Hoy se disputa una final de Copa del Rey muy especial. Enfrenta a los dos grandes equipos del País Vasco, el Athletic de Bilbao y la Real Sociedad. Ambos equipos esperan volver a levantar este título tras años sin hacerlo.

Los donostiarras tienen que remontarse a 1987 para recordar su última Copa. En aquel equipo, dirigido por el exentrenador deportivista John Benjamin Toshack, el lateral derecho pertenecía a Javier Sagarzazu. La Real Sociedad, a petición de su propio entrenador, había aceptado una oferta del Deportivo, que estaba en Segunda División, por el vasco.

Pese a ello, Sagarzazu disputó la final entre el Atlético de Madrid y la Real, que se llevarían los donostiarras en los penaltis tras terminar el partido 2-2. Aquel verano del 87 Sagarzazu hizo las maletas y llegó al Deportivo, que luchaba por volver a la máxima categoría tras una década muy complicada.

El jugador, tal y como revelarían posteriormente sus compañeros en la Real, no encajó bien este cambio de aires, ya que estaba asentado en San Sebastián y esperaba su primer hijo. Además, planeaba casarse con su pareja ese mismo verano.

Trágico final

Sagarzazu no llegaría a debutar en partido oficial con el Deportivo. El lateral derecho falleció trágicamente en agosto de aquel año, mientras se dirigía en el bus del equipo a un amistoso que enfrentaría al Deportivo y al desaparecido CD Ourense en Carral.

Sagarzazu se sintió indispuesto y terminó falleciendo, supuestamente de un derrame cerebral. Aquel suceso sobrecogió al fútbol español. El futbolista venía de conseguir unas semanas antes la última Copa del Rey de la Real Sociedad.

Así lo cuenta el Deportivo en su página web:

Una semana después, el 16 de agosto, el Deportivo afronta su quinto test de la pretemporada. Es la IV edición del Trofeo Concello de Carral, en la que el Dépor debe medirse al Ourense, por aquel entonces equipo de Segunda B. En el autocar camino de la Villa de los Mártires, Sagarzazu se siente indispuesto. A la altura de Tabeaio, alrededor de las 16:25 horas, el jugador comienza a respirar entrecortadamente.

Detrás de Sagarzazu viaja Fontana que, sin imaginarse ni de lejos lo que se avecina, bromea con su compañero: “Menos mal que el viaje es corto. Si llegamos a ir a Castellón…”, le dice. Inmediatamente, Fontana nota que Sagarzazu se ladea y se queda rígido. El autobús se detiene de inmediato. José Ángel Franganillo, preparador físico, y Antonio Vázquez ‘El Gitano’, masajista, tratan de reanimarlo practicándole el boca a boca.

En un vehículo particular, Sagarzazu es trasladado a Carral, donde el facultativo de la localidad, el Dr. Eduardo Pérez Pérez, le suministra estimulantes cardíacos. El Dr. Rama, requerido por la UD Carral, el club local, también le ayuda en los intentos de reanimar al futbolista.

El Dr. Pérez afirma ante la prensa que Sagarzazu llega a sus manos “clínicamente muerto”. “Lo atendí como hubiera hecho con mi padre o con mi hijo, pero aunque volvió a respirar, no recobró el conocimiento. No había nada que hacer”.

Una calle en su honor

Los homenajes a Sagarzazu se sucedieron en los siguientes meses. Se jugaron varios partidos para honrar su memoria, organizados por la Real Sociedad y el Deportivo. Además, el Concello de Carral decidió dar su nombre a una calle, que tras la entrada del Partido Popular en el gobierno local se renombraría como calle Paraíso.

Su hijo fue el encargado de meter el último gol del antiguo estadio de Atocha, donde disputaba sus partidos la Real Sociedad, en 1993. Lo hizo en un acto a puerta cerrada. Hoy, la Real puede conseguir una nueva Copa del Rey. Los protagonistas del último título copero de los donostiarras, y muchos aficionados, seguro que recuerdan a Sagazazu.