Hay personas excepcionales en la historia. Personas únicas que difícilmente volverán a repetirse. Personas que cambian la historia para siempre. Personas como Concepción Arenal, Rosalía de Castro, Sofía Casanova, Clara Campoamor, Gloria Fuertes o Ana María Matute. Todas ellas grandes figuras de la literatura española. Todas ellas pioneras, adelantadas a su tiempo, defensoras de la igualdad de género, de los derechos de la mujer y a poder ejercer su profesión en las mismas condiciones y oportunidades que cualquier hombre. Una de estas extraordinarias mujeres fue obligada a decidir, o su marido o su carrera. De ella llegaron a decir que era un cerebro de hombre en un cuerpo de mujer. Fue una de las más grandes escritoras españolas de todos los tiempos, precursora del feminismo, primera mujer en conseguir una Cátedra en España, primera corresponsal española en Roma y París y… sí, ¡traficante de armas!: La legendaria (y separada) Emilia Pardo Bazán.
Emilia Pardo Bazán y de la Rúa Figueroa nacía en A Coruña el 16 de Septiembre de 1851. Era hija de una familia noble gallega, una de las más pudientes de España, los condes de Pardo Bazán. Su padre, José María Pardo Bazán y Mosquera, estaba convencido de que la mujer debía tener los mismos derechos que los hombres, por lo que le proporcionó a su hija la mejor educación posible, alentándola a ser lo que ella quisiera.
Desde que aprendió a leer se sumergió en la literatura y aprendió y estudió por su cuenta lo que no podía aprender con sus profesores. Visitaba todas las bibliotecas a su alcance y se convirtió en una joven muy inquieta, curiosa e insaciable de conocimientos. Desde pequeña se negó a estudiar lo que le obligaba su género, materias como música o economía doméstica, y con tan solo 13 años escribió su primera novela, que se mantuvo inédita hasta el año 2012, “Aficiones peligrosas”.
Según iba creciendo empezó a frecuentar algunas reuniones sociales en A Coruña, en las que descubrió que no lo sabía todo, y también que no le gustaba quedarse al margen de las conversaciones. Por eso, cuando algún tema se le escapaba lo investigaba y estudiaba a fondo para poder aportar en la conversación cuando volviera a surgir.
Idiomas, Literatura, Historia, Filosofía, Física, Botánica, Arquitectura… nada era demasiado para Emilia. A pesar de que quería ir a la Universidad, no pudo por estar prohibido. Concepción Arenal, una de sus grandes amigas, se hizo pasar por hombre para conseguir la entrada, convirtiéndose en una de las primeras universitarias de España, pero ella no quería “disfrazarse”, así que se convirtió en autodidacta, llegando a estar durante algún tiempo en un convento de clausura para dedicarse al estudio a tiempo completo. Además, estudió varios idiomas para poder leer en versión original y no tener que esperar a la traducción.
En 1868 se casó con José Quiroga, con el que tendría tres hijos y se iría a vivir a Madrid. Junto a él viajaría por toda Europa y publicaría sus primeras obras. Bazán iría ganando popularidad y con ellas también enemigos, críticos y envidias. En 1883 publicaba “La Tribuna”, considerada la novela que inaugura el naturalismo en la literatura española, en la que nos cuenta la realidad social de las “cigarreras” tras pasar dos meses conviviendo con ellas en la Real Fábrica de Tabacos de A Coruña.
En 1883 publicaba “La Cuestión palpitante”, que generó tal polémica y escándalo que su marido le pidió que dejara de escribir. Emilia se negó y se marchó a Italia. No volvería a convivir nunca más con su esposo. El alboroto provocado por el libro produjo el efecto contrario al que buscaban sus críticos y fanáticos detractores, ya que se convirtió en un superventas y acabó dándole gran notoriedad.
Tanto “La Tribuna” como “La Cuestión palpitante” fueron el origen de su leyenda de mujer rebelde, provocadora y agitadora, pero fue con su novela más conocida, “Los pazos de Ulloa”, publicada en 1886, con la que se consagró como una de las grandes figuras literarias de todos los tiempos.
Emilia fue novelista, poetisa, traductora, periodista, editora, crítica literaria, catedrática y ponente, pero las críticas, los insultos, las vejaciones y la discriminación siempre estuvieron presentes en su vida hasta el día de su muerte. Sus propios compañeros de profesión le negaron hasta en tres ocasiones el ingreso en la Real Academia Española (RAE), a pesar de sus más que probados méritos. En una de esas ocasiones fallidas, durante la recepción al nuevo académico, y debido al exceso de público, muchas mujeres que asistían al evento se tuvieron que quedar de pie, por lo que uno de los integrantes de la Real Academia les ofreció que se sentaran en los asientos libres de algunos miembros que no habían asistido. Emilia contestó: “Gracias don Juan, ya nos sentaremos en ellos algún día por derecho propio”.
Faltaban aún ochenta y seis años para que una mujer ocupase un asiento. Sería Carmen Conde el 9 de febrero de 1978.
Como mujer de armas tomar que era, llegó incluso a traficar con ellas. Carlos María de Borbón, pretendiente carlista al trono de España, conocedor de que Emilia era afín a su causa, le pidió que comprara para él en Londres 30.000 fusiles. Debido a su estatus social nadie iba a desconfiar de la condesa de Pardo Bazán y no levantaría sospechas. Por supuesto, Emilia aceptó y, según nos cuenta Lorenzo Gallardo en su libro “Eso no estaba en mi libro de historia de la literatura”, viajó a Londres escondiendo una gran cantidad de florines de oro en su sostén para realizar la transacción. La gallega dejó los fusiles al Borbón en París, pero a su regreso a A Coruña fue acusada de traición, aunque, afortunadamente para ella, el Gobernador de la ciudad no se atrevió a arrestarla y fusilarla por tan vil delito. Era Emilia Pardo Bazán, cómo iba a hacer semejante locura. De esta aventura, la escritora diría años más tarde que aquellas habían sido “fiebres políticas que me calentaron la cabeza cuando tenía pocos años”.
Se dice también que el famoso Pazo de Meirás fue diseñado por ella, ayudada por algún amigo arquitecto que iba trazando los planos siguiendo sus indicaciones.
Emilia fue una mujer extraordinaria y única, que vivió según sus convicciones, que lamentaba tener un “cuerpo del demonio”, que antepuso las letras a su vida, que defendió el derecho de la mujer a estudiar, a trabajar y a tener las mismas oportunidades que los hombres, y que ejerció ese derecho dedicándose a lo que le apasionaba, hasta convertirse en Catedrática de Literatura en la Universidad Central de Madrid (primera de España), en la primera presidenta de la Sección de Literatura del Ateneo, en la primera mujer corresponsal de prensa en Roma y París y en Consejera de Instrucción Pública nombrada directamente por el Rey Alfonso XIII.
Emilia fallecía el 12 de mayo de 1921 en el número 27 de la calle Princesa de Madrid. Al día siguiente de su fallecimiento toda la prensa española reconocía los méritos, la valía, los méritos y el talento que nuestra sociedad machista le había negado en vida. Hoy aquí volvemos a reconocerla como lo que fue, una persona excepcional que ya es parte de nuestras Historias de la Historia: Doña Emilia Pardo Bazán.
Historias de la Historia…
Iván Fernández Amil. Top Inspira LinkedIn. Storyteller. Jefe de Compras.
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Referencias:
- FERNÁNDEZ CUBAS, C. Emilia Pardo Bazán. Ediciones Omega, 2001
- ALBERDI, I. Via de Emilia Pardo Bazán. Eila Editoria, 2013
- GALLARDO, L. Eso no estaba en mi libro de historia de la Literatura. Editorial Almuzara, 2017
- es.wikipedia.org
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