La afición del Deportivo de A Coruña no conoce fronteras y apoya al equipo sin importar la categoría en la que juegue o los problemas que enfrente. Los seguidores coruñeses y de otras puntas de la geografía gallega son un ejemplo, al igual que el indonesio Erwin Liemmunandar, que define su apego al club de esta forma: "A veces el amor es difícil de explicar. Simplemente, amas a alguien o algo y no necesitas ninguna razón para ello".
La relación de Erwin con el Deportivo nació en 2001, cuando tenía 12 o 13 años y comenzó jugar al fútbol en la Playstation. "No tenía ningún club favorito, así que buqué uno que se convirtiera en mi preferido en la Playstation y en la vida real. Usé algunos equipos, como el Milán y el Chelsea, porque me gusta el color azul, pero sentí que ninguno de ellos era el correcto", explica Liemmunandar. Todo cambió cuando eligió al Deportivo: fue amor a primera vista. El indonesio comenzó a buscar información sobre el equipo y descubrió que había ganado La Liga y que jugaba la UEFA Champions League.
Un amor incondicional y esperanzado
Muchos de sus amigos son seguidores del Barcelona, del Real Madrid, de la Juventus, del Milán, del Arsenal, del Chelsea o del Manchester United, entre otros, y le preguntan por qué le gusta el Deportivo. "Es difícil de explicar. Lo único que puedo decir es que siento al Dépor como parte de mi vida, como mis padres o mis hijos, me encanta y busco información a diario en su página web", asegura Liemmunandar, que indica que reza para que el equipo coruñés gane cada partido.
El indonesio espera que el Deportivo regrese a Primera División lo antes posible porque considera que es el lugar al que pertenece. El deportivista también cree que el club debería confiar más en los jugadores de la cantera y evitar que talentos coruñeses y gallegos como Angeliño, Rober, Insúa, Jason o Raúl García, se vayan. "Necesitamos construir un equipo basado en jugadores que crezcan en la cantera, en el Fabril. Me cabreó mucho que dejaran ir a Francis Uzoho, que tiene grandes posibilidades", comenta el indonesio.
Liemmunandar cita nombres como los de Yago Gondoy, Jorge Valín, Juan Rodríguez o Adri Castro como jugadores de futuro para el club. "Necesitamos gente que juegue por el Dépor porque lo quieren, porque lo sienten como parte de ellos y están integrados y motivados cada vez que visten la camiseta y conocen el significado de nuestro escudo", relata el deportivista. La defensa de la cantera y de los jugadores locales que hace el indonesio va más allá y se muestra seguro de un acontecimiento: el Súper Dépor volverá incluso mejor que la última vez y, con una plantilla fundamentalmente local, podrá ganar La Liga, la Copa del Rey y la Champions.
Precisamente, los jugadores del Súper Dépor son los primeros que Liemmunandar cita para referirse a los profesionales que más le gustan: "Maakay, Tristan, Valeron, Djalminha, Mauro Silva, Luque, Fran, Sergio, Donato, Naybet, Romero, Victor, Hector, Manuel Pablo, Capdevilla, Duscher, Pandiani, Munitis…". Ellos no son, sin embargo, los únicos cuya carrera deportiva siguió (o sigue). Luis Filipe, Lopo, Juanma, Lucas Pérez, Fede Cartabia o Arbeloa son otros de los jugadores que pasaron por las filas del club coruñés a los que también nombra, aunque si se tiene que quedar con uno lo tiene claro: Diego Tristán, del que dice que es enormemente talentoso y que, cuando estaba en la cima de su carrera, era "un monstruo, imparable".
Deportista también en los momentos difíciles
¿Qué significa para Erwin Liemmunandar ser deportivista, especialmente en estos momentos tan complicados? "Es duro, y es todavía más duro aceptar el descenso por una mala decisión de La Liga. Un escándalo. Pero ahora tenemos que dejar atrás el pasado oscuro y mirar al futuro para hacerlo brillar de nuevo", explica el indonesio. Su amor por el equipo coruñés, asegura, es mayor con el paso del tiempo y a pesar de haber vivido malos tiempos para el club que incluyen tres descensos de Primera a Segunda División y el último, a Segunda División B.
"Como seguidores, tenemos que apoyar y querer a nuestro club tanto en los buenos como en los malos momentos. Si no estamos ahí en los malos tiempos, mejor no aparecer cuando son buenos", asegura con rotundidad el indonesio. Con positividad, afirma que espera que el club se de cuenta de la importancia de la cantera y hace una reflexión al respecto: en temporadas anteriores, los jugadores estaban poco tiempo, sin margen para adaptarse, y cada año había que construir un equipo nuevo con 10 o 15 futbolistas recién llegados; ahora los contratos son algo más largos y se comenzó a promocionar el Fabril.
Una amplia colección de camisetas
Liemmunandar es, además de aficionado, coleccionista. Tiene numerosas camisetas de diferentes temporadas rotuladas con su nombre y el de sus hija e hijo, así como otras con el de los jugadores. Espera recibir en las próximas semanas más ejemplares, también equipaciones usadas en algún partido. Maakay, Valerón, Mauro Silva, Ramis, Fran, Luque y, por supuesto, Tristán son los nombres que aparecen en las camisetas que espera y que proceden de países como Ucrania, Japón, Tailandia, Reino Unido o España. Actualmente, su favorita es la de la temporada 2001-2002 sin nombre, pero la de Diego Tristán está de camino y se convertirá, sin duda, en la más apreciada por el indonesio.
Este deportivista tuvo la oportunidad de visitar A Coruña en 2016 y, por supuesto, no se quiso perder la oportunidad de disfrutar de uno de los partidos del Dépor y de ver de cerca a los jugadores. El equipo coruñés jugó aquel día, según recuerda Liemmunandar, contra el Real Madrid y perdió el encuentro 0-2 tras dos goles de Cristiano Ronaldo.
La ciudad también logró conquistarlo, y el indonesio solo tiene buenas palabras para A Coruña y sus "agradables" habitantes, que lo hicieron sentirse "feliz" y bienvenido. "Esa semana en A Coruña es probablemente la mejor de mi vida, y me prometí a mi mismo que volvería. Siempre le digo a mi mujer Wanda que tras la pandemia, me encantaría viajar a A Coruña de nuevo. Esperemos que sea el próximo año", asegura Liemmunandar.
Erwin no solo comparte su afición por el Deportivo con Wanda, sino también con sus dos hijos: Libby, de tres años, y Liam, de tan solo uno. Los pequeños visten las camisetas del equipo coruñés, escuchan las historias que su padre les cuenta sobre el club y ya vinculan el color azul al Deportivo. Desde luego, un gran ejemplo de deportivismo y el mejor embajador del equipo coruñés en Indonesia.