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¿Por qué quiero entrenar? Me pregunto mientras busco un gimnasio en el centro de A Coruña. Quiero reducir el estrés y mejorar mi humor. Me apetece pasármelo bien y de paso, por qué no, mantenerme en forma. Creo que las razones son suficientes. ¿El problema? “Mañana empiezo”, me digo siempre, ayer.
BZ55 fitness concept. Este sitio me suena. Varias personas que conozco entrenan allí. De hecho, ¿no es este el sitio del que hablaron el otro día durante la cena? Tal vez debería acercarme. Además, tienen dos locales, uno está a un paso del Orzán y el otro cerca de Cuatro Caminos.
“Bienvenida”, me saludan Miguel y Paula. Me da la sensación de que me estaban esperando. Voy al grano: necesito un sitio con horarios flexibles. "Abrimos de lunes a viernes de 6:30 a 22:30 y sábados por la mañana", comenta Miguel. No tendría excusa para no empezar a aprovechar los sábados. Apenas me han dicho nada, y ya tengo un pie dentro. Entonces pregunto por la cuota. "No hay cuotas, se paga por sesión de entreno o por bonos", aclara Paula. Estupendo. Estoy dentro con ambos pies.
Ante mí, dos pisos y un equipo de seis entrenadores. “Nos querrás tanto como nos odiarás”, se presentan cada uno sonriendo. Yo me río con ellos. “Que exagerados” pienso, “Tengo más fondo físico del que se imaginan”, me convenzo.
Tres tipos de entrenamientos adaptados según las preferencias de cada usuario. Sesión Train para trabajar full body y alcanzar el máximo potencial; Boxing+ para boxear siguiendo ejercicios altamente funcionales y Flow, que fusiona el trabajo postural y la respiración. Me apetece probarlo todo.
Me dirijo a los vestuarios para cambiarme y mientras recorro las instalaciones me pregunto en qué momento viajé a Nueva York. Este sitio es demasiado guay. En el vestuario hay más facilidades que en casa: gel, champú, secador, plancha, gomas del pelo, artículos de higiene femenina… Creo que podría mudarme aquí.
Todo listo. Zapatillas atadas y coleta alta. Uno de los entrenadores nos llama uno a uno por el nombre. Va a empezar la clase. ¿Qué son esas luces de colores parpadeando? No será esto una discoteca… Me encanta la música, aun no empezó la clase y ya noto que mi cuerpo se quiere mover. Debe ser buena señal.
Intensidad, ritmo, adrenalina. No paramos de movernos, pero todo el rato hay tiempo para risas. Qué buen rollo. Acabo de descubrir que tengo un montón de energía. Mi cuerpo está creciendo y fluyendo. Hacía mucho que no sudaba tanto. Hacía mucho que no me sentía tan bien. Quiero seguir. Seguimos.
De repente… calma. La clase ha acabado. Han monitorizado el trabajo y ritmo de cada uno durante toda la clase. Eso está bien, así podré ir viendo los avances. Me gusta esta motivación. Respiro, bebo y respiro otra vez. El entrenador nos da a cada uno una toalla fría aromatizada para secarnos y relajarnos. ¿Ya han pasado 55’? Qué rápido. No puedo más, pero quiero más. Tengo que repetir el entreno aquí, pienso. Voy a volver, confieso. ¿Y tú?