La cerámica es una de las industrias más antiguas del planeta. Su origen está datado entre el año 12.000 y el 7.000 antes de Cristo, fechas en las que aparecen los primeros recipientes de almacenaje, aunque existen pruebas de elaboración primitiva de cerámica alrededor del año 24.000 antes de Cristo. Este arte es uno de los inventos más importantes y revolucionarios de la humanidad, ya que permitió guardar y transportar productos. Además, la importancia de la cerámica es vital para conocer nuestra historia ya que, al ser un material tan perdurable, está íntimamente ligada con la evolución del ser humano, tiene la capacidad de aportar datos sobre un pueblo determinado, su grado de civilización, sus costumbres, religión, economía, contactos comerciales… La cerámica sirve de testimonio para conocer las características de cualquier cultura en cualquier tiempo y lugar. En Galicia, hace más de dos siglos, un erudito e ilustrado sembró la semilla de lo que iba a convertirse en una de las caras más visibles de la recuperación artística y cultural que experimentaría la comunidad gallega en el siglo XX. Aunque él nunca lo supo, su legado daría inicio a uno de los mayores y más conocidos símbolos de Galicia: la cerámica de Sargadelos.
Hay lugares cuyo nombre representa mucho más que un pueblo, un lugar o un valle. En Galicia tenemos uno de esos nombres que van más allá: Sargadelos. En 1788, Antonio Raimundo Ibáñez, conocido como el Marqués de Sargadelos (título nobiliario que nunca existió), solicita al rey permiso para levantar en esta pequeña parroquia en el municipio de Cervo, al Norte de la provincia de Lugo, una fundición de hierro. Ibáñez decidió situar allí su negocio debido a la alta concentración de materias primas que podían encontrarse en la zona.
En 1791 obtuvo la concesión y en 1794 construyó su primer alto horno, el primero levantado en España por iniciativa civil, ya que desde el siglo XVII tan solo se construían con carácter militar para la fabricación de armamento.
En 1803, consciente de la gran cantidad de caolín de alta calidad disponible en la zona decidió ampliar el negocio con una fábrica de loza. Además, en 1806 conseguía del gobierno la exclusividad para la explotación de las minas ya descubiertas y por descubrir, lo que le permitió asegurarse la materia prima para su nueva fábrica.
Pero en 1809 Ibáñez fue linchado por motivos poco claros, por turbas de vecinos, fue acuchillado cerca de su casa y paseado desnudo por las aldeas cercanas. Su familia fue encarcelada, su mujer falleció poco después y una de sus hijas perdió la cabeza. Su casa fue asaltada y saqueada y su cuerpo enterrado secretamente. Pero lo que allí dejó este emprendedor se convertiría en uno de los grandes símbolos culturales de Galicia.
Tras la muerte del marqués, los herederos que quedaron consiguen salir adelante y en 1819 ya trabajaban en la fábrica de loza 86 operarios, pero en 1832, debido a dificultades económicas, se ven obligados a cerrar. Tras varios cierres y reaperturas, en 1845 se arrienda la fábrica, la empresa toma un nuevo rumbo, se impulsan significativas reformas que aumentan tanto la producción como la calidad y se alcanza el momento de máximo esplendor del complejo.
Es tal el prestigio de la loza de Sargadelos que se llegan a fabricar vajillas reales para Isabel II, la producción alcanza las 20.000 piezas anuales, la factoría da trabajo a más de mil familias y la empresa dispone de su propia flota de transporte marítimo, integrada por veintidós buques mercantes.
Pero tras finalizar los arriendos, la fábrica acaba cerrando definitivamente en 1875. Los hornos, edificios e instalaciones fueron desmanteladas y destruidas sin dejar prácticamente rastro alguno del esplendor que allí se vivió durante buena parte del siglo XIX.
Era el fin, pero no el de nuestra historia.
En 1949, el legendario Isaac Díaz Pardo crea un taller de cerámica en O Castro, un lugar del municipio de Sada, en la provincia de A Coruña. El taller se llamó “Cerámicas do Castro” y comenzó a fabricar una producción limitada que tuvo gran demanda, lo que provocó que decidiera ampliarlo para convertirse en el “Complejo Industrial de Cerámica de O Castro”.
En pleno esplendor de O Castro, Díaz Pardo viajó a Argentina, donde se encontraba un grupo de artistas e intelectuales españoles exiliados. Allí, junto al no menos legendario Luis Seoane, decidieron que tenían que conseguir recuperar y ayudar a renacer la identidad gallega. Y se encontraron con el legado del Marqués de Sargadelos, que usarían como base para crear ese gran proyecto cultural para Galicia.
En 1968 Díaz Pardo y Luis Seoane constituían la “Sociedad Cerámica de Sargadelos”, y levantaban, dos años después, el nuevo complejo de Sargadelos, junto a los restos del antiguo complejo industrial, con el fin de conservar sus ruinas, a las que se le otorgó la calificación de Bien de Interés Cultural.
Este nuevo complejo se convirtió en un extraordinario laboratorio de creación al que acudían intelectuales, jóvenes, maestros y alumnos para formarse y empaparse de las ideas que en aquel lugar se originaban.
En 1988 se instaló un museo donde se expone todo el material recuperado de las antiguas fábricas y donde el visitante puede conocer las diferentes etapas por las que ha pasado la producción de piezas de Sargadelos.
Aunque en la actualidad la automatización de procesos tiene mucha más presencia que hace doscientos años, una de las principales señas de identidad de Sargadelos sigue siendo el alto nivel de artesanía que compone sus piezas, lo que da como resultado una obra de arte única en cada una de sus creaciones.
Las dos fábricas del grupo (Sada y Cervo) siguen elaborando una de las mejores cerámicas del mundo, goza de reconocimiento internacional, se venden en el MoMA, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, y algunos de los mejores diseñadores de las últimas décadas han colaborado con la firma.
Con un equipo formado por unas 150 personas, de las cuales el 70% son mujeres, nunca han dejado de ser uno de los mayores y más reconocidos símbolos de Galicia: Sargadelos.
Iván Fernández Amil. Historias de la Historia.
Referencias:
- CONDE, A. Azul Cobalto. Historia posible del marqués de Sargadelos. Editorial Edhasa, 2001
- OLIVES ORRIT. J. Introducción a la loza de Sargadelos. La joya de las antigüedades en Galicia. Juan Olives Orrit Martínez, 2009
- es.wikipedia.org
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- artnaturagalicia.com
- traveler.es
- isaacdiazpardo.gal
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- brujulea.net
- elledecor.com