En 1995, el arqueólogo Ivan Turk, de la Academia eslovena de las Ciencias y las Artes, encontró el fémur de un oso de las cavernas de unos 50.000 años​ en el yacimiento de Divje Babe, un parque arqueológico eslovaco con vistas al río Idrijca. Pero aquel fémur no era como los demás, había algo diferente en él, algo nunca visto hasta ese momento en un descubrimiento tan antiguo: cuatro agujeros que formaban una perfecta línea en una escala musical. Turk interpretó el artefacto como una flauta creada artificialmente por una familia de neandertales, lo que la convirtió en el instrumento musical más antiguo conocido, y al que se bautizó como la flauta de Divje Babe. Pero a pesar de que las pruebas parecen irrefutables, su origen ha sido objeto de un feroz debate, ya que algunas investigaciones sugieren que los agujeros son de origen animal, concretamente creados por dientes de hiena. A pesar de estas hipótesis alternativas, que sugieren que fue creado al azar por la naturaleza, la flauta se exhibe de manera permanente en el Museo Nacional de Eslovenia como una flauta neandertal, el instrumento musical más antiguo conocido del mundo. No tan antigua, pero igual de legendaria, es una gaita, concretamente su puntero, que lleva sonando en Galicia desde hace casi 600 años. Esta es la historia de la gaita más antigua del mundo.

No se sabe exactamente cuándo apareció la gaita en la historia del ser humano, aunque se conservan pinturas y grabados del Antiguo Egipto en el palacio faraónico de Amarna en las que se representan a músicos tocando un instrumento muy semejante a la gaita actual. 

Los antiguos griegos también conocían la gaita (askaulos), quienes dejaron la referencia escrita más antigua de este instrumento alrededor del año 400 antes de Cristo, cuando Aristófanes, un poeta ateniense, menciona a los gaiteros de Tebas, ciudad enemiga de Atenas en aquella época, indicando que tocaban gaitas hechas con piel de perro y punteros de hueso.

La gaita también era empleada entre los antiguos romanos (tibia utricularis) y era el instrumento empleado por las legiones de Roma en los campos de batalla, al igual que los escoceses tiempo después, para generar el pánico entre sus enemigos antes de los enfrentamientos armados.

El historiador Suetonio, autor de la "Vida de los Doce Césares", la biografía de los gobernantes de Roma desde Julio César hasta Domiciano, describe que el emperador Nerón tocó la “tibia utricularis” en público como castigo autoimpuesto por no ganar un concurso de poesía. Otros testimonios de la época describen cómo el emperador tocaba ese instrumento con su boca y su axila, de lo que se puede deducir que Nerón tocaba la gaita de fuelle. Además, se conserva una moneda de la época de Nerón que muestra una gaita.

Sería a partir de los siglos IX y X después de Cristo cuando este instrumento comenzó a ganar popularidad en toda Europa, alcanzando su mayor esplendor. Las peregrinaciones a Santiago de Compostela serían las causantes de que Galicia se convirtiera, en la Edad Media, en uno de los principales centros de la música gaiteira de toda Europa. Pero comenzó a perder su popularidad a partir del siglo XV, quedando su uso relegado al ámbito de la música popular en lugares tan dispares como Galicia, Escocia, Irlanda, Bretaña, Suiza,​​ Alemania,​ Irán, Pakistán o la India.

La gaita gallega consta de las siguientes partes: 

• Soplete, con el que se introduce el aire en el fuelle
• Puntero, con el que se toca
• Fuelle donde se almacena el aire que hace que el instrumento suene
• Roncón, el tubo que se apoya sobre el hombro del gaitero
• Ronqueta, el tubo que se apoya sobre el antebrazo derecho del gaitero
• Ronquillo, el tubo que sale del fuelle paralelo al ronquete

El primer gallego que tocó una gaita sobre el que existe documentación escrita fue el ourensano Gómes Mouro quien, según consta, fue contratado en diciembre de 1458 por el Ayuntamiento de Ourense para amenizar diversos actos en la ciudad. Quién sabe si, quizá por aquella época, hace casi 600 años, tocó la gaita más antigua del mundo, un instrumento que ya conocían los estudiosos de la música tradicional: la gaita de Xan Tilve.

Xan Tilve fue un famoso gaitero de Campañó, en Pontevedra, conocido como Xan de Campañó, que vivió entre los años 1872 y 1950 y que era el último heredero de una hermosa gaita de fuelle que es conservada por su familia. De esta legendaria gaita se sabía cuándo habían sido fabricados tanto el roncón como el soplete y el ronquillo, pero también se sabía que su puntero pertenecía a una época mucho más antigua, aunque no se conocía con exactitud.

Conocedor de esta antigüedad, el músico, artesano e investigador, Pablo Carpintero, una de las figuras de referencia más notables en la investigación instrumental de la música tradicional gallega, decidió buscar una manera de comprobar esa antigüedad de una manera exacta.

Para ello, buscó apoyo y ayuda del matemático Iván Area y de la historiadora Susana Reboreda, junto a quienes desarrolló este nuevo modelo de datación para las gaitas antiguas partiendo de la base de que los dedos del gaitero desgastan el puntero.

Según iban estudiando el modelo se iban añadiendo variables que afectarían al desgaste de la madera: la presión de la mano, el repertorio musical, el diámetro del puntero, el tiempo de uso... llegando a un modelo matemático capaz de datar con precisión la edad de los punteros y obteniendo un resultado sorprendente para el usado por Xan de Campañó. Porque aquel puntero había sido fabricado con madera con 600 años de antigüedad, muerta entre 1420 y 1450, y llevaba tocándose unos 500 años por doce generaciones de gaiteros.

Para corroborar sus hallazgos, decidieron hacer la prueba del Carbono-14 para confirmar si sus resultados eran fiables, por lo que enviaron pequeños trozos de madera de cinco gaitas para ser analizados con la prueba de radiocarbono. El resultado fue el esperado: las cinco dataciones coincidían con el nuevo modelo que acababan de crear.

El desarrollo de este método supuso una revolución en la datación de gaitas, ya no por la originalidad del modelo, sino porque se evitaba el tener que utilizar muestras del mismo y porque se abarataba en gran medida. Utilizar el Carbono-14 supone en torno a unos 600 € por muestra, mientras que el nuevo método apenas alcanza un coste de 100 €.

Pero quizá lo más notable de esta maravillosa historia no es que esta gaita sea la más antigua del mundo, ni que ahora cualquiera pueda datar su gaita sin tener que quitarle un trozo, ni siquiera que se abarata hacerlo, sino que llevamos al menos 500 años escuchando el mismo sonido de estos instrumentos. La música del pueblo no ha cambiado desde hace más de 500 años, las gaitas suenan exactamente igual ahora que en la Edad Media. 

Iván Fernández Amil. Historias de la Historia.

Referencias:

pablocarpintero.es

es.wikipedia.org

elespanol.com

lavozdegalicia.es

farodevigo.es

eldiario.es

levante-emv.com

galiciaunica.es

musicaparatodos.com

diariodepontevedra.es

gaiteirosgalegos.gal

consellodacultura.gal