Dicen que las grandes ideas e innovaciones que cambian la historia proceden de sueños que se ponen en marcha tras muchos intentos previos. Hace más de 100 años, en 1906, y tras intentarlo con varios proyectos, un soñador fundaba una compañía que se convertiría en una de las mayores cerveceras de España y un ejemplo a seguir en calidad, innovación, marketing y cultura empresarial. Hoy, os contamos la historia de un emprendedor y de su centenaria obra maestra: José María Rivera Corral y Estrella Galicia, una de las mejores cervezas del mundo.
Nuestro protagonista nacía en Chamoselo, una parroquia del Ayuntamiento de As Pontes, en la provincia de A Coruña, el 9 de agosto de 1856. La pobreza que azotaba Galicia obligó a un joven José María a buscar fortuna en las Américas. Para poder pagarle el pasaje, sus padres hipotecaron algunas de sus propiedades. Tenía 14 años y su primer destino fue La Habana, en Cuba.
Entre 1874 y 1875, se asienta en Veracuz, México, donde acaba regentando una de las cantinas y ultramarinos más importantes de la ciudad, conocida como “La Estrella de Oro”. No debió de irle mal porque cuando vuelve a España, en 1890, inicia una serie de inversiones en la ciudad de A Coruña que le convierten en uno de los “prohombres” de la ciudad herculina y en cónsul de México a partir de 1907.
Junto con dos socios funda una fábrica dedicada a la fabricación de chocolate y pastas de harina, que comercializarán sus productos bajo la marca comercial de “La Estrella de Oro”, que tantas alegrías le dio en Veracruz. Pero esta aventura dura poco más de 2 años y en 1898 se disuelve la sociedad.
En 1901, Rivera entra en la sociedad Casado Hermanos y Compañía, empresa que se dedicaba a la fabricación de hielo y de la cerveza Osiris, y cuya fábrica estaba en La Gaiteira. Los barcos de vapor demandaban gran cantidad de hielo y cuando la demanda bajaba, la empresa se dedicaba a usar el hielo sobrante para la fabricación de cerveza.
Parecía que el negocio marchaba bien así que, en septiembre de 1906, los socios decidieron construir una nueva fábrica en una parcela comprada por Rivera entre la estación de tren y el puerto, en Cuatro Caminos. La demanda de hielo era cada vez mayor, lo que relegó la producción de cerveza a un segundo plano y se creó una nueva empresa: “Rivera, Márquez y Casado”. En 1908 la nueva fábrica se encuentra ya plenamente operativa y recibe el nombre de “La Estrella de Galicia”.
Finalmente, en 1912 Rivera decide hacerse con todos los activos de la sociedad y se convierte en el único propietario de la misma, poniendo el foco en la producción de cerveza, cuya rentabilidad era muy superior a la del hielo. El sueño se hacía realidad, pero aún había que superar muchos obstáculos en el camino.
Tras la Primera Guerra Mundial, Rivera tuvo que agudizar su ingenio, ya que la importación de lúpulo se convirtió en una misión imposible. Así que José María decidió que no era necesario ir a buscarlo fuera. Lo cultivaría en Galicia y se autoabastecería garantizando la producción. Nacía el primer cultivo de lúpulo de Galicia.
En 1920, Rivera producía 214.000 litros de cerveza, el 0,5% de la producción nacional, pero había que crecer, así que José María y su hijo, Ramón, iniciaron el proceso de modernización de la fábrica. Además, Ramón se formaría en el extranjero en Ciencias Comerciales y como Maestro Cervecero, convirtiéndose en uno de los primeros españoles en obtener esta titulación.
En 1928, los Rivera producían ya 600.000 litros y en 1936 la “La Estrella de Galicia” ya se había hecho un nombre. Tras la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial consiguieron uno de sus mayores logros, mecanizar los procesos de fabricación y automatizar la producción, abandonando definitivamente los métodos artesanales de elaboración de cerveza, alcanzando una producción de 10 millones de litros en la década de los 60.
Hasta tal punto el negocio iba viento en popa que en 1967, compran una parcela en A Grela en la que construir su nueva fábrica (que fue proyectada por Antonio Sainz, padre del piloto Carlos Sainz) abandonando la antigua factoría de Cuatro Caminos para remodelarla en una emblemática cervecería que se convertiría en un icono de la ciudad de A Coruña, y que sería conocida para siempre como, simplemente, “La Cervecería”.
En la actualidad, Hijos de Rivera, ya en su quinta generación y con la sexta en camino, produce más de 300 millones de litros anuales y sus productos abarcan cerveza, agua, vino, sidra… y mantienen una evolución ascendente desde hace décadas, gracias a su apuesta por la modernidad, la innovación, la capacidad para adaptarse y ofrecer en cada momento de la historia lo que se necesita y, sobre todo, la calidad. Y todo ello sin renunciar a ser una empresa 100% familiar y gallega.
Sus productos pueden encontrarse en 20 países de los 5 continentes, la facturación de la compañía superó los 500 millones de Euros en 2018, cuentan con más de 1.000 empleados y su actividad supone el 1,3 % del PIB de Galicia.
Su cerveza 1906 Reserva Especial ha resultado premiada varios años en el World Beer Challenge como la mejor cerveza del mundo…
No está nada mal para un soñador de As Pontes que tuvo que irse a “hacer las Américas” para ganarse la vida. José María Rivera Corral fallecía el 31 de julio de 1936 en A Coruña, días después del inicio de la Guerra Civil Española. Quizá Rivera no soportó ver como sus paisanos se dedicaban a matarse en vez de divertirse con una de sus cervezas en la mano.
Historias de la Historia…
Iván Fernández Amil. Top Inspira en LinkedIn. Storyteller. Jefe de Compras.
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Referencias:
- corporacionhijosderivera.com
- es.wikipedia.org
- estrellagalicia.es
- cerveza1906.es
- lacerveceriaestrellagalicia.es
- botellasserigrafiadas.blogspot.com
- elconfidencial.com
- loopulo.com
- mundodelaempresa.blogspot.com
- globalgalica.org
- lavozdegalicia.es
- farodevigo.es
- abc.es