Actualización: ¡María del Carmen podrá ir a Riazor, ha conseguido entradas!

Hace cinco años que a María del Carmen Tajes, de 78, le falta su marido, de quien heredó la pasión por el Deportivo. Desde su fallecimiento (estuvieron 53 años casados) no acude al estadio de Riazor ni es socia, pero no se pierde un encuentro en el bar de debajo de su casa, el Kilate, en el barrio coruñés de la Cubela. Esta constancia supone un esfuerzo para ella, por su edad y por sus principios de Alzheimer, que aunque no está muy avanzado, le impide en muchas ocasiones acordarse de lo que comió el día anterior, por ejemplo.

"Te puedo asegurar que a lo mejor no sabe decirte lo que comió ayer, pero sí sabe cuando juega el Depor y en qué puesto de la clasificación van", cuenta la joven que le cuida dos veces a la semana desde hace aproximadamente seis meses. Ambas tienen buena relación y la cuidadora cuenta que "exceptuando los típicos achaques de la edad está como una rosa", sobre todo en lo referido a la pasión blanquiazul, que comparte a su vez con sus dos hijos, deportivistas desde que nacieron.

Este jueves, durante el café que tomaban en el bar, la anciana le ha preguntado al dueño cuando jugaba el Deportivo, a lo que él le contestó que este sábado. Una jornada que está tardando en llegar para muchos desde la victoria que dio al equipo el pase a la final del playoff el pasado sábado. Dada la ilusión que mostró por el encuentro, la cuidadora de la coruñesa le prometió que haría lo posible para conseguir dos entradas para la final "y despedir Riazor a lo grande", pero la suerte no les ha acompañado.

La joven se lamenta porque a las 18:00, la hora de inicio de la venta de entradas para no socios, ella estaba en clase y nadie cercano podía ayudarla en la compra. Por este motivo, puso un tuit para el equipo coruñés contando la historia de esta fiel seguidora para probar suerte, de momento sin resultados.

"Puede que en la nueva temporada ya no sepa quién es el Depor"

La cuidadora de María del Carmen cuenta con ternura como cuando le comentó que a lo mejor podían ir este sábado al estadio de Riazor, "a los cinco minutos abrió el armario". Dentro había una bufanda que le había regalado su marido hace años que había hecho ella misma a mano y una bandera blanquiazul. "No los había vuelto a sacar desde que murió el marido. Se puso tan, pero tan contenta, que inmediatamente abrió las ventanas y me pidió que la ayudara a colocar la bandera", cuenta.

"Para ella es la afición que la une a su marido después de una vida juntos y una familia maravillosa. Y la enfermedad del Alzheimer es tan imprevisible que puede que en septiembre cuando sea la nueva temporada, ya no sepa quién es el Depor", lamenta, a la vez que se emociona porque reconoce que la mujer "cinco años después recuerda a su marido como el primer día". "Nunca ha faltado a un partido televisado, siempre en el mismo bar y con el mismo camarero", detalla, mientras no pierde la esperanza de que María del Carmen pueda finalmente cumplir su sueño mañana y ver de cerca a sus jugadores favoritos: Alex Bergantiños, William de Camargo y Alberto Quiles.