La celtiña fan del Dépor femenino: "Ojalá sirva para entender la rivalidad de otra forma"
Puchy no ve ninguna contradicción en animar al Celta masculino y al Dépor femenino. Dice que “los fanatismos son siempre negativos” y que animando al Dépor femenino quiere demostrar que por encima de la rivalidad está el deporte y disfrutar del espectáculo
5 noviembre, 2019 06:00Es "del Celta a muerte" pero eso no le impide seguir la primera división femenina y tener un equipo favorito, el que arrasa recién llegado de segunda y que se ha colocado en los primeros puestos de la tabla: el Dépor Abanca. María González sigue un poco sorprendida de que se descubriera que siendo celtista de corazón, animaba con todas sus fuerzas a las blanquiazules hace unos días en Abegondo.
"No buscaba el protagonismo para nada, todo fue porque me escucharon hablando con un amigo que estaba conmigo viendo al Dépor femenino en Abegondo y sabe que soy del Celta. Estaba vacilándome porque ese día me habían dejado una bufanda del Dépor, y resultó que la señora que estaba sentada era madre de un periodista, que decidió sacar la historia", nos explica.
Fue así como se conoció la historia de Puchy, como le llaman en casa. Le quita hierro al asunto: "Antes que nada, soy del Arcadia, que es el equipo en el que juego", aclara. Pero como no concibe ver un partido sin ir con un equipo, cuando sigue la Liga femenina es del Dépor. Puchy es de Redondela, pero vive en Santiago, donde trabaja como Educadora social.
"Soy así, apasionada en todo lo que hago", explica para justificar su entusiasmo a la hora de animar a las blanquiazules. "Siempre fui del Celta". Vivió durante los años universitarios en A Coruña. "Coincidió justo con el descenso del Celta a segunda" y reconoce que hizo lo que pudo para defender su afición celeste mientras le decían que "las copas del Celta son de cristal".
La magia del fútbol femenino: una celtiña animando al @RCDeportivo#VamosGoleadoras pic.twitter.com/jIUwCFLPtI
— #Vamos de Movistar+ (@vamos) October 28, 2019
Lo que sí encuentra difícil de defender ahora es que el Celta todavía no tenga equipo femenino: "No hay explicación, al final lo terminará teniendo aunque solo sea por presión social; y eso que hubo dos oportunidades muy buenas, primero con el Olivo, que fue un gran equipo que tuvo que desaparecer y después con el Matamá". Le duele que no se haya dado un paso adelante desde la directiva: "Supongo que priman intereses económicos, y hasta políticos".
Rivalidad solo lo que dura el partido
Dice que no ha prestado atención a las críticas que proliferaron contra ella en las redes sociales. "Me encanta el Celta y soy celtista, pero también me encanta el fútbol y por eso animo al Dépor Abanca, que es el equipo femenino que tengo más cerca de casa para ir a animarlo, y además lo están haciendo fenomenal". En últimas, si las críticas son muy tozudas las zanja con un "no hay que caerle bien a todo el mundo".
Lo que sí que le duele son comentarios que infravaloran al deporte femenino. "Me gustaría decir, ante esos comentarios que dicen que el fútbol femenino es una mentira, que se eche la vista atrás y se vea cómo estaba el fútbol masculino hace 50 años; los hombres tampoco jugaban con el mismo nivel que se juega hoy. Hay una evolución que el fútbol femenino está viviendo con pasos de gigante".
"El radicalismo es un error, siempre", asegura convencida. El deporte está por encima, aportando valores como el "respeto por el rival" que ella, como educadora social, traslada a los chavales con los que trabaja llevándolos cuando puede a Abegondo, como se puede ver en alguna fotografía.
La derrota del domingo del Abanca fue un traspiés en una carrera meteórica. Puchy nos cuenta que el gol que marcó María en la segunda parte lo celebró a grito pelado. "Siento envidia sana, ojalá jugar, aunque fuera en el Dépor, a ese nivel. Están haciendo una maravilla, se nota que ahí detrás hay mucho trabajo. Siento pasión por el Dépor Abanca".
"Si esto sirve para que por lo menos una sola persona entienda que hay otras formas de tomarse esto de la rivalidad, para mi ya habrá valido la pena que se conozca la historia", concluye Puchy con la conciencia tranquila.