Según confesó ella misma ante los jueces de la Inquisición que la sentenciaron, Juana de Arco tan solo se limitó a cumplir la voluntad de Dios. La joven doncella se había desplazado a la corte de Carlos VII donde, ataviada con ropas masculinas, tal y como le habían indicado aquellas voces en su cabeza, convenció a Carlos de que ella era la enviada que le ayudaría a reconquistar Francia de manos inglesas. Portando una armadura blanca y un estandarte se puso al frente de las tropas y obligó a los ingleses a levantar el sitio de Orleans en una mítica batalla que pasaría a la historia. Gracias a ella, Carlos VII sería coronado rey en Reims, el 17 de julio de 1429, pero tan solo un año después, tras el fracaso de la ofensiva contra París, los franceses necesitaron una cabeza de turco, un responsable de su derrota, y ella fue la elegida. Juana fue hecha prisionera y entregada a los ingleses, que la acusaron de herejía y la condenaron a morir en la hoguera a no ser que se retractase de sus visiones, algo que la joven doncella jamás hizo, reafirmándose en sus revelaciones. La mañana del 30 de mayo de 1431, hace casi 600 años, Juana fue atada a una estaca y quemada viva en la plaza del Mercado Viejo de Ruán y sus cenizas fueron arrojadas al río Sena. Pero en esta legendaria historia que todos conocemos hay un pequeño lugar para Galicia, ya que, en la batalla de Orleans, el lugar en el que se convirtió en una leyenda, Juana contó con la ayuda de las tropas de un sanguinario mercenario que ostentaba el título de conde de Ribadeo. Y esta es su historia.

Asedio de Orleans. https://es.wikipedia.org

En 1369, la lucha por el trono entre Pedro I el Cruel y Enrique de Trastámara, marcó un cambio para Ribadeo, que pasó de estar bajo la protección real a ser un condado, cuya propiedad fue otorgada, el 20 de diciembre de 1369, al francés Pierre Le Vesque de Villaines, como pago por sus servicios y su apoyo para la obtención del trono por parte de Enrique.

Años después, sus descendientes vendieron el condado a otro noble que murió sin herederos, por lo que el título volvió a la corona, hasta que en 1431 Juan II lo volvió a conceder en su conjunto a Rodrigo de Villandrando, III conde de Ribadeo.

Enrique II de Castilla, también conocido como Enrique de Trastámara. https://es.wikipedia.org

Rodrigo de Villandrando había nacido en 1386 en la parroquia de San Lorenzo da Illa, en el actual municipio de Entrimo, en la provincia de Ourense. Aunque hay quien afirma que realmente vino al mundo en Valladolid como hijo de Pedro García de Villandrando e Inés Díaz del Corral, en el seno de una modesta y familia hidalga cuyo linaje estaba ligado a Francia, ya que algunos de sus abuelos habían nacido o servido en el país galo.

Siendo muy joven se alistó en el ejército que Juan II de Castilla, por disposición de las cortes castellanas, envió en ayuda del futuro rey de Francia, Carlos VII, en su lucha contra los ingleses, en la conocida tradicionalmente como “Guerra de los cien años”.

Busto de Carlos VII en la basílica de Saint-Denis. https://es.wikipedia.org

Gracias a su ascendencia gala, habría servido en calidad de paje en la compañía de Jean de Villiers de L’Isle-Adams, Mariscal de Francia, junto al que participó en la toma de París el 29 de mayo de 1418. Dos años después creó su propia compañía de mercenarios, logrando honor, gloria y riquezas combatiendo junto a los ejércitos franceses.

En 1427, conocedor de su valía, Carlos VII lo pone a su servicio y lo envía en ayuda de una jovencita que dice actuar bajo la voluntad de Dios, Juana de Arco. El objetivo era liberar la ciudad de Orleans, que llevaba siete meses bajo asedio inglés.

Retrato de Juana de Arco. https://es.wikipedia.org

Los franceses reconocieron a Juana como la heroína del combate, durante el cual resultó herida por una flecha que se le clavó entre el cuello y el hombro mientras sostenía su estandarte en la trinchera. A pesar de todo, regresó más tarde para dar aliento a las tropas en un asalto final que logró la rendición de los ingleses, que se retiraron de Orleans al día siguiente.

El levantamiento del asedio fue interpretado como una señal de Dios y se escribieron tratados, poesías y canciones de apoyo a la doncella tras conocer esta victoria. Para los ingleses, sin embargo, la habilidad de esta campesina sin formación militar para derrotar a sus ejércitos era considerada una prueba de que realmente era el Diablo quien la poseía.

Juana de Arco entrando en Orleans. https://es.wikipedia.org

Y mientras todo esto ocurría, el conde de Ribadeo estaba allí, una pequeña parte de Galicia estaba allí, viviendo estos históricos eventos.

Rodrigo era tan excepcional en batalla que su grupo de mercenarios, formado por más de 10.000 soldados de multitud de países, se convirtió en uno de los más reconocidos en toda Europa y eran contratados desde la misma Inglaterra, Castilla, Aragón… pero principalmente en Francia.

El problema fue que, con el tiempo, tanto él como sus hombres se convirtieron en crueles, vengativos y sanguinarios y asolaron el país sin distinción de bandos. Incluso lucharon al lado de Carlos I de Borbón contra su gran benefactor, Carlos VII, durante la revuelta que protagonizó parte de la nobleza francesa en 1440.

Juan II de Castilla. https://es.wikipedia.org

Declarado proscrito en territorio francés, fue contratado por Juan II de Castilla, quien le honró con el título de Mariscal de Castilla y Vizconde de La Illa, además del singular privilegio, extensivo a sus descendientes, de sentarse a comer en la mesa del rey en la fiesta de la Epifanía y de recibir del rey vestuario acorde con la ocasión.

Tiempo después obtuvo el perdón del rey francés, Carlos VII, quien le otorgó en recompensa por los servicios de toda una vida varios castillos y el cargo de escudero de las caballerizas reales, un título que le permitía la entrada a la corte y el acceso directo al rey de Francia.

Respecto a su muerte, existen diferentes versiones. Algunas afirman que, arrepentido de toda la sangre vertida, hizo una donación a la iglesia y se retiró al Monasterio de la Merced de Valladolid, donde se levantó una espléndida capilla en su honor y moriría alrededor del 12 de julio de 1448. Otras cuentan que había sido víctima de un complot de nobles castellanos para asesinar al rey en un banquete, quienes lo confundieron con él y lo acribillaron con sus dagas.

Fachada del desaparecido Monasterio de la Merced de Valladolid. https://es.wikipedia.org

Este título y sus privilegios se fueron perpetuando a lo largo de los siglos, llegando hasta los duques de Híjar, quienes fueron sus más directos descendientes hasta 1877, año en el que llega al XXII conde de Ribadeo, Alfonso de Silva y Fernández de Córdoba. Con su muerte, en 1956, pasó a la Casa de Alba, a su heredera, Cayetana Fitz-James Stuart y Silva. En la actualidad está en poder de Alfonso Martínez de Irujo y Fitz-James Stuart, su hijo, XXIV conde de Ribadeo.

Así fue como junto a Juana de Arco luchó un trocito de Galicia: el conde de Ribadeo.

Juana de Arco

Iván Fernández Amil. Historias de la Historia.

Referencias:

es.wikipedia.org

elespanol.com

lavozdegalicia.es

dbe.rah.es

bde.es

castilla.maxerco.es

patrimonionacional.es

dara.aragon.es