El 17 de octubre de 1815, el HMS Northumberland, un navío de guerra de la Royal Navy, desembarcaba en medio del Océano Atlántico a un pasajero que sometió a toda Europa durante buena parte del Siglo XIX. Vencido en la batalla de Waterloo, Napoleón Bonaparte era desterrado por los británicos en un peñasco volcánico azotado por el viento, la lluvia y el sol, en donde viviría hasta el fin de sus días en 1821, la isla de Santa Elena. Bonaparte puso a la isla de Santa Elena en los libros de historia, pero fue un gallego su descubridor, y el quien la puso en las Cartas Náuticas. Un gallego que al servicio de la Corona de Portugal descubrió Santa Elena, Sri Lanka e isla Ascensión, fue alcalde de Lisboa, dirigió la III Expedición Portuguesa a las Indias, comandó el buque insignia de la Marina Portuguesa y ganó la que algunos consideran la primera batalla naval de la Era Moderna. Esta es la historia de un marino, un explorador, un descubridor, un militar, uno de los mayores navegantes del Siglo XVI, un legendario y olvidado gallego al servicio de la Corona de Portugal: Xoán de Novoa.
Xoán nacía en el Castillo de Maceda, en la villa ourensana del mismo nombre en el año 1450. Poco se conoce de su juventud, que transcurrió durante las “Revoltas Irmandiñas”, en las cuales parte del castillo fue destruido. Desencantado con los Reyes Católicos, decide partir a Portugal alrededor del año 1480.
Llega a Lisboa, una de las ciudades más importantes de la época, donde su inteligencia, valentía y capacidad de aprender llaman pronto la atención de la nobleza local. Xoán adopta a Portugal como patria y en 1490 ya figuraba formando parte de la guardia personal del Rey Juan II y de su sucesor Manuel I, que fue quien le nombraría Alcalde de Lisboa por los servicios prestados en la Marina Portuguesa en las incursiones atlánticas.
A comienzos del 1501, el rey le ordena comandar la III Expedición a la India, integrada por cuatro carabelas y 400 marineros. La I Expedición había sido la legendaria travesía de Vasco da Gama que abrió la ruta marítima desde Europa hasta Asia a través del Cabo de Buena Esperanza, que marcaría el comienzo de una nueva era en la historia. La II Expedición había descubierto Brasil bajo el mando de Pedro Alvares Cabral.
En marzo de 1501 la flota partía rumbo a la India. Durante este viaje descubriría Isla Ascensión y Santa Elena (nombrada así en honor a la Emperatriz de Constantinopla), así como un pequeño islote al Sur de las Seychelles al que llamó Islas Agalega. Descubrió también una isla en el Canal de Mozambique que bautizó con su propio nombre “Juan de Nova”. Además, hay una teoría que le otorga el honor de haber descubierto la legendaria Taprobana, conocida más adelante como Ceilán y en la actualidad Sri Lanka.
A su llegada a la India, crea una “feitoria” en Cananor, que era como eran llamados en las épocas coloniales ciertos establecimientos instalados en las colonias dedicados al comercio con la metrópolis.
Fue en Cananor donde, el 30 de diciembre de 1501, mientras estaban finalizando los preparativos para su vuelta a Portugal, una flota del Samorín (Señor del Mar) de Calicut les bloqueó el paso y rodearon las cuatro carabelas del gallego. Se trataba de una armada formidable, aunque mal pertrechada y organizada, compuesta por más de 200 buques y más de 7.000 hombres, frente a 4 naves y 400 marineros del gallego.
El 31 de diciembre, al amanecer, y viendo las intenciones de los atacantes de abordarles, Xoán dio orden de zarpar a toda velocidad. Los cuatro navíos portugueses formaron una columna y comenzaron a disparar furiosamente todos sus cañones por ambas bordas, consiguiendo romper el bloqueo para intentar dar batalla en alta mar, donde el gallego se sabía superior. Al amanecer del 2 de enero, tras casi tres días de batalla naval, el Señor del Mar se retiró de la contienda con más de 400 muertos y cientos de heridos. No había conseguido abordar ni casi tocar a los portugueses.
Esta batalla es de gran importancia histórica por haber sido la primera en utilizar de manera deliberada la formación en columna, una táctica que se seguiría usando hasta la Segunda Guerra Mundial, y porque además fue la primera batalla naval en la que tan solo se usaron cañones para conseguir la victoria. La Batalla Naval de Cananor es considerada por muchos la primera batalla naval de la Era Moderna porque marcó la superioridad de la tecnología naval europea, dando inicio al dominio de los mares por parte de los países de Occidente.
Finalmente, en septiembre del año 1502, eran avistadas acercándose a Lisboa las cuatro carabelas de la III Expedición a la India. Venían repletas de mercancías y acuerdos comerciales que garantizaban al Reino de Portugal el dominio del mercado de las especias. El Rey quedó tan encantado con el trabajo de Xoán que peregrinó con todo su séquito a Santiago de Compostela para celebrar en la Catedral la extraordinaria hazaña del gallego.
Y tan bien lo hizo nuestro protagonista que en 1505 es llamado para realizar un segundo viaje, formando parte de una flota de dieciséis naos, seis carabelas y 1.500 soldados que acompañan a Francisco de Almeida en su toma de posesión como primer virrey de la India. Xoan tiene el mando del buque insignia de la marina portuguesa, el Frol de la Mar, uno de los más grandes, prestigiosos y temidos navíos de la época.
Desgraciadamente las cosas no le fueron bien con los mandos de la flota y decide volver a Lisboa en 1506, pero una avería le impide continuar con la travesía y tiene que detenerse en Mozambique. Allí se encuentra con Tristán de Cunha, uno de sus grandes amigos y benefactores, y se une a él y a su flota en diversos combates en el Índico luchando por la hegemonía portuguesa contra turcos, egipcios e hindús.
Tras resultar herido en combate, su salud se va resintiendo poco a poco y se retira a Cochin, sede del Virreinato, al Sur de la India, hasta que fallece el 10 de julio de 1509, con 59 años. A pesar de que muere solo y olvidado, es despedido con todos los honores.
Uno de los mayores navegantes del Siglo XVI, un gallego de Maceda, es recordado 500 años después en Portugal y Gran Bretaña con sellos, calles o monedas en su honor.
Mientras tanto, en su tierra, pocos se acuerdan de él, aunque al menos desde hoy, Xoán de Novoa ya forma parte de nuestras Historias de la Historia para siempre.
Historias de la Historia…
Iván Fernández Amil. Top Inspira LinkedIn. Storyteller. Jefe de Compras.
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Referencias:
- es.wikipedia.org
- lavozdegalicia.es
- farodevigo.es
- sociedadiberista.org
- blogoteca.com/joaodanova
- elcorreogallego.es
- elpais.com
- ecured.cu
- culturagalega.gal
- dbe.rah.es
- laregion.es
- hotelcastillodemaceda.com
- galiciamaxica.eu