En sus mejores tiempos La Habana presumía de ser la mayor embajadora de la moda, la belleza y la exclusividad en todo el mundo. En sus comercios y calles se podía disfrutar del glamour más exclusivo, en parte, gracias a cuatro hermanos gallegos, fundadores en 1897 de unos grandes almacenes que introducirían en el mundo hispano un nuevo modelo comercial nunca visto hasta ese momento. Llegaron a tener tal importancia que, un año después, e inspirado por nuestros protagonistas, se fundaría El Encanto, otro de los grandes referentes comerciales de su época, en donde trabajaron tres asturianos que acabarían revolucionando el mercado minorista español, y que fundarían El Corte Inglés y Galerías Preciados. Esta es la historia de los grandes almacenes Fin de Siglo de La Habana, donde cuatro pioneros gallegos cambiarían para siempre el mundo del comercio. Y todo empezó en O Seixo, Mugardos.

Fundado en 1897, un año antes de que España perdiera Cuba, una de sus últimas y más preciadas colonias, el Bazar Fin de Siglo se ubicaba en la céntrica esquina formada por el Boulevard de San Rafael y la calle Galiano.

Los hermanos Sisto (Antonio, Juan y Manuel), emigrados a Cuba desde su Galicia natal para intentar hacer fortuna en las Américas, intuyeron una oportunidad de negocio con una idea llegada desde Francia y su parisino Le Bon Marché, considerado el primer gran almacen de la historia.

Y así crearon los primeros grandes almacenes del mundo hispano, una tienda por departamentos, con entradas por tres calles, y que abarcaba casi todas las categorías del mercado minorista: ropa, joyas, juguetes, perfumes… Además en sus cinco plantas contaba con aire acondicionado, escaleras mecánicas y ascensores. ¿A alguien le suena?… ¡Hola El Corte Inglés!

Para poder gestionar este nuevo modelo comercial, los tres hermanos pusieron al frente del negocio al benjamín de la familia, Joaquín Sisto, al que se trajeron de Mugardos para costearle sus estudios en La Habana, y que se acabaría convirtiendo en gerente y máximo accionista de Fin de Siglo.

Joaquín contrata como Jefe de Compras a su sobrino, Manuel Dopico Sisto, que demuestra su valía en el puesto, abasteciendo con productos de calidad las estanterías y escaparates de la tienda.

Pero el crac de 1929, la Gran Depresión Estadounidense y, en 1933, la Ley de Nacionalización del Trabajo que promulgó el “Gobierno de los cien días” de Grau San Martín, que obligaba a las empresas a tener un 50% de plantilla cubana, abocó a Fin de Siglo al cierre. Prácticamente toda la plantilla estaba formada por gallegos y pagar las indemnizaciones por sus despidos provocó que se encontrara al borde del abismo. Para evitar la liquidación, Joaquín se ve obligado a vender a Amado Gabriel Lavín, un conocido médico cubano, parte de sus acciones, convirtiéndose éste en accionista mayoritario.

Y llegó la Revolución… El 13 de octubre de 1960, el Consejo de Ministros de la República de Cuba aprobaba la Ley 890. La firmaba el Presidente Osvaldo Dorticós Torrado y el Primer Ministro Fidel Alejandro Castro Ruz, y nacionalizaba todas las empresas industriales y comerciales en la isla de Cuba, así como todos los almacenes, depósitos, bienes y derechos de las mismas.

Se nacionalizaron 382 empresas y, entre ellas, Fin de Siglo, que continuó abierta como propiedad del nuevo Gobierno Revolucionario.

Manuel Dopico, que había sido destinado como Jefe de Compras a Nueva York en 193, para abastecer a la tienda de selectos productos norteamericanos, iba a perder su empleo. Además, acababa de enviar a la isla el último pedido de material comprado en el mercado estadounidense, que sus proveedores no iban a cobrar. Así que toma una decisión: viajar a La Habana para entrevistarse con Ernesto “Che” Guevara, Ministro de Comercio Exterior.

Y como buen gallego consiguió lo que había ido a buscar. El Comandante le indemnizó y así Fin de Siglo podía cancelar las deudas contraídas con sus proveedores americanos. Al fin y al cabo, la palabra y el prestigio profesional de Manuel estaban en juego. Y, posiblemente, gracias a su buen hacer profesional, en la misma Manhattan encontró su siguiente empleo, que le ofreció el célebre Oleg Cassini, el diseñador que convirtió a Jackie Kennedy en una estrella mundial.

En la actualidad, el edificio se encuentra en estado ruinoso y tan solo la planta baja de Fin de Siglo es usada por vendedores particulares en un pequeño mercado de artesanía, ropa, calzado y artículos del hogar, mientras sigue a la espera de recuperar el glamour de épocas pasadas.

Para llegar a entender la importancia que Fin de Siglo tuvo en la historia del comercio detallista, ahora más conocido con el nombre de retail, tan solo necesitamos saber que un año después de su fundación, otros grandes almacenes con el mismo concepto se abrían en la Habana, El Encanto. Entre sus trabajadores se encontraban César González, Ramón Areces y José Fernández, que acabarían creando los dos mayores imperios del retail de nuestro país, El Corte Inglés y Galerías Preciados. El primero, aún en la actualidad, es un calco de aquellos establecimientos. La arquitectura, la organización, la publicidad y las tipografías utilizadas recuerdan a las que crearon, hace más de un siglo, aquellos cuatro pioneros de Mugardos que un día quisieron cambiar el mundo.

Y lo consiguieron. Siendo gallegos y de Ferrolterra, no cabía otro resultado…

Historias de la Historia…

Iván Fernández Amil. Top Inspira LinkedIn 2019. Storyteller. Jefe de Compras.

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Referencias:

• SALGADO GARCÍA, F. Historias de Galici. Biblioteca Gallegaa, 2017
• es.wikipedia.org
• lavozdegalicia.es
• globalgalicia.org
• 14ymedio.com
• pensamiento-2012.blogspot.com
• habanaradio.cu
• cuballama.cu
• diariolasamericas.com
• cubaeduca.cu
• dosencuba.blogspot.com