La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, más conocida como la Expedición Balmis fue una expedición de carácter filantrópico, que duró de 1803 a 1806, promovida por Carlos IV, cuyo objetivo era llevar la vacuna de la viruela a los territorios de ultramar del Imperio Español y que acabó convirtiéndose en una de las expediciones científicas más exitosas de todos los tiempos.
Corrían los años de la revolución Francesa y una enfermedad hacía estragos entre la población: la viruela. Edward Jenner, médico inglés, descubrió que los granjeros que ordeñaban vacas solían contraer la “viruela boba”, una variedad poco grave de la viruela que transmiten las vacas, pero después jamás tenían problemas de nuevo. La idea de Jenner fue lógica: inocular esta viruela “vacuna” evitaría la variante mortal de la viruela. Sus colegas se opusieron, sin embargo, Jenner inoculó el virus de la viruela boba a varios niños y a su propio hijo, por lo que Jenner fue expulsado de la Asociación Médica de Londres. Sin embargo, ninguno de estos niños falleció y tampoco contrajeron la viruela en una época de epidemia. Y así, Jenner pasó de ser considerado un monstruo a convertirse en uno de los grandes benefactores de la Humanidad al crear la primera vacuna de la Historia.
La viruela fue oficialmente erradicada en 1977, pero hasta que Jenner descubrió la vacuna, era una enfermedad muy grave que causaba la muerte al 30% de las personas que la contraían, dejaba graves secuelas a otro 30% y secuelas estéticas al resto.
La enfermedad masacraba a la población
Tras matar a millones de personas en Europa durante siglos, fue llevada a América por los conquistadores españoles y diezmó a la población nativa. Se estima que entre los años 1560 y 1640, la enfermedad mató a 25 millones de mexicanos.
En el siglo XVIII, en Europa, mataba a 400.000 personas al año hasta que Jenner solucionó el problema, pero en América la viruela seguía matando. Así fue como las colonias pidieron ayuda al Rey Carlos IV, ya que llevar la vacuna a América cruzando el Atlántico se había convertido en misión imposible, al llegar siempre degradada a su destino en ultramar. Llevar la vacuna de la viruela al otro lado del mar suponía todo un reto que nadie había logrado solucionar.
Una brillante y descabellada idea
Es entonces cuando aparece en la historia Francisco Javier de Balmis y Berenguer, cirujano real, con su descabellada -pero a la vez genial- idea de usar una cadena humana de cuerpos vivos como portadores de la vacuna hasta América.
El problema era encontrar voluntarios dispuestos a semejante experimento por lo que tuvo que recurrir a niños huérfanos. Balmis se hizo con cinco niños en Madrid para llevar la vacuna a A Coruña y, una vez allí, seleccionó a los portadores en un orfanato local que viajarían acompañados por Isabel Zendal Gómez (otra de las heroínas de nuestra historia), rectora del orfanato y que cuidaría de los niños durante el viaje.
Aunque en la actualidad, usar niños como cobayas sería un grave delito, en aquella época fue visto como un logro científico histórico, poniendo a España por delante del Imperio Británico, que todavía no había conseguido llevar la vacuna a sus colonias.
Y así fue como el 30 de Noviembre de 1803, partía del puerto de A Coruña la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna con destino a los territorios de ultramar, a bordo de la corbeta María Pita, con 37 personas, 22 de ellos niños huérfanos.
La primera expedición humanitaria
Se preveía que la expedición en principio llegase hasta Filipinas, pero acabó dando la vuelta al mundo, haciendo llegar la vacuna a las Islas Canarias, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, México, Filipinas, China y la Isla de Santa Elena, convirtiéndose en la primera expedición humanitaria de ámbito universal de la historia.
El 7 de septiembre de 1806, Balmis besaba la mano del rey en Madrid, siendo el único retornado de la expedición original.
Se estima que más de 500.000 personas fueron vacunadas directamente por la Expedición Balmis y que millones de personas fueron salvadas de morir gracias a la creación, en los lugares por los que pasaban, de Juntas Sanitarias y Casas de Vacunación públicas.
Edward Jenner escribió sobre la expedición: “No puedo imaginar que en los anales de la Historia se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y más amplio que este”.
Incluso el padre de la geografía moderna universal, Alexander von Humboldt dijo sobre ellos: “Este viaje permanecerá como el más memorable en los anales de la historia”.
Una aventura tan prodigiosa, que su puerto de partida y origen de los niños, la ciudad de A Coruña, les rinde homenaje con monumentos conmemorativos en su honor por toda la localidad, pasando a formar parte de las crónicas del municipio y haciendo suya su leyenda.
Héroes de otras épocas (entre ellos 22 ángeles) que cambiaron para siempre el rumbo de la historia y que hicieron de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna uno de los grandes hitos de la Humanidad.
Historias de la Historia…
Iván Fernández Amil, Experto en Compras y Aprovisionamiento. Procurement Manager.
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Fuentes:
- DE ARTEAGA DEL ALCAZAR, A. (2010). Ángeles Custodios: Ediciones B
- BALAGUER PERIGÜELL E. y BALLESTER AÑÓN, R. (2003). En el nombre de los niños: Asociación Española de Pediatría.
- https://revistadehistoria.es
- http://vadebarcos.net
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