El Deportivo firmó otra primera mitad insulsa y con posesión estéril. El conjunto blanquiazul sigue siendo un equipo previsible y con escasa profundidad. Los rivales, con muy poco, son capaces de maniatar y apenas sufrir.

De hecho a diferencia de otras ocasiones, el rival tuvo más y mejores ocasiones durante la primera mitad. Los 10 primeros minutos fueron de dominio deportivista ante un Sanse agazapado y esperando su oportunidad. Y la primera no tardó en llegar tras un buen balón en profundidad y un disparo que salía cerca del poste izquierdo de la meta de Mackay. Acto seguido llegó la segunda y más clara para el Sanse en una mala salida de balón del Dépor. El disparo a bote pronto obligaba al portero blanquiazul a hacer una gran estirada para enviar la pelota a córner. En el saque de esquina llegaba la tercera para desesperación de la grada.

Tras esas ocasiones el choque entró en una dinámica igualada y con mucho menos peligro. Ambos equipos resguardaban la zaga apenas sufrían atrás. Los coruñeses seguían atascados y sin fluidez. Solo Svensson, con su continua batalla, y un disparo desde la frontal lo intentó. El Dépor volvió a avisar varios minutos más tarde gracias al balón parado. Un córner era rematado por Pablo Martínez y salía cerca del larguero. Fue la única llegada deportivista de la primera mitad.

El Sanse lo volvió a intentar con algún acercamiento peligroso y volvió a inquietar la meta de Mackay. Así se llegaba al final de una preocupante primera mitad. El segundo acto nació con sensaciones similares a cómo acabó la primera. La diferencia es que el Sanse no llegaba y el Dépor quería algo más. A pesar de ello seguía faltando profundidad y ocasiones claras. Tuvo que llegar Alberto Quiles para desatascar el choque y firmar un espectacular gol para abrir la lata. Minutos antes, Cano había movido el banquillo dando entrada a Gorka.

El gol sentó bien a un Dépor mucho más cómodo en ese papel con ventaja en el marcador. El Sanse no inquietaba y los coruñeses administraban la ventaja. El equipo siguió además llegando y pudo hacer el segundo, pero Gorka perdonó en la más clara. El partido entraba en sus 10 últimos minutos y los madrileños dieron un paso adelante en busca del empate. Fue el tramo en el que más sufrió un Dépor que defendió con todo para retener los tres puntos. Lis cinco de añadido se hicieron eternos pero el pitido final se convirtió en un alivio para los blanquiazules que retuvieron la victoria.