El piragüista Carlos Arévalo no solo triunfa en el deporte, sino también en la vida. El deportista y soldado del Ejército de Tierra, ha sumado un logro más a su exitosa carrera deportiva con una medalla de bronce en las Olimpiadas de París 2024 en la modalidad de K-4 en 500 metros, junto al también gallego Rodrigo Germade, Saúl Craviotto y Marcus Cooper.
El doblete de medallas no pudo ser dado que disputó la segunda de las semifinales del K2 500 formando pareja con Germade y quedaron quintos en su serie, quedándose fuera de la final al solo clasificarse las cuatro primeras embarcaciones. Sin embargo, Arévalo y el éxito van de la mano dado que en las Olimpiadas de Tokio fue medalla de plata en e K4 y diploma olímpico en la ya desaparecida prueba del K1 200.
A su llegada hace unas horas a casa, en Asturias, Arévalo ha sido sorprendido en el propio aeropuerto por sus comañeros del Regimiento de Infantería Número 3 de Cabo Noval, amigos y familia, que le han dado una calurosa y sorpresiva bienvenida que ha sido grabada y compartida por el Ejército y en la que se ve a un Arévalo emocionado saludando a todos los presentes con su hija en brazos.
"Esta es la mejor medalla olímpica que existe, el cariño de la gente que siempre está ahí", ha escrito emocionado en sus redes ante la iniciativa de sus seres queridos. "Nuestro bronce olímpico, bienvenido a casa campeón, somos tu ejército", han escrito compartiendo el vídeo de la bienvenida en la cuenta del Ejército de Tierra.
Asimismo, no es la primera vez que Arévalo se encuentra en una situación similar, ya que en 2021 sus compañeros de cuartel le recibieron con honores en las dependencias del Ejércit en Asturias, entre aplauss y con el We are the champions de Queen sonando de fondo. En esa ocasión, Arévalo posó con un águila, símbolo de esta sección de las Fuerzas Armadas, un ave que no ha faltado este lunes en Asturias.