Howard Hughes es considerado uno de los grandes pioneros de la aviación por sus hazañas como piloto e ingeniero aeronáutico. Batió varios récords mundiales, construyó el mayor avión de la historia y libró una batalla legal con la que rompió el monopolio de la todopoderosa Pan Am, la única aerolínea que podía realizar vuelos transatlánticos en Estados Unidos. Cuando el norteamericano tenía tan solo 8 años, un español que ni era magnate, ni millonario, ni productor de cine, ni siquiera piloto profesional, ya hacía historia. Un hombre que soñaba con volar y que lo dejó todo por cumplir su sueño. José Piñeiro, el gallego que conquistó el cielo con acrobacias que nadie volvería a hacer jamás. El hombre pájaro gallego.
José Piñeiro González nacía en Mugardos, en la Comarca de Ferrol, el 15 de diciembre de 1878. Hijo de un Contramaestre de la Armada, estudia el Bachillerato en San Sebastián y se hace maquinista de la Marina Mercante. Viaja en varias ocasiones a Cuba y a Argentina hasta que se establece en 1906 con su familia en Sanxenxo, donde instala una fábrica de gaseosas.
Hasta ahora, nada extraordinario en la vida de un hombre normal. Pero en 1911, algo cambiaría su vida y la de la historia de la aviación para siempre. El verano de ese mismo año, acude a las fiestas de la Peregrina, en Pontevedra, y es testigo de una exhibición acrobática de varios pilotos franceses. A Piñeiro le impresiona de tal manera el espectáculo acrobático que decide vender sus negocios en Sanxenxo y trasladarse en 1912 a la Escuela de Pilotos de Pau en Francia, dirigida por el legendario aviador Louis Blériot, otro pionero de la aviación, piloto, fabricante y diseñador. José recibe allí un curso intensivo que le permite, en pocas semanas, conseguir el título de piloto.
Con 30.000 pesetas (una fortuna para la época) compra una avioneta de 50CV a Blériot, regresa a Sanxenxo y habilita un campo de entrenamiento en Baltar, cerca de la playa de Portonovo, pueblo al que revolucionaría. Cuando se escuchaba su motor, todos los vecinos salían a la calle para admirar a su loco aviador y sus increíbles acrobacias. En 1913 ya era conocido en toda Galicia como “Aviador Piñeiro”, por lo que es requerido para realizar una exhibición de gran calibre en la Ría ferrolana.
El 6 de mayo de 1913 se produce la botadura del acorazado “Alfonso XIII” en Ferrol, con la presencia de la Infanta Isabel y el Ministro de Marina. En la exhibición, Piñeiro compite con un aviador francés que se niega a realizar la acrobacia que José había diseñado, y a la que llamaba “el vuelo de la gaviota”, y que consistía en realizar una pasada muy baja por encima del mar, mientras con una de las alas roza el agua. Piñeiro no lo dudó y ejecutó la pirueta. Pero la fatalidad quiso que chocara con una madera que flotaba en la Ría, provocando que se estrellase contra el mar, aunque salió ileso. La Infanta lo felicitó por su valentía y ordenó que recuperaran el aparato de las aguas.
Que se tenga noticia nadie jamás repitió esta arriesgada maniobra en la historia de la aviación, “el vuelo de la gaviota”. Solo él volvería a hacerlo. Comenzaba a forjarse su leyenda.
Tras la exhibición de Ferrol participa en Burgos en un festival aéreo en el que obtiene el primer premio frente a los mejores aviadores del mundo en aquel momento, los franceses.
Su fama le llevó, entre 1913 y 1914, a países como Argentina o Cuba, donde fue el primero en realizar vuelos invertidos con el avión boca abajo. El “Rey de los Aires”, como era llamado en la isla caribeña tiene un nuevo accidente en La Habana, pero de nuevo sale indemne y es llamado a palacio por el Presidente de la República, Mario García Menocal para felicitarlo por su pericia y valor excepcional.
Tras volver a España, sigue ganando diversos campeonatos aéreos y la prensa nacional e internacional se hace eco de sus hazañas y victorias. Piñeiro ganaba porque era el más atrevido, el más valeroso y, porque no, quizá el más loco. Sus grandes rivales, los ases franceses, no volaban si las condiciones meteorológicas no eran buenas. Él, en cambio sí. Incluso en una ocasión despegó sabiendo que no tendría pista para aterrizar. Se estrelló, por supuesto.
Piñeiro se retiraría definitivamente en 1921, tras sufrir un último accidente en Ribadavia, en la provincia de Ourense, en el que destrozó su aeroplano. Regresaría a Sanxenxo, ayuntamiento del que sería alcalde y en donde hay dos estatuas que lo recuerdan, y acabaría instalándose definitivamente en Santiago de Compostela con su esposa y sus cuatro hijos.
Desde 1911 a 1921, el desprecio al riesgo, su pericia y su valentía convirtieron a Piñeiro en un héroe popular reconocido en España e Hispanoamérica, siendo considerado en su época como el mejor piloto de acrobacias del mundo. Los afamados pilotos Loriga (al que ya dedicamos un artículo), Brage y Ramón Franco lo consideraban su maestro, mentor e inspirador.
El 3 de febrero de 1927, en Santiago de Compostela fallecía el Hombre Pájaro gallego, el Rey de los Aires, Aviador Piñeiro, y no a consecuencia de su temeridad, sino debido a una pulmonía, que acababa con él a los 49 años, llevándose para siempre a uno de los más valientes pilotos de la historia, una leyenda de la aviación, José Piñeiro, el gallego que conquistó los cielos.
Historias de la Historia…
Iván Fernández Amil. Top Inspira en LinkedIn. Storyteller. Jefe de Compras.
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Referencias:
- QUINTIA, C. El Vuelo de la gaviota. Librería Nos, 1998.
- es.wikipedia.org
- lavozdegalicia.es
- farodevigo.es
- abuxaina.com
- diariodeferrol.com
- informeinsolito.com
- elcorreogallego.es
- caminoporsanxenxo.blogspot.com
- bolboretadigiart.blogspot.com
- adiantegalicia.es
- sanxenxotour.com
- laregion.es
- abuxaina.com