Cinco ideas sencillas para preservar el medioambiente en Galicia

En la caótica rutina diaria son muchos los que quizás por descuido o por prisas no realizan buenos hábitos que ayuden a cuidar el medioambiente y gestos sencillos como reutilizar papel, utilizar el transporte público o aprovechar la luz natural a veces son esenciales para que todos podamos convivir en un planeta más saludable.

En Galicia, es importante sobre todo el civismo y los buenos comportamientos en las visitas a los montes y parajes naturales y el correcto reciclaje de los residuos tanto en las viviendas como en los centros de trabajo, tiendas y locales de hostelería. Por lo tanto, es clave recordar algunos sencillos consejos para aplicar en el día a día que poco a poco ayudarán a crear un ambiente más sostenible y que estas enseñanzas sean compartidas por gente de todas las edades, desde los más jóvenes hasta las personas de avanzada edad.

1. Evitar los desechos en los bosques y aparcar en zonas señalizadas

Durante las visitas a los montes, que desgraciadamente en Galicia son de las zonas más castigadas durante el verano en muchas ocasiones por fuegos provocados, es clave gestionar los desechos de la manera correcta porque pueden suponer una amenaza para los animales y la vegetación.

Para evitar esto, lo ideal si se consumen alimentos sería la utilización de cubiertos de acero inoxidable o de bambú que se pueden reutilizar, además de llevar frutas y verduras sin envoltorios, utilizar bolsas de tela y tuppers. En el caso de tener que recurrir a aparatos electrónicos lo más adecuado sería aquellos que funcionen sin pilas y con baterías recargables.

Además, a la hora de llegar al destino natural seleccionado lo recomendado es aparcar en las zonas señalizadas, que suelen ser espacios regulados por las leyes forestales y están indicados. Al empezar a caminar, si se realiza la ruta por fuera de los senderos que existan se debe procurar no alterar la vida de los animales y plantas del entorno.

2. Cada residuo en su contenedor

Los contenedores tienen distintos colores en función de los residuos que se deben depositar en ellos y la división es la siguiente:

• Amarillo: latas, envases de plástico, briks, bolsas, productos de limpieza…
• Verde: botellas de cristal, tarros, frascos…
• Azul: papel, cajas de cartón, libros, hueveras…
• Marrón: residuos biodegradables (cáscaras de huevo, pieles de frutas, plantas…)
• Gris: todos los residuos que no dispongan de un sistema específico de recogida (pañales, cristales, vajillas…).

3. Apagar los aparatos cuando están en desuso

Es habitual, sobre todo en casa, tener aparatos como el ordenador o el móvil cargando y dejar el cargador enchufado a la corriente una vez se desconectan estos dispositivos cuando la batería está llena. Esto supone un mal hábito porque se desperdicia energía y lo ideal es apagar los aparatos cuando no se estén usando porque aunque se dejen en suspenso, la energía se sigue consumiendo. En el caso de las lavadoras o lavavajillas lo aconsejable es esperar a que estén llenos para ponerlos a funcionar para no desechar agua ni electricidad.

4. Una segunda vida para el plástico

El plástico es un material con un alto grado de contaminación y de los que más tarda en desaparecer y actualmente es un problema grave que está afectando sobre todo al mar y a los seres vivos que viven en él. Por desgracia es frecuente encontrar animales muertos en las orillas con kilos de plástico en su estómago o aves atrapadas en los plásticos que separan las latas de refrescos, entre otros muchos casos.

Para evitar este tipo de situaciones y el deterioro de la naturaleza, lo recomendable a la hora de hacer la compra por ejemplo es utilizar bolsas de tela o en el caso de ser de plástico, asegurarse que sean biodegradables. Además, recurriendo a la creatividad de cada persona, las botellas de plástico pueden reconvertirse en herramientas útiles como por ejemplo instrumentos de jardinería, maceteros o dispensadores de comida para las mascotas, por ejemplo.

5. Bombillas de bajo consumo

Las bombillas son muy contaminantes y pueden llegar a tener un alto impacto sobre el entorno, por lo tanto es clave cuidar este aspecto en las viviendas principalmente, aparte de en las oficinas y otros establecimientos para ahorrar electricidad. Para alcanzar este objetivo, lo más aconsejable es recurrir a las bombillas de bajo consumo, algo que se traducirá en la reducción del importe en la factura de la luz (además desde hace aproximadamente ocho años está prohibida la venta de bombillas incandescentes).