El 19 de abril de 1770, a bordo del buque HMS Endeavour, James Cook avistaba la costa este de Australia. Diez días después el Capitán reclamó el territorio para la Corona Británica, que vio en esta nueva tierra la oportunidad de resolver su problema de superpoblación carcelaria. El primer asentamiento de presos se inauguraba en Sidney el 26 de Enero de 1788, y hasta el año 1790 no llegarían los primeros colonos libres que empezarían a desplazar a los aborígenes debido a las enfermedades y al apropiamiento de tierras. Décadas más tarde un gallego llegaba a Australia con un claro objetivo en mente: Dignificar, ayudar y defender los derechos de los aborígenes que el Imperio Británico casi había exterminado. Un gallego que fundó un Monasterio en medio de la nada. Un gallego reconocido en Australia y que llegó a decir que prefería convertirse en aborigen antes que en Obispo: Rosendo Salvado, aventurero, misionero y valedor de los aborígenes australianos.

Lucas José Rosendo Salvado Rotea nacía en Tui el 1 de marzo de 1814. De familia culta y con una buena posición económica, a los 15 años de edad ingresa en el Convento de San Martiño Pinario de la Orden Benedictina, en Santiago de Compostela, para estudiar Sacerdocio. Destacó como un gran estudiante y tenía un fantástico oído para la música.

Gracias a sus extraordinarias dotes musicales, la Orden lo envía en 1830 al Monasterio de Coria, en Asturias, para ampliar sus estudios. Pero en 1835 la Desamortización de Mendizábal obliga a cerrar el Convento y se ve obligado a volver a Tui sin ser ordenado sacerdote.

El 9 de septiembre de 1838 se embarca en Vigo rumbo a Italia, a la Abadía de Trinitá della Cava, a 50 kilómetros de Nápoles, donde sería ordenado el 23 de febrero de 1839. Junto a otro monje español acudió a la Congregación de Propaganda Fide de Roma en busca de un destino como misionero, y allí se encontró con John Brady, que había sido nombrado recientemente Obispo de Perth, en Australia Occidental, y que había acudido a Roma para reclutar misioneros para su diócesis. Brady se llevó con él a Inglaterra a 28 personas que partieron desde el puerto de Gravesend, rumbo a Las Antípodas, el 7 de septiembre de 1854 en la fragata “Elizabeth”.

Tras una sola escala en Ciudad del Cabo y cuatro meses de travesía, llegaban al puerto de Fremantle, en el Estuario del Río Swan. Era el 7 de enero de 1846.

El gobierno británico utilizaba Australia como colonia penitenciaria, pero también concedía tierras de manera gratuita a los colonos con la sola condición de que las explotasen. Pero los aborígenes australianos se rebelaban cuando eran expulsados de sus ancestrales territorios, lo que les valió ser masacrados casi hasta la extinción. El impacto de la colonización occidental fue inmenso para los aborígenes: enfermedades, abuso del alcohol, pérdida de cultura… Sin nada por lo que vivir vagaban por las ciudades en busca de comida y alcohol, y eran tratados por los occidentales como animales sin alma.

Afortunadamente Australia Occidental, a donde había llegado Rosendo, aún no había sido corrompida por la cultura europea, así que decidió cruzar el “bush”, el desierto interior de Australia, siguiendo a los aborígenes en su vida nómada. Rosendo creía que la mejor manera de realizar su labor evangelizadora era tener contacto directo con los nativos donde la maldad occidental aún no había penetrado.

Durante este extraordinario viaje conoce su lengua, sus tradiciones, sus preocupaciones… y valora a los indígenas como seres humanos, no como esclavos sin alma ni mano de obra barata. Pero Rosendo también vio claramente que la vida nómada no era para los que no habían nacido allí. Los occidentales no sabían buscar agua, alimentos ni refugio, cualidades que los aborígenes sí tenían. Cuando se quedaron sin víveres, descalzo y vestido con harapos marchó a pie a Perth para buscar ayuda y financiación. Pero nadie le ayudó. 

Así que decide recaudar fondos con un recital de órgano con tal éxito que fue suficiente para comprar un par de bueyes y un carro. Esta colecta permitió poner en marcha el primer asentamiento al Norte de Perth en el que, a diferencia de otros misioneros, no se intentaba adoctrinar, si no escuchar y entender. Adapta las oraciones a la lengua y al ritmo nativo, respeta su vida nómada y les protege de los despiadados colonos que intentan engañarles para quedarse con sus tierras.

En este asentamiento Rosendo puso en práctica todos los manuales prácticos que había traído de España: de agricultura, apicultura, pastoreo, construcción… con  los que pretendía levantar una misión plenamente autosuficiente. Sembraron viñas, árboles frutales, olivos, patatas,… y su leyenda de hombre sabio se extendió como la pólvora por todo el “bush”.

En 1847 se trasladaron a otro lugar más adecuado en el que realizar su obra, y se instalaron cerca del Río Moore. El 1 de marzo de 1847 fundaban Nueva Nursia. Allí construyeron un Monasterio, escuela, un orfanato, casas, un molino, una capilla, una presa, un puente, un hospital, talleres, graneros, un mercado, oficina postal, oficina de telégrafo, ferrocarril… En poco más de tres décadas Nueva Nursia dejó de ser una misión para convertirse en una atractiva ciudad y un oasis que muchos envidiaban.

Se hicieron con más tierras y las regaló a los aborígenes, les enseñó a plantar, a cuidar de los animales y a usar el dinero para poder competir en igualdad de condiciones con los colonos europeos. Aprovechó también el oído musical que parecían tener los aborígenes para formar un coro y una orquesta que los visitantes escuchaban atónitos cuando la escuchaban tocar y cantar como los ángeles. Además, formó un equipo de cricket integrado por aborígenes que solía ganar habitualmente a los ingleses en sus enfrentamientos.

Rosendo se convirtió en una auténtica leyenda viva a la que Reyes y Nobles ayudaban enviándole donaciones y libros de todo tipo de materias que pasaban a engrosar la biblioteca de Nueva Nursia. Isabel II le ofreció el Obispado de Lugo pero lo rechazó, al igual que declinó el Obispado de Port Victory y el de Puerto Rico.

En la década de 1880 Nueva Nursia tenía una próspera industria de lana, trigo, vino y miel, entre otras, disponían de Juzgado y Comisaría, y el modelo educativo que Rosendo había creado fue aceptado por el Gobierno Británico como el más adecuado para la formación de las poblaciones indígenas en las colonias. Por todo ello, en mayo de 1887 fue nombrado por la Administración Colonial Australiana “Protector de los Aborígenes”. 

En los viajes que realizaba a Europa defendía siempre que tenía oportunidad la humanidad y derechos de los aborígenes, como seres humanos plenos. En una intervención en la Royal Society de Londres, ante decenas de socios y estudiosos, explicó que eran perfectamente capaces de adaptarse a la cultura occidental y que, en su propio medio, eran mucho más sabios y capaces que los europeos en el suyo.

Rosendo decía: “Los aborígenes ignoraban lo que era robar, mentir o engañar. Tuvimos que venir nosotros a enseñárselo”.

En 1889 viajó a Roma para asistir al Año Santo, pero fallecía el 29 de diciembre de 1900 en la Basílica de San Pablo Extramuros. Sus restos fueron trasladados tres años después a Nueva Nursia, donde reposan en un sepulcro de mármol bajo el altar mayor de la iglesia de su querida ciudad.

Rosendo Salvado es una figura muy reconocida en Australia pero muy desconocida en España. En Galicia es conocido gracias a una profunda tradición que dice que fue Rosendo quien introdujo aquí los primeros eucaliptos tras enviar unas semillas a su familia en Tui, pero no está demostrado que este hecho sea cierto. Sí que se cree cierto que los dos inmensos eucaliptos que están plantados en Castrelos, en Vigo, uno de ellos ya cortado, y que en su momento fueron los más altos de Galicia, crecieron a partir de semillas traídas por Rosendo.

En la actualidad Nueva Nursia es un prestigioso centro turístico y de peregrinación, tiene uno de los mejores colegios católicos de toda Australia, un museo, hotel y la gran biblioteca que Rosendo fue creando a lo largo de los años con algunas obras de gran importancia, así como una reconocida colección de arte. Además, allí termina la ruta de peregrinación “Camino Salvado”, que se realiza dos veces al año en recuerdo de los 160Km que Rosendo recorrió para establecer la misión.

En la actualidad todavía se sigue discutiendo y estudiando la extraordinaria importancia que tuvo Rosendo Salvado en la defensa de los derechos de los aborígenes y se cree que, sin su actuación, habrían sido perseguidos y exterminados. Sus trabajos sobre los aborígenes fueron publicados en Italia en 1852 pero, a pesar de su tremendo interés, no fueron traducidos ni publicados al inglés hasta 1977 debido, probablemente, a las críticas que vertía en ellos contra la política del Gobierno Colonial Británico. 

Decía Edmund Burke, escritor, filósofo y político británico: “Para que el mal triunfe, solo se necesita que los hombres buenos no hagan nada”. Afortunadamente existen en el mundo hombres buenos como Rosendo Salvado, hombres buenos que hacen de este mundo un lugar mejor. 

“O 1 de Marzo é para min un día memorable: É o meu aniversario, o meu santo, o primeiro día que celebrei una misa e o día que se fundou Nova Nursia” – Rosendo Salvado.

Historias de la Historia…

Iván Fernández Amil. Top Inspira LinkedIn. Storyteller. Jefe de Compras.

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Referencias:

• MÁIZ, R., SHELLAM, T. Rosendo Salvado e o mundo aborixe de Australia. Consello da Cultura Galega, 2015
• es.wikipedia.org
• cronicasdelaemigracion.com
• sge.org
• elblogdeacebedo.blogspot.com
• anthropotopia.blogspot.com
• valentincarrera.es
• compostela.blogspot.com
• cronicasdelaemigracion.com
• bvfe.es
• inclusion.gob.es
• dbe.rah.es