Sara Helena Iglesias es una coruñesa de 30 años y profesora de educación primaria que emplea la mayor parte de su tiempo libre a entrenar con los patines, una dedicación que le ha llevado a conquistar en 2019 y 2020 el Campeonato Internacional de roller quad freestyle. Es una disciplina poco conocida aún a nivel nacional pero que cada vez gana más adeptos y consiste en realizar trucos o acrobacias en diferentes superficies, bien en la calle o en los skateparks.
La relación de Iglesias con los patines empezó a una edad muy temprana, con tan solo cuatro años, momento en el que empezó a practicar patinaje artístico y lineal de velocidad y a competir hasta los 13 años. Durante un tiempo dejó aparcados los patines para dedicarse a la música pero todo cambió hace seis años, tras un breve contacto con las Brigantias, un equipo femenino de roller derby coruñés, además de descubrir el roller quad freestyle a través de las redes sociales.
Bomba Hache es el nombre que utiliza Iglesias en este mundillo y la Hache se debe a que su segundo nombre es Helena y lo de bomba porque comenta que su estilo es "explosivo". "Cuando me pongo los patines siento que me transformo, que me dan poder y no hay nada más explosivo que una bomba de hidrógeno", explica. El éxito de Iglesias en esta disciplina es aún más meritorio si cabe porque entrena en los ratos libres que le dejan las clases que imparte a sus estudiantes y siempre que el tiempo lo permite, que en Galicia no suele ser muy a menudo, en especial en los meses de invierno.
"En el freestyle no hay reglas, haces lo que te venga a la cabeza"
Sobre el roller quad freestyle, Bomba Hache comenta que "es una disciplina que te abre a muchas posibilidades, donde puedes hacer lo que te venga a la cabeza y no hay reglas, a la vez que es divertido y engancha". "No conocía a nadie que practicase este deporte y cuando empecé ya no pude parar", reconoce, a la vez que cuenta que es autodidacta y aprendió gran parte de trucos explorando en las redes sociales y contactando con gente que lo practica. "En mis inicios estaba sola y fui aprendiendo con muchas caídas y perseverancia. Seguí en esto porque me di cuenta de que era lo que estaba buscando y me involucré al máximo desde el minuto 1″, explica.
A su vez, Iglesias recuerda que hace tiempo le contactó una chica de Nueva Zelanda que era la responsable de una comunidad de gente que patinaba y hacía el mismo deporte que ella, cuya idea era abrir páginas por todo el mundo para unir a gente que practicaba esta disciplina. A raíz de esto, Bomba Hache comenzó a dirigir la página de España y asegura que "poco a poco la gente que no practicaba el deporte por desconocimiento lo fue conociendo y la expansión fue increíble".
Hace dos años, España federó este deporte, el primer país en hacerlo a nivel internacional, y depende de la Federación Española de Patinaje. Este organismo fue a su vez quien organizó los dos campeonatos internacionales que Iglesias tiene en su palmarés y la deportista ha acudido a otros en Francia, entre otros lugares. "A raíz de lo que hicimos aquí otros países como Argentina están haciendo su reglamento y normas para este deporte, lo que fomenta el crecimiento de más escuelas y la adhesión de nuevas generaciones que quieran practicarlo", argumenta la coruñesa.
"He ido a los campeonatos que he podido, es todo muy underground y lo regulado y federado son los campeonatos internacionales que se han hecho aquí en España y he tenido la suerte de quedar de primera, todo un orgullo", asegura, sobre lo que matiza que le gusta practicar todas las disciplinas dentro del freestyle (de calle, de rampa, vertical…) pero especialmente la de calle y rampa porque "son en las que más destaca". "Intento no ponerme límites y cuanto más completo sea uno más aumentan sus habilidades", concreta.
200 deportistas de freestyle en España
Iglesias explica que su trabajo como profesora de educación primaria y el máster que está estudiando "es lo que le da de comer" pero a la vez se toma el patinaje muy enserio. Para ella este deporte "no es solo una afición, sino que va más allá porque le da felicidad y energía". Normalmente entrena en el skate plaza de Los Rosales, una denominación que hace a estas instalaciones porque considera que para ser skatepark "deberían tener más rampas y no solo módulos de calle" y lamenta, a pesar de que considera espectaculares las vistas a la Torre, no tener más sitios para practicar en la ciudad.
"Empecé a entrenar en el skatepark de Eirís pero está destrozado e inutilizado desde hace años. Necesitamos más instalaciones de este tipo para poder entrenar porque cada día somos más patinadores y skaters que compartimos estos espacios y además cubiertos, para poder hacer deporte incluso cuando el tiempo no acompañe", solicita. Acerca de aquellos que practican freestyle en España, Bomba Hache los cifra en unos 200 y sostiene que "lo más maravilloso para ella es poder inspirar y enseñar a otra gente lo que hace para que descubran una pasión", dice.
"Me propongo ser mejor cada día a nivel profesional como en mi carrera deportiva y mis objetivos son no poner límites, darlo todo de mí y llegar hasta donde pueda. Me gusta inculcar el empoderamiento femenino en las nuevas generaciones, eso de que todo es posible, romper con los estereotipos de que este tipo de deportes extremos son para chicos", sostiene. "Es importante demostrar que nosotras también podemos y que somos igual de capaces que los hombres de hacer lo que queramos y nos propongamos", subraya.
A la hora de practicar, Iglesias recuerda que es esencial, y ella misma da el ejemplo, llevar casco rodilleras, aparte de combinar los entrenamientos con los patines con ejercicio extra para mantenerse y fortalecer la musculatura y así prevenir futuras lesiones. "Quiero inculcar a los más jóvenes un estilo de vida saludable. El freestyle es un deporte que transmite sensaciones y sentimientos y te hace sacar el fuego, la pasión que llevas dentro y la mejor versión de ti mismo", concluye con ilusión y la mirada puesta en metas futuras.