El Deportivo ha aterrizado en el fútbol profesional con ganas de consolidarse y volver a ser una referencia dentro del fútbol español.

El conjunto coruñés ha vivido una auténtica montaña rusa de sensaciones durante sus cuatro años en la tercera categoría del fútbol nacional. Cambios constantes en el Consejo de Administración, banquillo y plantillas se produjeron en esta etapa que pasará a la historia del club en clave negativa.

Tras volver a realizar cambios en el Consejo este verano y después de que Juan Carlos Escotet haya asumido la presidencia, el club trata de mantener estabilidad en el banquillo y plantilla.

Un total de siete técnicos han pasado por Riazor en cuatro años realmente complicados. Fernando Vázquez y Rubén de la Barrera lidiaron con una primera temporada muy complicada tras el COVID.

Luego llegó un Borja Jiménez que trajo algo de estabilidad. Sin embargo, la derrota ante el Albacete dejó muy tocado a un técnico que la siguiente temporada fue destituido en la séptima jornada. Ese mismo año, Óscar Cano trató de llevar al equipo a lo más alto pero su paso por A Coruña resultó decepcionante. De hecho, el club decidió a dos jornadas del final repescar a Rubén de la Barrera que no pudo lograr el ascenso tras el fatídico encuentro en Castellón.

La temporada pasada el club, con cambio en la dirección deportiva, apostó por Imanol Idiakez. El técnico estuvo más fuera que dentro del club tras un muy mal arranque de temporada. Sin embargo, la unión de vestuario y una racha espectacular de triunfos en la segunda vuelta hicieron que el equipo lograra el objetivo y consiguiera el ascenso.

Ahora llega una nueva temporada con Idiakez al mando y una base de la plantilla muy similar a la del año pasado. Por el momento el club ha realizado tres incorporaciones. Aunque llegarán más jugadores, el técnico vasco mantendrá la columna vertebral de la pasada campaña.

El club busca tranquilidad tras años muy complicados aunque estabilidad y fútbol son dos términos que no van muy de la mano en la actualidad.