Las Termópilas fue una de las más grandes y legendarias batallas de la antigüedad, en la que se enfrentaron griegos y persas durante la Segunda Guerra Médica. Leónidas y 300 espartanos de su guardia, junto a casi 7.000 griegos libres, se enfrentaron a Jerjes I, el rey de Persia. Durante días resistieron el embate de un ejército formado por más de 200.000 guerreros persas, pero cuando parecía que Jerjes comenzaba a quedarse sin recursos, un pastor le desveló la manera de rodear al ejército heleno por un escondido sendero.
Cuando Leónidas supo la noticia, mandó a casa a todo el ejército, a excepción de sus 300 espartanos, con los que falleció tras varios días de combate. Gracias a la contención del ejército persa durante aquellos días, Grecia pudo preparar sus tropas y derrotar definitivamente a los persas. Y eso debió ser lo que pensó el Partido Comunista en España durante la Dictadura: si conseguían acabar con Franco, quizá podrían ganar tiempo para devolver la democracia al país. Y por ello llamaron “Operación Termópilas” a una emboscada con la que pretendían atentar contra el dictador en Galicia, el 25 de julio de 1944. Una historia que ya nadie recordaba hasta que un extraordinario escritor gallego la descubrió por casualidad. Operación Termópilas: cuando el Partido Comunista quiso acabar con Franco.
Este extraordinario escritor es Suso de Toro, uno de los autores gallegos más reconocidos en el mundo. Suso estaba investigando la figura del cirujano y profesor universitario Ramón Baltar Domínguez para su novela, “Un señor elegante”, que se publicaría en el año 2020. Entre la voluptuosa documentación que la familia hizo llegar al escritor, se encontró con una sorpresa completamente inesperada.
Entre los papeles había un dibujo en el que aparecía un plano de un operativo cuyo objetivo era muy claro: matar a Francisco Franco. En él no aparecían fechas de ejecución, pero Suso de Toro dedujo la misma: el 25 de julio de 1944.
Durante la dictadura franquista el 25 de julio no era el Día de Galicia (declarado así durante la Transición), sino que era el Día del Apóstol Santiago, patrón de España. Franco acudía ese día a Compostela todos los años para presidir los actos en la catedral, la recepción en el ayuntamiento y la comida de autoridades en el Hostal de los Reyes Católicos. Al finalizar la jornada regresaba a su residencia veraniega en Sada, el Pazo de Meirás.
El año de 1944 es deducido por Suso de Toro por la conocida como “Operación Reconquista”, con la que el Partido Comunista español pretendía provocar un levantamiento popular en el Valle de Arán, en plenos Pirineos, mediante el ataque de unos 8.000 hombre armados, veteranos de la Guerra Civil y de la Resistencia francesa contra los nazis. El mundo pensaba que, tras la inminente caída de Hitler, el siguiente sería el régimen de Franco. El Partido Comunista probablemente pretendía acelerar el fin del franquismo acabando directamente con su líder.
La invasión del Valle de Arán fue un fracaso, en menos de una semana todos los guerrilleros se retiraron a Francia. Sin embargo, el atentado en Galicia nunca fracasó, básicamente porque nunca se puso en práctica.
El plan era audaz a la vez que peligroso y suicida. El Partido Comunista pretendía apostar a siete guerrilleros en la carretera Nacional 550, que une A Coruña y Tui, a la altura del Ayuntamiento de Ordes, esperando la caravana de Franco, formada por seis vehículos. Uno de los guerrilleros lanzaría una bengala de aviso tras el paso de la comitiva y se harían estallar dos explosivos en plena carretera, uno delante de la caravana y otro detrás para inmovilizarla. Entonces, desde ambos costados de la vía, seis miembros del operativo acribillarían con ametralladoras los laterales del tercer vehículo, en el que viajaba Franco.
El problema de este plan era que a lo largo de la ruta que la comitiva de Franco realizaba cada año se apostaban agentes de la Guardia Civil continuamente comunicados, que además revisaban previamente el terreno, por lo cual instalar explosivos en plena carretera nacional y apostar a siete guerrilleros armados en la ruta no solo no era factible, sino que era un suicidio. Además, Franco viajaba siempre en vehículos blindados, dos de ellos Mercedes 770 que le había regalado Adolf Hitler, por lo que los disparos de ametralladora tan solo habrían causado algunos rasguños en la pintura de su vehículo.
Sumado a todo ello, el fracaso en el Valle de Arán complicaba también la lucha armada. Así que quizá todos estos inconvenientes hicieran que el atentado fuera técnicamente inviable, aunque el PCE llegó a enviar a dos especialistas a Galicia para estudiar y preparar la emboscada.
Sea como sea, aquella operación fue abortada y a día de hoy se desconocen los motivos reales para hacerlo. Ni en los archivos del Partido Comunista consta la Operación Termópilas, ni los grandes estudiosos e investigadores de la época conocían esta historia. Franco nunca fue asesinado y su dictadura duró 40 años. Tras la Segunda Guerra Mundial los Aliados llegaron a reconocer su régimen como legítimo y nunca intentaron derrocarlo.
La Operación Termópilas es uno más de los múltiples planes para derrocar al dictador, una emboscada que jamás se produjo y que, sin duda, podría haber cambiado para siempre la historia de España tal y como la conocemos.
Iván Fernández Amil. Historias de la Historia.
Referencias:
- es.wikipedia.org
- elespanol.com
- lavozdegalicia.es
- elpais.com
- cope.es
- papelenblanco.com
- eldia.es
- elperiodico.com
- eldiario.es
- laregion.es
- elconfidencial.com