Yolanda Bóveda Díaz lleva cuatro años al frente de La Mariquita de Azúcar, marca gallega bajo la que comercializa, junto a su marido, unas sabrosas mermeladas. Sus productos, sin embargo, son diferentes a lo que suele ofrecer el mercado y proponen una combinación de sabores poco habitual: la de Peras al vino tinto, la de Pimiento de piquillo a la brasa o la de Melón y jengibre al cava son tres ejemplos.
La creadora de la firma compra la fruta a un almacén mayorista y elabora las mermeladas en su obrador, situado en el vivero de Barro-Meis (Pontevedra). ¿Y el nombre de la marca? Bóveda asegura que se debe a que la mariquita es un animal muy gallego: "Siempre las vemos en los campos y me parece bastante nuestra. Lo de azúcar es porque soy muy golosa. Me encanta la repostería".
Este proyecto es, además, un homenaje a la abuela de esta emprenedora, que defiende un proceso de elaboración artesanal: utiliza ollas de hierro fundido y prepara poca cantidad de cada vez. Las mermeladas son naturales, no llevan conservantes ni colorantes, y evocan el sabor que generación tras generación se ha transmitido en numerosas familias. La creadora de la marca, además, las envasa y adorna a mano.
La fruta madura en la planta
Bóveda garantiza en todo momento la trazabilidad de las frutas y verduras que cocina, así como su calidad. Un ejemplo es la materia prima de la mermelada de Piña, mango y ron: si las frutas no están disponibles en España, encarga los kilos que necesita en el almacén, que las trae directamente desde el país de origen sin someterlas a ningún tipo de proceso. La maduración de estos alimentos se realiza en los árboles, por eso su calidad (y el precio) es mayor. "El sabor es totalmente diferente. La gente que viene cuando estoy elaborando la mermelada alucina", explica esta emprendedora.
Hay dos productos que no llevan especias ni licores. Uno de ellos es la confitura de mora, que cuando La Mariquita de Azúcar comenzó a elaborar era una novedad porque apenas había oferta en el mercado. La otra es la de kiwi, que gusta especialmente entre la gente mayor porque le recuerda a la que se hacía en casa antiguamente.
Un juego de sabores
Mora y kiwi son dos excepciones en la gama de productos que ofrece La Mariquita de Azúcar, ya que las otras propuestas de Bóveda juegan con los sabores y son innovadoras: algunas las crea a base de experimentar y otras nacieron a raíz de eventos para los que le piden que elabore algo en concreto. Es el caso de Maria Est Malade Nº1, una mermelada hecha para un acto celebrado en 2017 en Valencia en homenaje al mueblero Mariano García, responsable de la decoración en las series Falcon Crest y Dallas.
La nieta de García, Verónica Montijano, retoma aquellos muebles de estilo francés tallados a mano para crear dos piezas a partir de técnicas del siglo XVIII, tras lo que celebró el evento en el que quisieron contar con los productos de La Mariquita de Azúcar. "Querían una mermelada sobre María Antonieta de Francia", explica su creadora. Surgió así Maria est Malade Nº1, inspirada en las recetas de la Reina para remediar sus mareos en barco y nombrada por las frases de su médico. Esta confitura está diseñada principalmente con cereza, frambuesa, vainilla, lavanda y Moët & Chandon y se hizo una edición limitada con solo 300 unidades.
Otra de las propuestas que Bóveda desarrolló fue una inspirada en Escocia para el evento Aires Creativos, patrocinado por Mercedes-Benz España y celebrado en noviembre de 2018 en Valencia. El objetivo era decorar las mesas potenciando el arte con piezas de diseño, para lo que se presentaron diversos arquitectos, decoradores y otras empresas. La Mariquita de Azúcar creó Whisky Obsession Red Fruits & Chivas Regal Aged 12 years, en la que no pudo incluir cardo (flor nacional de Escocia). Esta confitura, de la que se produjeron 100 botes, lleva fresones, arándanos, whisky Chivas, azúcar, limón, hierbabuena y cardamomo.
Estas no son las únicas ediciones limitadas que comercializa La Mariquita de Azúcar. La mermelada de camelia se hace sobre una base de manzana con unos pétalos de camelia Alba Plena, la de Coco Chanel, y espumoso de Albariño. Esta es una edición limitada porque solo se puede cocinar cuando hay la flor, mientras que la de albariño está sujeta a la temporada de cosecha.
La mermelada más sana del mercado
"La mermelada más sana se consigue con la fruta de mejor calidad y un buen proceso de lavado y desinfección", explica Bóveda. La Mariquita de Azúcar quiere convertir sus productos en los más sanos del mercado, por lo que lava la fruta con vinagre y agua y, posteriormente, añade limón y azúcar durante el proceso de elaboración.
"Si no echas conservantes ni edulcorantes, el único conservante natural es el azúcar. Por mucho que te digan que una mermelada puede ser light o llevar Stevia, es porque lleva conservante", explica la creadora de la marca. El porcentaje de azúcar en cada uno de los botes se corresponde a la suma del que tiene la fruta y el añadido, que siempre es la menor cantidad posible. Para conocer este parámetro, Bóveda usa un aparato que le indica el índice de azúcar en la fruta y su nivel de maduración.
Una vez en la olla, la materia prima se remueve constantemente hasta obtener la textura perfecta. El envasado, etiquetado y adornado de los botes se realiza de forma manual en frascos de cristal esterilizados que son sometidos a un proceso de pasteurización. Un laboratorio revisa la trazabilidad y establece la caducidad (dos años), aunque de cada lote, Bóveda se queda con alguna muestra por seguridad.
La Mariquita de Azúcar produce poca cantidad de cada vez, condicionada por el tiempo del que dispone su impulsora: las pepitas de las uvas del albariño, por ejemplo, se retiran una a una. La responsable de la marca explica que a un kilo de fresa le quita dos botes, que en el caso de un kilo de piña y mango aumenta hasta los tres recipientes como mucho. Esto depende del espesor que alcance la confitura, ya que al ser un proceso manual, la textura no es siempre la misma.
Numerosos reconocimientos
¿Y cómo se pueden comer estas mermeladas tan especiales? A gusto del consumidor. Hay quien se come la de Melocotón, chocolate blanco y armañac a cucharadas, mientras que la de Albariño va muy bien servida sobre carnes al horno justo antes de ponerlas en la mesa. Otros consumidores las prefieren con yogures, quesos o simplemente con pan.
Bóveda estudia la posibilidad de comercializar sus productos a nivel internacional, aunque ya están a la venta en tiendas gourmet de A Coruña, Lugo, Ourense, Pontevedra, Noia, Oviedo, León, Barcelona y Mallorca. El trabajo de esta emprendedora llega lejos y obtuvo numerosos reconocimientos.
La mermelada de Melocotón, chocolate blanco y armañac se llevó la medalla de bronce en el campeonato del mundo de 2019 en Francia, y la de Albariño recibió un reconocimiento del Clúster Alimentario de Galicia por su innovación. No son los únicos, pero estos premios más que merecidos demuestran que La Mariquita de Azúcar sorprende con el juego de sabores respetando la forma tradicional de elaborar esta conserva tan popular.