¿Recuerda su verano de selectividad? Una época ilusionante para todo estudiante que desea echar a volar y que empieza a asentar los pilares de lo que se convertirá, previsiblemente, en su futuro. Nada ni nadie debería truncar esa felicidad pero la vida, a veces, resulta incomprensible e intenta sesgar cualquier plan que uno pueda tener. Afortunadamente, escribo “intenta” porque, en ocasiones, el ser humano consigue sobreponerse cual superhéroe a estos envites del destino, tal y como hizo Sarah.
La vida de Sarah Almagro Vallejo (Marbella, 2000) cambió radicalmente en julio del 2018 tras contraer una meningitis meningocócica. Tras dos errados diagnósticos de gastroenteritis, sufre un shock multiorgánico que la lleva a la UCI donde tiene que ser inducida al coma. Su fortaleza le permitió sobreponerse a ocho paradas cardíacas pero su cuerpo se tuvo que centrar en mantener las partes vitales, lo que hizo que la sangre dejase de circular por sus manos y pies, que tuvieron que ser amputados.
La sobresaliente robustez mental de la joven andaluza, unida al imprescindible soporte brindado por su familia, hace que Sarah, estudiante de Derecho, continúe con su vida tras 27 operaciones y un trasplante de riñón incluido. Como si no fuese suficiente, en su ciclo vital destacan otras proezas sólo al alcance de muy pocos como ser subcampeona mundial de surf adaptado y ser todo un fenómeno de TikTok con más de 400.000 seguidores a los que explica su día a día través de vídeos. Por si fuera poco, esta semana se ha proclamado campeona femenina y subcampeona en categoría mixta de surf adaptado en el Abanca Pantín Classic Galicia Pro.
¿Cómo valoras tu participación en el Pantín Classic?
Es un campeonato muy especial para mi, ya que fue el primero al que asistí después de la meningitis, aunque antes ya practicaba body y surf con anterioridad. Me hubiese gustado competir las semifinales pero por falta de olas nos tuvieron que reagrupar a todos en una manga final y me quedó la espinita de no haber quedado campeones en categoría mixta por sólo 0,3, aunque fui campeona en la categoría femenina. Quiero agradecer a Uxío Rodríguez y Bruno Martín. Gracias a su labor he conseguido volver a Pantín y conseguir estas posiciones.
Queda un largo camino por recorrer en cuanto a sensibilización y visibilización de todas las discapacidades, pero parece que la organización de este evento deportivo ha puesto un granito de arena más para cumplir este objetivo.
Es algo muy importante que no todos los campeonatos hacen. A todos se nos llena la boca hablando de inclusión pero los hechos son escasos. Como ejemplo, este año teníamos un trofeo propio con rotulación en braille.
¿Qué retos tiene por delante la actual subcampeona del mundo en surf adaptado?
Intentar revalidar el título de campeona de España e ir a por el oro en el mundial que se celebrará en Pismo Beach, California. Yo siempre digo que a una competición se va a ganar, no a disfrutar. Y esto no quiere decir que yo tenga mal perder. Simplemente que para disfrutar me quedo con mis amigos tomando algo.
Tras la amputación de las manos y los pies, ¿cómo fue el proceso de adaptación a las prótesis?
Nadie está preparado para esto. Ni con 18 años ni con 60. Con 18 años piensas que te vas a comer el mundo y de repente te ves en una situación de total dependencia y crees que nunca vas a poder hacer nada y que nadie te va a aceptar. Así que lo afronté como un reto e intenté que esa dependencia que tenía en aquel entonces se fuese poco a poco. Por ejemplo, cuando llegué a casa me costaba hacer cosas con los muñones y, a día de hoy, escribo más rápido con los muñones que con las prótesis, me pongo las lentillas con los muñones… Son cosas que piensas que no vas a conseguir en la vida. Como soy cabezona y perfeccionista he ido logrando la independencia.
Cualquier elemento ortopédico por sencillo que sea tiene unos precios elevados, y las avanzadas prótesis que utilizas no escapan a esta realidad. ¿Recibes algún tipo de ayuda económica pública para costearlas?
En 2018 las prótesis de la Seguridad Social eran arcaicas en cuanto a tecnología. Los pies de madera y las manos como el típico gancho de feria. El paciente era el que se tenía que adaptar a la prótesis y no al revés. Mis padres investigaron y vieron que había prótesis de mejor calidad con un coste elevado que como familia no podíamos asumir. Entonces decidimos recurrir a la sociedad. Hubo hasta niños que por su comunión en lugar de pedir juegos, pedían dinero para mis prótesis y es gracias a toda esa gente que las tengo. Así que, mi familia y yo, no nos quisimos quedar de brazos cruzados y emprendimos la lucha para mejorar el catálogo ortoprotésico de la Seguridad Social y lo hemos conseguido. Además, mi padre ha conseguido que, para casos clínicos como el mío, exista una cláusula en Andalucía por la cual puedan acceder a prótesis como las que llevo.
Tú y tu familia habéis peleado por que se incluya en el calendario de vacunación una inyección que pueda evitar lo que te sucedió. Si, mi padre lo consiguió a nivel nacional. Se trata de una ampliación de la Tetravalente, que ahora incluye las cepas A, C, Y y W y también la Bexsero en Andalucía.
¿Tu irrupción en TikTok fue algo planeado para dar visibilidad a la discapacidad o surgió sin esperarlo?
Antes de que me pasara todo esto no tenía redes sociales porque me parece un mundo frívolo, pero tuvimos que pensar en una forma de que la gente me ayudase y la mejor forma fue dando visibilidad ymostrando que el querer es poder. Empecé con Instagram y pensé que TikTok sólo era para gente “ligerita” de ropa haciendo bailes. Pero me cree una cuenta con mi hermano con humor negro y despues hice mi cuenta con vídeos que a la gente le generasen interés en mi. En año y medio conseguí 240.000 seguidores, pero me cerraron la cuenta. La recuperé y en cuestión de cuatro meses he conseguido 400.000 seguidores.
Creo y espero que sean más numerosos los seguidores “buenos” que los haters. ¿Recibes alguna crítica?
La gente no se da cuenta de que detrás de la pantalla hay una persona, pero siento y padezco como todo ser humano. Intento llegar al mayor número de personas posible a través de mis vídeos y sé que estoy ayudando a gente porque recibo mensajes todos los días dándome las gracias. Desde gente que dice que con mis vídeos “se les quita la tontería”, hasta gente con depresión o personas que empezaron a hacer surf. Aunque no me gustan las redes, la labor que hago me llena.
Falta mucha educación, no sólo en redes sociales, con respecto al trato de las discapacidades. ¿Es algo que notas en el día a día? Si. A mi me da igual que me miren. Todos miramos inconscientemente. Para mi un chico puede parecerme el más guapo del mundo y él puede pensar que estoy mirando su mayor complejo. Los niños no tienen culpa de mirar, y es necesario explicar. Lo que si me molesta es cuando los niños dicen “mira papá, no tiene” lo que sea y que los padres reaccionen diciendo “no, no”. Cuando yo estoy encantada de explicarles lo que me pasó. Educar en la diversidad es explicar a los niños por qué alguien tiene un determinado cuerpo o está en una silla de ruedas y no excluir a la gente que no cumple el estereotipo de la sociedad.