En la ciudad suiza de Ginebra se encuentra el Centro Europeo para la Investigación Nuclear (CERN), el laboratorio de investigación básica más importante del mundo. Conformado por 22 Estados, en sus instalaciones nació la World Wide Web (www) o se descubrió la existencia del bosón de Higgs. Desde hace diez años, la gallega Mónica Bello (Santiago, 1973) ejerce como directora del departamento de Arts at CERN.
Licenciada en Historia del Arte por la Universidade de Santiago (USC), Bello se ocupa de las residencias artísticas orientadas a la investigación y de las nuevas comisiones de arte, que reflexionan sobre las conversaciones entre artistas y físicos de partículas. Precisamente su labor en el centro la hicieron ganadora de los prestigiosos premios S+T+ARTS de la Unión Europea.
El próximo viernes 13 de diciembre, la comisaria gallega participará en la nueva jornada de Maker Faire Galicia, que en esta ocasión estará dedicada a la industria e innovación y que tendrá lugar en el Biopolo de A Sionlla, en Santiago.
Eres historiadora del arte. ¿Qué te llevó a interesarte por la relación del arte con la ciencia y la tecnología?
Me interesó poco después de dejar la carrera. La Historia del Arte habla de un rasgo de nuestro tiempo -pasado, presente o futuro-, pero me faltaba la ciencia. Me interesaba la ciencia, la tecnología y el desarrollo tecnológico, lo que sucede cuando se pone en marcha un proyecto interdisciplinar en el ámbito que sea. Y ya desde el principio empecé a trabajar en ese ámbito.
"El mundo ya se entiende como un lugar donde las disciplinas dialogan y se encuentran"
¿Es habitual un perfil como el tuyo, que se mueve entre ambos mundos?
Cada vez es más habitual. El mundo también se entiende ya como un lugar donde las disciplinas dialogan y se encuentran. Creo que la generación que viene detrás de mí ya está muy puesta en esto.
Pero cuando empezaste no era tan habitual.
No, no creo. Hace 20 años éramos unos poquitos que nos dedicábamos a entender los procesos y las herramientas que existían para tener algún tipo de contribución a la ciencia. A lo largo de los años empezó a ser más visible socialmente nuestra labor, así como el interés de los laboratorios y de las organizaciones dedicadas a ciencia y tecnología. Por lo tanto, hoy estamos en un momento bastante formalizado y hay mucha articulación en torno a este lugar donde trabajamos.
"El Arts at CERN parte de entender cómo el laboratorio podía hacer frente a una labor donde la ciencia, la cultura y el arte se reunieran"
En 2015 asumes un nuevo reto y pasas a dirigir el Arts at CERN en Ginebra. ¿Con qué objetivo nace este centro?
El centro de investigación en sí es un laboratorio que existe desde 1954 y la actividad artística como parte de la política cultural del laboratorio es del 2012. El objetivo con el que se creó fue responder a una demanda que existía, en la que había artistas y propuestas artísticas de intervención o participación en el centro. Parte de entender cómo el laboratorio podía hacer frente a una labor donde la ciencia, la cultura y el arte se reunieran, dialogaran y en donde el artista podría participar en los procesos de trabajo o aproximarse a ellos sin ser meramente un visitante, sino que trabajaría desde dentro del laboratorio.
Ese es el objetivo que continuamos fomentando hoy en día. Es un marco de trabajo complejo, sorprendente y, sobre todo, muy elástico. Se adapta a aquel lugar en donde estamos hoy en el desarrollo de la ciencia, en los intereses que existen desde la cultura. Es muy diverso, tiene muchas perspectivas y posibilidades.
"El arte en un marco científico es aquella lente que muestra unas circunstancias de una manera singular y añadiéndole valor social"
¿Facilita el arte acercar la ciencia a la sociedad?
El arte facilita acercar cualquier cosa a la sociedad. Esta es la clave, el arte tiene esa capacidad de interpretar aquello que está sucediendo, de entretenerse en los procesos, en las ideas, de tratar de narrar y articular de una manera más o menos legible todo aquello que ve. El arte en un marco científico tiene el mismo destino, es aquella lente que muestra unas circunstancias, en este caso de investigación, de una manera singular y añadiéndole valor social.
¿Se mantiene ajeno el arte a la innovación o a los avances tecnológicos?
No, para nada. De hecho, los artistas muchas veces son pioneros en preguntarse, en avanzar hacia esos lugares que se intuyen. La ciencia contemporánea es amplísima, compleja y requiere mucha colaboración. En el caso del CERN, son miles de personas las que trabajan allí y, a nivel global, trabaja con todas las ciudades que tenemos cerca, prácticamente.
En Santiago hay investigadores que están contribuyendo y participando en los experimentos en el CERN, en el ICFA y en otros ámbitos. Estar como artista en un lugar así que aglutina todos los esfuerzos en una disciplina en Europa, como es la física de partículas, es excepcional y por eso lo hace tan especial.
¿Cómo es el trabajo que desarrolla en el CERN?
Mi trabajo es estar con la gente, hacer mucho trabajo de campo, saber qué está pasando en los experimentos y estar pendiente de qué están haciendo los científicos, cuáles son las preocupaciones. A partir de ahí, lo que puedo adquirir de todo eso lo llevo a la experiencia del artista. Mi trabajo no solo es la parte creativa y de aprendizaje, de tratar de conceptualizar y generar contenidos, sino también gestionar una capacidad que existe desde hace poco, como es el programa de arte. Ese lugar de los artistas se tiene que trabajar, justificar, proponer constantemente y mostrar el valor que tiene.
El próximo viernes estarás en Santiago participando en Maker Faire Galicia. ¿Siempre es especial volver a casa?
Sí, siempre me hace ilusión trabajar en Santiago.
¿Es la primera vez que participas en Maker Faire Galicia?
Sí, es la primera vez.
Compartirás jornada con expertos de referencia mundial en el ámbito científico. ¿Cree que ferias como Maker Faire son necesarias?
Siempre que se generen ideas y que después haya algo, algún resultado, me parece bien.