El 6 de marzo del 2002 toda A Coruña celebró como nunca un triunfo del Dépor. El equipo entrenado por Jabo Irureta consiguió birlarle la Copa del Rey al Real Madrid el día de su centenario. Un triunfo histórico que fue bautizado popularmente como el Centenariazo.
Hoy son muchos los deportivistas que rememoran aquel histórico día. Lo que parecía ser la gran fiesta del madridismo terminó convertido en drama. El Deportivo consiguió su segunda Copa del Rey ante Zidane, Raúl y compañía. Lo hizo con un partido soberbio y con uno de los mejores onces de su historia puesto a puesto.
Aquel día 25.000 deportivistas jadearon cada acción de su equipo en la grada del Bernabeu. Pese a estar en minoría, suyos fueron los cánticos y gritos más escuchados durante la retransmisión. En A Coruña, otras 10.000 personas se reunieron en el Palacio de los Deportes para seguir el partido a través de una pantalla gigante.
Los goles de Sergio y Diego Tristán desataron pronto el delirio de todo aficionado blanquiazul. El Dépor jugó un partido muy serio e intenso, en el que no faltaron los piques entre jugadores de ambos equipos. El hombre de partido fue Mauro Silva, nombrado por el club como el mejor jugador de su historia. El mediocentro brasileño contuvo con solvencia a un Real Madrid con mucha pólvora en ataque. Su sombra se proyectó por todo el campo y futbolistas de la talla de Zidane sucumbieron ante su calidad defensiva.
Solo Raúl, con un gol a falta de 30 minutos para el final del encuentro, metió el miedo en el cuerpo a los blanquiazules. Sin embargo, la fiabilidad defensiva del Dépor permitió a los de Irureta agotar el tiempo sin tener excesivo trabajo. Fran levantó el trofeo que le entregó el rey Juan Carlos, mientras la grada de aficionados madridistas se vaciaba.
La fiesta se trasladó a las calles de A Coruña, a las de Madrid y, lo más curioso, al restaurante reservado por el equipo blanco para celebrar el título. El Deportivo aprovechó el menú ya preparado y celebró el título por todo lo alto. Hoy, 18 años después, todavía está en la retina de todos los deportivistas que lo vivieron aquel histórico momento. Una Copa que 100 años durará, como dice la canción.