Si alguna vez visitas la fabulosa ciudad de Nueva York, podrás disfrutar del río Hudson, frontera natural entre el estado de Nueva Jersey y el de Nueva York y donde se encuentran lugares tan icónicos como la Estatua de la Libertad, el puente George Washington, el Lincoln Tunnel, Governors Island o Ellis Island. Pero cuando los neoyorquinos cruzan el Hudson, no tienen ni idea de que mucho antes de tener ese nombre fue llamado “río San Antonio”. Tampoco saben, o pocos recuerdan que, durante casi dos siglos, todo el noroeste de los Estados Unidos de América era conocido como la “Tierra de Esteban Gómez”. También desconocen que más de 50 nativos americanos, sus habitantes originales, fueron bautizados y acogidos por vecinos de A Coruña. Esto fue posible gracias a un cartógrafo portugués al servicio del emperador español, Carlos V, que realizó un hito geográfico histórico al ser el primero en trazar las líneas de la actual costa este norteamericana. Y lo hizo gracias a la información recibida de una expedición marítima, la primera organizada por la Casa de la Especiería de A Coruña, bajo el mando de un explorador que recorrió estas costas y que partió del puerto coruñés en 1524: Esteban Gómez. Esta es la historia de esa expedición, una aventura coruñesa que cartografió las costas de Norteamérica y las dio a conocer al mundo. 

El rio Hudson y Nueva York. https://es.wikipedia.org

La legendaria expedición Magallanes-Elcano zarpaba del puerto de Sevilla la mañana del 10 de agosto de 1519 completando su carga en Sanlúcar de Barrameda, desde donde partirían definitivamente el 20 de septiembre de ese mismo año. El piloto de uno de sus barcos, la nao San Antonio, era un portugués que había obtenido, un año antes de manos de Carlos V en Valladolid, el cargo de piloto de la Casa de la Contratación de Sevilla: Esteban Gómez.

Retrato de Fernando de Magallanes. https://es.wikipedia.org 

Cuando la expedición llegó a la parte más meridional de América del Sur, en busca del paso que conectaba los océanos Atlántico y Pacífico, Estaban decidió regresar, ya que consideraba que aquella flota no disponía ni de recursos ni de provisiones suficientes para alcanzar las Molucas.

La nao San Antonio llegó a España en 1521, donde su tripulación fue juzgada y encarcelada por deserción, hasta que la nao Victoria, única superviviente del viaje alrededor del mundo, regresó a la ciudad sevillana al mando de Juan Sebastián Elcano, quien narró los horrores de su viaje.

Tras su informe, se hizo manifiesto que, el paso descubierto por Magallanes, se encontraba demasiado lejano y su navegación era altamente complicada, así que Carlos V liberó a Esteban Gómez para escuchar su propuesta de organizar otra expedición que encontrase el paso por el norte en vez de por el sur. Gómez trataba de lograr el mismo objetivo, pero esta vez buscando el paso por una costa cuya traza estaba aún por fijar, entre La Florida y la conocida pero poco definida Tierra de Bacalaos.

Grabado de Juan Sebastián Elcano. https://es.wikipedia.org 

La autorización fue concedida por el emperador en una capitulación con fecha 27 de marzo de 1523, en la primera resolución emanada del Consejo de Indias recién creado. En ella se otorgaba licencia a Esteban Gómez para armar una carabela a cargo de la corona y explorar la fachada atlántica norte del continente americano, una de las pocas zonas del continente que aún estaban por definir en los mapas.

La gestión de esta expedición marítima corrió a cargo de la recién creada Casa de la Especiería de A Coruña, que dispuso todo lo necesario para la construcción y equipamiento de la carabela Nuestra Señora de la Anunciada, un navío de 75 toneladas que se construyó en los astilleros de Bilbao y a la que se dotó de armamento, en previsión de posibles ataques enemigos, y de una tripulación de 29 hombres.

Réplica de la nao Victoria. https://es.wikipedia.org

La expedición zarpó en septiembre de 1524 del puerto de A Coruña, llegando a Nueva Escocia en febrero de 1525, desde donde pusieron rumbo sur tras pasar el invierno. Bordearon las costas del actual estado de Maine, llegando al estuario del río Penobscot, el cual pensaron que podría ser el paso que buscaban, siguieron hacia el sur por toda la costa atlántica de los futuros Estados Unidos, entraron en el puerto de Nueva York, exploraron el río Hudson, al que bautizaron como río San Antonio, y llegaron a las costas de Florida en agosto de 1525, cuando decidieron emprender el regreso a España.

Aunque no encontraron el paso por el norte, Gómez consiguió cerrar la exploración de toda la costa este norteamericana y, quizá en un intento por compensar su “fracaso” en encontrar esa vía alternativa, llegó a España en septiembre de 1525 con más de 50 nativos americanos que había secuestrado durante la expedición. Tras ser informado, Carlos V los puso en libertad y dispuso su bautizo en A Coruña, tras el cual ordenó que fuesen puestos bajo la tutela de algunos vecinos de la ciudad para su cuidado.

Carlos V y Felipe II. https://es.wikipedia.org 

Y aunque parte de estas costas ya habían sido visitadas, fue Esteban Gómez y su expedición coruñesa quienes las recorrieron en su máxima extensión y proporcionaron sus detalles geográficos más pormenorizados. La información fue de tal interés que compensó el escaso éxito económico de la exploración que confirmó la inexistencia de un estrecho al norte entre los océanos Pacífico y Atlántico y todos los datos fueron inmediatamente trasladados para la actualización del Padrón Real, el mapa secreto que era empleado por la corona para la elaboración de todas las cartas náuticas españolas.

Uno de los cartógrafos que trabajaban para la corona, el también portugués Diego Ribeiro, era vecino de A Coruña en el momento del regreso de Esteban Gómez, por lo que recogió sus informaciones y novedades para elaborar seis célebres mapas, que confeccionó mientras vivía en esta ciudad, en los cuales trazó por primera vez en la historia las líneas de la actual costa este de los Estados Unidos de América, a la que bautizó como “Tierra de Esteban Gómez”, denominación que se mantendría hasta bien entrado el siglo XVII tras la colonización británica de estas zonas.

Uno de los extraordinarios mapas de Diego Ribero. https://es.wikipedia.org

A pesar de los hechos, los grandes historiadores ingleses y norteamericanos clásicos ni siquiera nombran a Gómez y consideran a Henry Hudson como el primer occidental en explorar el río que llevaría su apellido, a pesar de haberlo hecho 84 años después que Gómez. Por alguna razón, el río se quedó con el nombre de Hudson y la Tierra de Esteban Gómez quedó olvidada en una anotación en un viejo mapamundi, convertida para siempre en parte de la herencia hispana oculta de los Estados Unidos de América.

Detalle de uno de los mapas de Diego Ribero. https://es.wikipedia.org

Tierra de Estevan Gomez, al norte del mapa anterior. https://es.wikipedia.org 

Sea como sea, Esteban Gómez y Diego Ribeiro no solo hicieron historia, sino que la escribieron desde una ciudad en la que nadie es forastero: A Coruña.

Iván Fernández Amil. Historias de la Historia.

Referencias:

  • es.wikipedia.org
  • hiddenhispanicheritage.com
  • lavozdegalicia.es
  • elpais.com
  • laopinioncoruna.es
  • hispaniccounbcil.org
  • dbe.rah.es
  • mcnbiografias.com
  • sge.org
  • natureduca.com
  • losandes.com.ar