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El Deportivo dijo adiós a sus opciones de ascender de manera directa tras caer en Balaídos por dos goles a uno. Los blanquiazules merecieron más en un choque marcado en el tramo final por una más que dudosa expulsión de Alberto Quiles. Los coruñeses generaron y tuvieron ocasiones de sobra para llevarse los tres puntos pero un golazo de Javi Gómez en el 87 dilapidó las opciones blanquiazules.

El choque nació con un Dépor desubicado y bastante a merced de su rival. Un primer remate de cabeza céltico dentro del área pequeña sembró las dudas en los de Borja Jiménez. El técnico optó por un once con muchas novedades. Las bajas condicionaron un once que dejaba algunas dudas.
La empanada blanquiazul se tradujo en el primer gol del Celta. Un centro por banda derecha finalizaba con un remate de Fabricio que contó con la ayuda de Jaime. El central se mostró lento y poco contundente en una acción que ponía por delante a los locales.

Tras el gol el Dépor reaccionó y se hizo con el control del partido. Fueron los mejores minutos de un equipo que lo buscó y al que solo le faltaba acierto. Quiles pudo hacer el primero tras una buena asistencia de Soriano que sacaba el meta local. Aguirre tuvo la segunda en una internada por banda que finalizó en vez de ceder a un Soriano que estaba completamente solo.

Así se llegaba al descanso de un encuentro en el que el Dépor iba por debajo pero había generado suficientes llegadas para merecer un resultado mejor. La segunda mitad nació con un Celta que defendía la ventaja en el marcador. Los coruñeses buscaban el tanto con llegadas constantes sobre la meta contraria.

Como no llegaba el gol, Borja metió a William en el campo. El extremo revolucionó el choque y sobre él cometieron el penalti que Quiles anotaría para hacer el empate. El Dépor llevaba minutos mereciendo más y por delante tenía más de veinte minutos para lograrlo. Un balón filtrado sobre Quiles se convirtió en la acción clave del choque. El portero del Celta salía en el mano a mano y el andaluz caía. El colegiado le enseñaba la segunda cartulina amarilla que dejaba al Dépor con diez.

Por delante quedaban quince minutos en los que pasaban pocas cosas hasta que Javi Gómez se inventó un golazo. El jugador del Celta batía a Mackay con un gran disparo desde la frontal del área que se colaba por la escuadra blanquiazul. El Dépor lo intentó hasta la última jugada en la que el colegiado señaló una dudosa falta de Lapeña sobre el portero celeste cuando la pelota estaba dentro de la portería.

El pitido final supuso una imagen vergonzosa y poco deportiva. Los jugadores del filial celeste celebraron la victoria con provocaciones ante los del Deportivo y el Celta permitió una invasión de campo que dejó imágenes lamentables.