Sensación agridulce está dejando el Dépor en su regreso al fútbol profesional. Tras dos jornadas, los coruñeses van a seguir en lo bajo de la clasificación con cero puntos y con la sensación de estar pagando el peaje de la adaptación.
Los dos primeros partidos muestran un denominador común: la endeblez defensiva a la hora de defender las acciones de estrategia. Los coruñeses han encajado tres goles en los primeros 180 minutos de la temporada: uno de penalti, otro de falta lateral lejana y otro de córner.
El día de Oviedo el gol recibido llegó tras un error colectivo importante. Por su parte, el tanto de ayer en el Alcoraz volvió a evidenciar una alarmante falta de concentración en el tiempo de descuento.
Por fútbol, es probable que el equipo mereciera más puntos, pero la realidad deja a los coruñeses con cero puntos y sensaciones que recuerdan al inicio de temporada del año pasado. Ahora los rivales son más fuertes y están más preparados.
El próximo domingo 1 de septiembre los de Idiakez afrontarán el tercer encuentro de la temporada. Llegará a Riazor el Racing de Ferrol de Cristóbal Parralo, un conjunto que busca asentarse en la categoría de plata del fútbol español tras realizar el año pasado una gran temporada.