La Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de A Coruña aprobó a comienzos de este año la constitución, a propuesta de una treintena de colegiados, de la nueva sección de Derecho de Reestructuración, Insolvencia y Segunda Oportunidad. Presidida por la letrada Carolina González Chas, especializada en reestructuración de empresas y con experiencia en procesos concursales, esta área colegial pone el foco en el desarrollo de actividades formativas con el fin de prestar apoyo a los profesionales para afrontar los distintos procesos de reestructuración que consigan hacer viables empresas que se han declarado insolventes.
González Chas es titular de su propio despacho, Ayan Abogados y Asesores, en A Coruña, y ha participado en notorios procesos de los últimos años en Galicia, como el plan de reestructuración de Hiperxel o el asesoramiento a elPulpo en la compra de la unidad productiva de Nanos, además de conflictos societarios en el sector alimentario. Es vocal de la Subcomisión Mercantil y Concursal del Consejo General de la Abogacía Española, miembro de la Asociación Española de Mujeres Profesionales de la Insolvencia, y ha participado como ponente en los mejores congresos sobre la materia en el último año.
¿Qué actividad ha desarrollado hasta ahora la nueva sección?
Hemos celebrado el acto institucional de inauguración, que concluyó con una puesta en común de posturas para saber hacia dónde queríamos orientar la sección, y también celebramos un primer desayuno concursal, con debate y networking para compartir experiencias de compañeros. Continuaremos con encuentros tras el descanso estival.
La formación es la función a la que apunta la sección. ¿Es tan necesaria?
El Derecho de Insolvencia es una materia que requiere una altísima especialización. Los que nos dedicamos a ello invertimos muchísimo tiempo y dinero en formación todos los años porque la historia de la ley concursal es la de sus modificaciones. La necesidad de formación obedece a adaptarse a estos cambios y a las interpretaciones que se van dando sobre los mismos.
¿Es escaso en A Coruña el número de profesionales dedicados al Derecho Concursal y hace falta captar más?
El objetivo de la sección no es captar más profesionales (aunque evidentemente nuevos profesionales son bienvenidos), sino dar más servicio y apoyo a los que nos dedicamos a ello. Principalmente, el sector está en crisis: el volumen de concursos de persona jurídica es escaso y el de persona física es numerosísimo, y las designaciones como Administrador concurso generan unos honorarios que no dan para cubrir los gastos de un despacho como debe ser.
Desde la perspectiva de la reestructuración es donde se ve que hay un poco más de campo, pero falta mucha cultura de reestructuración en las empresas. En Galicia se han aprobado grandes planes de reestructuración, como el que se acaba de aprobar en Pontevedra con Fandicosta, y la labor de los profesionales de la insolvencia es viabilizar empresas y a empresarios que necesitan una segunda oportunidad; es conservar tejido productivo y puestos de trabajo a través de mecanismos y herramientas, algunos muy novedosos como los planes de reestructuración que nos confiere la ley concursal.
"Las empresas deben quitarse de la cabeza el estigma del concurso porque existen casos de éxito en los procesos de reestructuración y son procesos preconcursales con mínima intervención judicial"
¿Esa falta de cultura es falta de concienciación de las empresas?
Es muy importante generar en el tejido empresarial, esencialmente compuesto de pymes que a veces no disponen de medios para estar lo suficientemente profesionalizadas, conciencia de sus obligaciones y de sus oportunidades. Esas empresas pueden pasar por un momento de tensión de tesorería, pero pueden alcanzar un acuerdo con sus acreedores comerciales o públicos para reestructurar su deuda mediante esperas o quitas que les permitan viabilizar la empresa en lugar de dejarla morir.
El concurso de acreedores ha demostrado no ser una herramienta eficaz para el mantenimiento de la empresa. Por eso la reestructuración ya no es el futuro, es el presente para las situaciones de insolvencia, y las empresas deben acudir de manera temprana y quitarse de la cabeza el estigma del concurso porque existen casos de éxito en los procesos de reestructuración y son procesos preconcursales con mínima intervención judicial.
¿No ha habido conciencia porque ha habido irresponsabilidad en la gestión de las empresas?
Más bien hablaría de una situación previa en la que el concurso de acreedores ha demostrado estadísticamente no ser eficaz, porque se han aprobado muy pocos convenios y el concurso ha acabado siempre en una liquidación. Hay que priorizar las alternativas que hacen viables empresas, la reestructuración, o la venta de unidades productivas autónomas que dejan atrás la deuda de esa compañía que no es sostenible o la recalendarizan.
¿Hay muchas alternativas para afrontar la insolvencia?
Los planes de reestructuración ofrecen un montón de posibilidades porque dentro de un propio plan se pueden pactar operaciones de reestructuración organizativa que afecten a trabajadores, ventas de unidad productiva, desinversión de activos para su posterior financiación, fusiones y otras modificaciones estructurales, etcétera. Son oportunidades reales de viabilización.
"Es muy importante generar conciencia de sus obligaciones y oportunidades entre las pymes que a veces no disponen de medios para estar lo suficientemente profesionalizadas y que pueden pasar por momentos de tensión de tesorería"
¿Han sido más responsables las empresas coruñesas?
No dispongo de datos estadísticos sobre esta pregunta. Evidentemente hay mucho más volumen de trabajo en las capitales, pero en Galicia hay ejemplos de éxito muy relevantes. Hemos tenido procedimientos de los más grandes de España, ahí está Fadesa.
¿Se conoce cada vez más la ley de la segunda oportunidad, a la que se acogen cada vez más autónomos y deudores particulares, y se confía más en ella?
Cada vez más porque el número de procedimientos aumenta de una manera significativa. Que se le dé o no buena publicidad o buen uso ya es un tema discutible. Originariamente, la segunda oportunidad tenía su razón de ser en personas físicas que hayan ejercido actividad económica de manera personal y hayan adquirido importantes deudas de esa actividad, o que hayan avalado personalmente con su patrimonio las deudas de su sociedad y que, como consecuencia de la crisis y el concurso de acreedores de su sociedad, acaben teniendo un pasivo muy elevado que no les permite volver a emprender. Toda sociedad debe tener un mecanismo para que estas personas que tienen la valentía de ser emprendedores hoy en día y que no han obrado de manera fraudulenta y dolosa tengan una verdadera segunda oportunidad.
Una vez puesta en marcha la sección de insolvencia del Colegio, ¿hacia dónde apunta su continuidad?
Su vocación es de encuentro, de solución de problemas específicos de la especialidad (por ejemplo, cuestiones de nuestro seguro de responsabilidad profesional), y de foro para compartir inquietudes. Vamos a enfocar la formación hacia ponencias de compañeros y otros profesionales expertos, o magistrados, que nos expliquen distintas cuestiones sobre el Derecho de Reestructuración e Insolvencia.