El entrenador de Argentina, Lionel Scaloni, estuvo ayer en El Partidazo de COPE y no dejó pasar la ocasión de habar de su periodo en el Deportivo. El exjugador del club coruñés aseguró que visitará Riazor para hacer un saque de honor, al igual que hizo en Mallorca, diez días después de haber sido homenajeado por los Riazor Blues.

El argentino confesó que sigue al equipo coruñés, que ha terminado la primera vuelta del campeonato a siete puntos del liderato, y que ve los partidos. "Se sufre. ¿Cómo no se va a sufrir? Verlo ahí es muy triste. Pero en cualquier categoría la gente va. Creo que esa es una de las claves del fútbol y lo bonito que tiene. Al final soy hincha del club, son hincha de la gente, y el club estará toda la vida", aseguró el entrenador.

Scaloni, que también jugó en el Racing y en el Mallorca durante su etapa como futbolista, reconoció ante preguntas de los periodistas que su carrera la había hecho en el Deportivo. Un equipo al que llegó con 19 años acompañado por su padre y su hermano Mauro, de 21, que estaba en el filial herculino y con el que dividió a la mitad el contrato.

"Eso fue mi viejo. Dijo: hasta el día en que estés en A Coruña tu hermano te va a acompañar y van a dividir mitad y mitad. Estuvimos en A Coruña 9 años", explicó Scaloni sobre esta anécdota. La vinculación del exjugador con la ciudad herculina es tan fuerte que se refleja también en su pueblo natal, donde el argentino tiene una ganadería a la que ha puesto el nombre de La Coruña.

El actual entrenador de Argentina también respondió a preguntas sobre si dirigiría a la selección española. "¿Por qué no?", indicó Scaloni, que en varias ocasiones ha insistido en que su sueño es entrenar al Deportivo. "Tiempo al tiempo", aseguraba momentos después de ganar el Mundial el pasado mes de diciembre.

Scaloni reconoció que tiene pánico a volar. "Y encima la pastilla no me hace bien para dormir, no me duerme. A raíz del avión me hace el efecto contrario", aseguró el entrenador. El argentino explicó que durante su época en el Deportivo viajaba siempre en cabina porque lo tranquilizaba más, algo que no puede hacer en un vuelo regular.