Las buenas noticias se acumulan alrededor del Deportivo. El conjunto blanquiazul mantiene una racha goleadora y de victorias espectacular que le permite liderar la clasificación por primera vez en la temporada.
Son muchos los factores que explican el buen momento de un equipo que vive un momento dulce. Desde la seguridad de Parreño en portería y una férrea defensa, a un ataque que genera gran cantidad de ocasiones y pasando por un centro del campo sólido y que es capaz de sujetar al equipo.
En el capítulo individual uno de los nombres más destacados es el de David Mella. El canterano se ha convertido en una fuente inagotable de generar peligro por banda derecha. Su desborde, velocidad y capacidad de entender el juego, lo convierten en una auténtica pesadilla para las defensas contrarias. A ello hay que unir su capacidad goleadora.
Esta temporada lleva tres goles en el campeonato liguero y dos de ellos fueron ante el CD Lugo. Se da la curiosa circunstancia de que tanto el gol en el Anxo Carro como el de Riazor son prácticamente calcados. Además esos dos tantos comparten otra peculiaridad, la asistencia de Lucas Pérez.
Mella está explotando al máximo su velocidad en este tipo de contraataques en los que resulta casi imposible detenerlo. Ante el CD Lugo logró su primer tanto en Riazor con la camiseta del primer equipo. La afición lo despidió con honores y coreando su nombre. El canterano es un ídolo para las nuevas generaciones deportivistas y su aportación ha sido clave a la hora de explicar la metamorfosis de este equipo.