Además de pasar a la final del playoff, al marcar cuatro goles en la ida en Riazor y el partido de ayer con un gol de Alex Bergantiños; el Dépor puede presumir de afición. Y es que el medio millar de aficionados que se desplazaron hasta Málaga convirtieron el estadio de La Rosaleda en un pequeño Riazor.

Durante muchos instantes del partido se podía escuchar perfectamente a los hinchas blanquiazules animar a un equipo que aguantó bien los ataques malagueños y completó un buen encuentro a nivel defensivo.

El pitido final supuso el estallido de alegría de una afición que ha sufrido mucho a lo largo de la temporada y que una vez más demostraron su pasión por el Dépor.

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  Fernando Fernández

• Fernando Fernández