El Dépor encajó su primera derrota de la temporada en casa de la temporada en un partido en el que no faltó la actitud ni el pundonor. Un doblete de Alaín situó con mucha ventaja a los visitantes que, a pesar de la ventaja, sufrieron en el tramo final.

El Deportivo completó una primera parte en la que generó más ocasiones que fútbol. Un día más William de Camargo fue una pesadilla por su banda marchándose una y otra vez. El extremo recibió un número exagerado de faltas que se quedaron solo en advertencia. En sus botas nació el primer acercamiento de un Dépor que no logró anotar como en otras ocasiones.

Enfrente el Real Unión de Irún tenía las ideas muy claras. Los irundarras defendían absolutamente con todo y de manera muy comprometida y buscaban las contras. Así nació la ocasión de un Carlos Bravo que avisó con un disparo dentro del área que sacaba un atento Mackay.

La ocasión dejó frío a un Dépor que no lograba conectarse al partido. Así pasaron varios minutos con mucho juego en el centro del campo y pocas ocasiones. Con el encuentro igualado llegó el zarpazo del Real Unión de Irún. Alaín conectaba un zurdazo espectacular desde 25 metros que se colaba en la escuadra de la portería blanquiazul.

El gol espoleó a un Dépor que se fue a por el empate. Trilli empezó a coger protagonismo y fue muy incisivo por su banda. Noel y Juergen fueron incapaces de anotar dos buenas asistencias del canterano. El Dépor lo buscaba pero los visitantes se cerraban realmente bien.

Los coruñeses dieron un empujón en los últimos ocho minutos de la primera mitad. Primero fue Lapeña el que estrelló un gran disparo en el larguero irundarra. También hubo tiempo para la polémica. El colegiado se desentendió de una jugada con dos penaltis muy claros en la que Miku acabó con la ceja rota.

Así se llegaba al descanso de una primera mitad en la que los blanquiazules se marchaban por detrás en el marcador. Nada más señalar el camino de los vestuarios, Borja Jiménez salía como una flecha para pedir explicaciones por el penalti no señalado.

La segunda mitad empezaba de la mejor manera posible con un penalti dudoso a favor del Deportivo. Miku, enrabietado todavía de la última acción de la primera mitad, lo fallaba tras una buena intervención del portero. Los coruñeses salieron volcados en busca del empate y se encontraron con un cero dos muy duro. Alaín lanzaba una contra desde su propio campo y con algo de suerte hacía el segundo.

Borja movió el banquillo dando entrada a Álvaro Rey, Quiles, Menudo y Aguirre buscando el milagro. El Dépor se fue a por la remontada con más corazón que cabeza. Los blanquiazules dominaban pero no encontraban el camino del gol. 

Pero la rendición no es algo que caracterice a este Dépor y Juergen anotó un golazo cuando todavía quedaban veinte minutos por delante. Riazor siguió empujando en busca del empate y el equipo lo rozó hasta la última acción, aunque sin obtener el premio final.