Los zapatos de la exposición abarcan desde diseños para ser utilizados en la privacidad del hogar de las mujeres, zapatos que llevaron las sufragistas estadounidenses cuando se manifestaban en las calles, seductores tacones que reflejaban las normas cambiantes de la estética femenina y zapatos profesionales adecuados para las cada vez más numerosas mujeres trabajadoras", explica.
Además, ha destacado que les complace poder ofrecer al público esta oportunidad única de explorar la colección privada de un coleccionista extraordinario, además del diseñador de zapatos más importante de Estados Unidos. En palabras de Carmen Arias Romero, directora de la Fundación Barrié: "Con esta exposición pretendemos dar continuidad a nuestra apuesta por abordar el diseño desde los diferentes campos de la creación artística, en la misma línea que en su día hicimos con las monográficas dedicadas a Verner Panton, Mies van der Rohe o Fernando & Humberto Campana, y colectivas centradas en el diseño escandinavo, el diseño holandés, o más recientemente, el diseño textil".
Con Walk this Way se rinde homenaje al coleccionismo privado como fuente inagotable de inspiración tanto para la transmisión de valores estéticos como para la construcción de la identidad cultural de un país. La exposición pone el foco en la historia del calzado desde las perspectivas de la colección, el consumo, la presentación y la producción. Explora las principales tendencias en la historia económica estadounidense, desde la industrialización hasta el ascenso de la cultura del consumo, centrándose en la contribución de las mujeres como productoras, consumidoras, diseñadoras y empresarias.
Ha sido coordinada por Valerie Paley, vicepresidenta de la New-York Historical Society, historiadora y directora del Center for Women’s History, junto con Edward Maeder, comisario consultor, y Jeanne Gardner Gutierrez, académica curatorial en historia de las mujeres.
Objetos destacados de la exposición
Entre los numerosos objetos, habrá zapatos de valor histórico que han sobrevivido al paso del tiempo para contar historias del pasado, como un par de zapatos de tocador bordados de seda rosa creados exclusivamente para la Exposición Universal de París de 1867 que reflejan el clamor de las consumidoras occidentales por los tejidos "exóticos" en una época de expansión imperial europea.
Las reliquias familiares, como las zapatillas nupciales de satén o los zapatos para bebés, sirven de recuerdos personales a la vez que demuestran las implicaciones de una colección como esta. La exposición también incluye objetos de la New-York Historical Society, como hebillas de latón y bronce de los zapatos de un militar de la Guerra de Independencia de los Estados Unidos (1760-83), que se encontraron en Washington Heights, y un par de zapatos de niño de cuero (hacia 1904) que se recuperaron de una víctima del trágico incendio del barco de vapor General Slocum.
Los primeros años del siglo XX fueron testigos de una auténtica revolución en la forma de vestir, moverse y actuar en público de las mujeres: los vestidos que llegaban hasta el suelo de finales del siglo XIX fueron dando paso de manera paulatina a faldas más cortas y siluetas esbeltas. Con el florecer de los salones de baile, los fabricantes empezaron a producir zapatos de noche de elaborados diseños con cuentas con correas abotonadas que mantenían los zapatos en su sitio mientras las mujeres bailaban tango o charlestón.
El país también presenció una revolución en la participación política de las mujeres, cuando la lucha por el voto se trasladó de los salones a las calles y cientos de mujeres se manifestaron por la Quinta Avenida en la primera manifestación de Estados Unidos a favor del sufragio en mayo de 1910. Numerosas sufragistas llevaban zapatos prácticos a la par que elegantes, como los botines altos abotonados de cuero negro y fieltro blanco (hacia 1920), los zapatos Spectators y los zapatos de cordones expuestos en la muestra.
La aparición de los grandes almacenes a principios del siglo XX supuso la creación de un lugar de ocio para mujeres acaudaladas y oportunidades laborales para las mujeres trabajadoras; por ello, los comerciantes empezaron a competir para conseguir clientas mediante coloridos anuncios y el respaldo de personas famosas. Tiendas como Saks Fifth Avenue ofrecían zapatos glamurosos como los T-straps de terciopelo rojo y dorados (hacia 1937) o los mules peep-toe con floreados tacones de Lucite transparente (mediados de los años 1950).
Zapatos exclusivos de grandes estrellas
La industria de la moda también se alió con Hollywood para crear zapatos exclusivos para películas y grandes estrellas, como los tacones de encaje toscano negros hechos a mano de Salvatore Ferragamo (hacia 1954-55), diseñados para la actriz italiana Sophia Loren, y que inspiraron a las consumidoras a adquirir estilos similares para emular a sus ídolos.
Walk This Way también explora el proceso de fabricación del calzado, examinando la producción y el papel de la mujer en este sector: uno de los primeros en adoptar la mecanización a gran escala. Hacia 1850, la industria del calzado era la segunda más grande en Estados Unidos después de la agricultura, y en 1909 Nueva York era el tercer mayor productor de zapatos del país.
A principios del siglo XX, cuando las mujeres suponían menos del 20% de la mano de obra industrial, un tercio de los trabajadores de las fábricas de zapatos eran mujeres. Las mujeres empezaron a participar en sindicatos como Daughters of St. Crispin, cuyo nombre procede del patrón de los zapateros, e International Boot & Shoe Workers Union, participando en huelgas para protestar contra los bajos salarios y los malos tratos. Un elaborado zapato de cuentas (hacia 1915), en cuya suela se puede ver el sello del sindicato, demuestra la calidad del calzado estadounidense.