El hartazgo de la afición del Dépor ante la mala racha de resultados del equipo alcanzó ayer en Riazor el punto más álgido de los últimos tiempos. En varios momentos del encuentro, la grada de Marathon y aficionados de otras ubicaciones entonaron cánticos contra la dirección deportiva y la directiva. No fue un acto aislado y se escuchó perfectamente en todo el estadio el “Carmelo veta ya” y “Directiva dimisión”.

Los ánimos siguen muy caldeados y la afición señala directamente a las altas instancias. De hecho, ayer no se escuchó ninguna crítica hacia el entrenador. El equipo tras ocho jornadas se encuentra en zona de descenso a Segunda División B y no ha sido capaz de lograr una sola victoria en las últimas siete jornadas.

Por si el panorama no fuera suficientemente preocupante, el Dépor afronta una semana con dos compromisos más que exigentes. El jueves disputa en Montilivi el partido ante el Girona, el equipo con el límite salarial más alto de toda la categoría. El domingo en Riazor, los blanquiazules reciben a un Almería que tan solo ha perdido un encuentro en lo que va de temporada.

El equipo se ejercita este lunes en la Ciudad Deportiva de Abegondo. Ayer las caras de los jugadores denotaban preocupación al término del partido. Toda la plantilla se reunió en el centro del campo ante la pitada de los aficionados que permanecía en sus butacas.

Con solo siete puntos de los veinticuatro en juego, el Dépor vive una crisis institucional más que preocupante. Anquela se sentó en la sala de prensa con un mensaje similar al de las últimas semanas. “Seguiré trabajando mientras pueda y mientras me dejen”. El técnico se encuentra en una situación muy delicada y su continuidad no está asegurada.