¿Qué hay detrás de los sellos de sostenibilidad como Join Life de Inditex o H&M Conscius? En estos días en los que el cambio climático ha estado en las portadas de todos los periódicos, ¿qué hacen las grandes multinacionales de la industria de la moda para frenarlo y reducir su huella medioambiental?
La presión de ONGs como Greenpeace ha movilizado a las empresas. Concretamente, la campaña que llevaron a cabo activistas de esta organización bajo el nombre de "Detox" en el año 2012, acompañada de su primer informe "Detox Catwalk" en el que analizaba meticulosamente el punto de partida de cada empresa con el que luego compararía los esfuerzos acometidos por cada una por ser menos tóxicas, supuso un antes y un después en los compromisos de la industria textil respecto a limitar su impacto en el medioambiente.
De ser la empresa en la que más se concentraban las miradas y ante cuyas tiendas se sucedían performance de activistas para visibilizar la problemática, Inditex ha pasado a ser considerado un "Detox Leader", es decir, a estar clasificada por la propia campaña de Greenpeace como una empresa que lidera y "marca tendencia" hacia un sector libre de elementos tóxicos en sus proceso de producción.
En su último informe Detox Catwalk, "Destination Zero", Greenpeace le otorgó el primer puesto a la multinacional con sede central en Arteixo como una de las empresas que más esfuerzos está llevando a cabo en la materia. De hecho, ante el avance de la industria en este sector, la ONG anunció que el pasado mes de junio que este 2019 no publicaría su nuevo informe en este sentido ante "los significativos avances en la materia".
Ya en 2016 el informe de Greenpeace felicitaba a Inditex, Benetton o H&M, mientras que ‘tiraba de las orejas’, ubicándolos en la categoría “Evolución”, a multinacionales textiles como Adidas, Burberry, Levi’s, C&A o Mango. En 2018, Greenpeace se refirió a Inditex como "líder en este cambio de paradigma, por encima de lo previsto".
Join Life, los más altos estándares medioambientales
Inditex fue una de las primeras compañías en incorporar la sostenibilidad en el corazón de la empresa, diseñando planes de responsabilidad medioambiental desde el año 2002. Si bien es cierto que el sello "eco" Join Life llegó más tarde a este grupo textil que a otros competidores, ha sido el que mayor crecimiento ha experimentado: nació en Zara y se fue extendiendo a otras marcas del grupo.
Pero, ¿qué implica el sello Join Life en una prenda? Una de las claves está en la forma de producir los materiales de la que está compuesta, con unos criterios medioambientales previamente establecidos y que comprometen también a sus diferentes proveedores, se ubiquen en el país en el que se ubiquen.
De esta forma, Join Life supone ir más allá de evitar el uso de ciertos químicos en su proceso de producción, poniendo en marcha mecanismos que garanticen la trazabilidad de cada producto y hasta de cada materia prima, por ejemplo con viscosa certificada y madera con sello de origen FSC. En tintorerías y lavanderías, el foco se pone sobre la energía procedente de fuentes renovables y el agua utilizada.
Por otro lado, se introducen también criterios sociales que tienen que ver con las condiciones laborales de las personas que intervienen en su fabricación. Para ello, el sello Join Life implica un estricto sistema de auditorías que supervisar la producción que supone el desplazamiento de trabajadores especializados en sostenibilidad a los países en los que se producen las prendas.
Esto se traduce en más de mil auditorías al año en diferentes centros de producción para poder así seleccionar solo a aquellas fábricas que cumplen estrictamente con altos estándares de salud y seguridad en el trabajo (proveedores A o B).
Compromisos desde el liderazgo
Como suele decirse, "un gran poder conlleva una gran responsabilidad" y el gigante textil gallego se autoimpone objetivos para no quedarse atrás en las exigencias de activistas y también clientes, cada vez más concienciados de su responsabilidad medioambiental a través de sus hábitos de consumo.
Para ello en la sede de Arteixo han establecido que al finalizar 2019, el 100% de las tiendas Zara será ecoeficiente, lo que supone cumplir con el objetivo un año antes del objetivo.
Para 2020, los objetivos van en la dirección de eliminar por completo las bolsas de plástico en todas las cadenas y en incrementar más hasta el 25% las prendas producidas por las marcas del grupo tengan el sello Join Life, es decir, cumplan con los más altos estánderes medioambientales y sociales autoimpuestos por la empresa.
Otro de los esfuerzos paralelos y en el que hay mucho por hacer, va encaminado a la implantación de la economía circular: el próximo año el 100% de las tiendas del grupo deberá contar con contenedores de recogida de prendas usadas.
El Programa de recogida de ropa existe desde 2015, con el objetivo de dar una segunda vida a prendas, ya sea a través de entidades como la Cruz Roja, Caritas, Oxfam o Salvation Army o bien a destinándolas al reciclaje, un área en el que Inditex quiere seguir creciendo y en el que investiga de forma continua buscando soluciones para que los procesos resulten más eficientes.
Discursos y hechos
Nada más iniciarse la Cumbre del Clima en Madrid activistas de Extinction Rebellion tomaron la tienda de la cadena gallega Zara situada en la calle Gran Vía de Madrid para protestar contra la "moda rápida" y denunciar las "mentiras verdes" de la multinacional Inditex
Una crítica recurrente estos días en la Cumbre del Clima, dirigida a nivel general tanto a Estados participantes en las negociaciones técnicas como empresas que también participaron exhibiendo sus "casos de éxito" en pro del medio ambiente, ha sido acerca de la vacuidad de los discursos. "Palabras verdes, verdades tóxicas", rezaba una de las pancartas desplegadas delante de la céntrica tienda de Inditex en la capital.
Siguen existiendo críticas a los esfuerzos de la multinacional respecto a su compromiso medioambiental y social. Muy seguramente no es una empresa "inmaculada", pero probablemente también sí que se pueda hablar de un camino que se hace con un paso detrás de otro, tal y como lo describía Greenpeace con su "Catwalk", o su "camino hacia la desintoxicación". Un camino en el que se ha pasado de cero a 10, aunque queden muchos más números para seguir recorriendo.