Este sábado 20 de julio, poco antes de las 9:00 horas, los corredores de Empujando Sonrisas se citaban en la plaza de María Pita para poner rumbo a la del Obradoiro, en Santiago de Compostela. Por delante, 70 kilómetros a recorrer en sus sillas adaptadas.

En total fueron 34 los relevistas que se dieron cita sin importar la lluvia o el relieve del camino, siendo un equipo en el que todos cuidaban de todos. El corredor más pequeño tenía apenas cuatro años, por los casi 60 del más veterano, que llegó a completar 40 kilómetros.

Durante el camino se encontraron con un gran número de peregrinos que les trasladaron palabras de ánimo y cariño, aportando su granito de arena para ayudar a superar el desafío. El grupo pudo disfrutar de una comida a resguardo gracias a la empresa As Puntadas, que colaboró junto a otras empresas en la travesía. 

Mario y Pedro, protegidos bajo un plástico en sus sillas adaptadas, no quisieron perderse ni un kilómetro del trayecto pese a las inclemencias meteorológicas, dando alas al grupo con su emoción e ilusión. El grupo entraba en el Obradoiro a las 20:05 horas, 11 horas después de la salida desde María Pita, bajo la banda sonora de las gaitas.