El 15 de Agosto de 1914 se inauguraba el Canal de Panamá, una vía de navegación de 82Km de longitud que unió el Océano Pacífico y el Mar Caribe. Se estima que en su construcción participaron más de 75.000 obreros, 9.000 de nacionalidad española, de los cuales unos 6.000 eran gallegos. El mismísimo Presidente estadounidense, Theodore Roosevelt, quería tener a los gallegos en la obra que convirtió a los Estados Unidos de América en la primera superpotencia mundial. Esta es la historia de los heroicos gallegos que ayudaron a construir el Canal que cambió la historia del mundo para siempre.

La historia del Canal de Panamá, más bien de su ausencia, se remonta a los primeros conquistadores del Nuevo Mundo. En su cuarto viaje, Cristóbal Colón llegó a navegar por Centroamérica buscando una vía de paso. En 1515, el Capitán Antonio Tello de Guzmán descubría una ruta terrestre que atravesaba el istmo de Panamá, que ya era conocida por los nativos. Fue mejorada y empedrada y, a partir de 1519, se la conoció como Camino Real de Nombre de Dios, convirtiéndose en la primera gran ruta del istmo y precursora del Canal.

En 1524, el Rey Carlos I sugirió excavar un canal que acortara los viajes a Perú y que permitiría que los buques evitasen el peligroso cabo de Hornos, sobre todo para el transporte de oro. Un primer proyecto se realizó en 1529 pero la situación política y el nivel tecnológico de la época lo hicieron inviable.

A finales del Sigo XIX, se activa el proyecto de la construcción del canal marítimo moderno, a manos de empresas francesas, auspiciadas por la Sociedad Geográfica de París, con Alexandre Gustave Eiffel diseñando las esclusas y la flor y nata de la ingeniería europea al frente del proyecto. Pero los problemas económicos, la corrupción y las enfermedades tropicales (se habla de 52.000 muertos durante la construcción del canal) provocaron su fracaso absoluto.

En 1904, los Estados Unidos de América se hacen con la concesión francesa y el presidente Roosevelt se interesa personalmente en que la obra llegue a su fin, poniendo al frente al célebre ingeniero John Frank Stevens. Si alguien podía hacerlo, era él.

Stevens era un gran admirador de los trabajadores gallegos, a los que había conocido en las obras del ferrocarril en Cuba. Los consideraba fuertes, adaptables y muy trabajadores. Llego a decir: “Su eficacia no solo es más del doble que la de los negros, sino que resisten mejor el clima” por lo que puso como condición para aceptar el cargo de Ingeniero Jefe del Canal, el poder contratar a trabajadores gallegos y traerlos a Panamá.

Pero había que convencer a los gallegos… Y claro, sabiendo la experiencia anterior de los franceses y además tener que trabajar para los malvados estadounidenses, tras la reciente guerra de Cuba contra España, iba a ser complicado convencerlos…

Así que Stevens se puso manos a la obra y creó un ambicioso plan: fumiga la selva, construye “lujosos” alojamientos para los obreros, ofrece grandes sueldos y contrata a los primeros 300 gallegos procedentes de Cuba. Además, pone al frente de la oficina europea en París al francés Leroy Park que inserta anuncios en periódicos, envía a 120 agentes “reclutadores” a Galicia con fotos de las nuevas instalaciones, folletos propagandísticos y los testimonios de los gallegos de Cuba que ya estaban allí.

La eficacia del método de Stevens queda demostrada por el hecho de que en 1906 ya trabajaban en el Canal de Panamá más de 5.000 gallegos.

Según Stevens, “cada gallego vale por tres” y, de hecho, los gallegos cobraban el doble que el resto de los trabajadores del Canal. Eran considerados los más preciados y protagonizaron varias protestas e incluso alguna huelga porque reclamaban poder parar diez minutos para tomar pan con chorizo…

Aunque pueda parecerlo, el trabajo de los gallegos era de los más sacrificados, rozando la explotación laboral. Trabajaban entre nueve y diez horas diarias, en un clima hostil y rodeados de enfermedades tropicales mortales. Además, su tarea era de las más duras, ya que su trabajo era 100% manual con pico y pala, todo ello en ocasiones con el lodo hasta la cintura.

Aun así eran un ejemplo a seguir y hasta el mismísimo 26° Presidente de los Estados Unidos de América, Theodore Roosevelt, animaba, en 1906, a los encargados de la obra a contratar a más gallegos ya que “son trabajadores excelentes”.

El 15 de agosto de 1914, el SS Ancon se convertía en el primer barco que cruzaba oficialmente el Canal de Panamá. Se habían hecho planes para una gran celebración. Una flota internacional de buques de guerra zarparía de Norfolk hacia San Francisco cruzando el Canal, para llegar a tiempo a la inauguración de la Exposición Internacional Panamá-Pacífico. Pero la gran apertura nunca se llevó a cabo. Pocos días antes había estallado la Primera Guerra Mundial, lo que forzó la cancelación de las festividades en el Canal. No hubo festejos ni celebraciones.

Muchos gallegos, tras la finalización de las obras, se quedaron en Panamá y acabaron creando sus propias empresas. Como ejemplo, la Cámara de Comercio Española en Panamá, que fue fundada por gallegos…

En la exposición permanente que hay en el propio Canal, se considera a los trabajadores gallegos como héroes. Y creo que todos deberíamos de estar de acuerdo en que no sólo ellos, sino todos los que participaron en este proyecto, lo fueron…

Historias de la Historia…

Iván Fernández Amil. Storyteller. Experto en Compras y Aprovisionamiento. Procurement Manager. 

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Referencias:

• PÉREZ BERMEJO, J. M. Pro Mundi beneficio: Los trabajadores gallegos en la construcción del Canal de Panamá, 1904- 1914. Editorial Fundación Pedro Barrié de la Maza. 2007. A Coruña.
• micanaldepanama.com
• https://www.europapress.es
• laregion.es
• laopinioncoruna.es
• farodevigo.es
• porgaliciabaixo.com
• elmundo.es
• es.wikipedia.org