The Bio Factory nació en Galicia convirtiéndose en la primera empresa de helados ecológicos de España. Esta marca con obrador en el polígono de Pocomaco y tienda física en la calle Santa Catalina, ambos en A Coruña, se ha convertido en una opción indiscutible para los amantes de sabores diferentes como el açaí, para los veganos, para los intolerantes a la lactosa o, simplemente, para los ciudadanos que quieran disfrutar de un sabroso helado hecho con ingredientes de primera calidad.
"Galicia es un entorno especialmente favorable para la producción ecológica porque hay pequeñas producciones de altísima calidad", explica el responsable de la marca, Broder Fernández. Así, en la comunidad no solo hay unos pastos idóneos para alimentar al ganado sino también un terreno que da las fresas, moras o frambuesas "más ricas del planeta".
Todo esto llevó a los responsables de The Bio Factory a apostar por los helados de producción ecológica en 2011 tras años germinando la idea. "Creíamos que en el mundo de los helados, del dulce, faltaba una opción que a parte de ser rico y cremoso, fuese un alimento equilibrado", explica Fernández. La marca le baja la materia grasa a las opciones elaboradas con leche de vaca y los azúcares a todas ellas gracias a que los ingredientes son recolectados en el punto de maduración real.
Unas 70 variedades de helado
La empresa ha conseguido crear alrededor de 70 variedades de helado real, sin aditivos ni colorantes. "El de fresa no es rojo intenso ni el de plátano es amarillo", ejemplifica uno de los responsables de la marca. La fruta empleada por The Bio Factory no sufre traslados largos ni es sometida a excesivos cambios de temperatura, por lo que a nivel de sabor es una opción única y al nutricional, muy interesante para el consumidor.
Los helados de esta firma coruñesa se dividen en dos grandes grupos. El primero de ellos es el de los que están elaborados con leche, azúcar integral de caña, sirope de maíz y el ingrediente que le da el sabor. El otro es de los helados veganos que, con pocas calorías y sin ingredientes de origen animal, llevan la fruta que le da nombre y sabor, un poquito de agua, azúcar integral de caña, sirope de maíz y agave, que ayuda a hacer que el producto final sea más cremoso y se diferencie de los sorbetes. Los únicos sabores que se repiten en ambos bloques son la leche merengada y la vainilla, que en el caso de la oferta vegana están elaborados con algún tipo de leche alternativo al de la vaca.
Avellana, mandarina, menta, limón, cacahuete o pistacho son algunos de los sabores más conocidos y disponibles en The Bio Factory. La firma coruñesa, sin embargo, apuesta por innovadoras propuestas que no pasan desapercibidas: ron con pasas o kéfir con maracuyá en los elaborados con leche y té matcha, açaí o limón con albahaca forman parte de la oferta vegana. ¿Y cuáles son los favoritos? El chocolate, la vainilla y la fresa son los más demandados, pero los adeptos al açaí son consumidores fieles a este sabor.
Formatos para todos los gustos
Los helados están disponibles en diferentes formatos. El consumidor puede adquirir un cucurucho en la tienda situada en la calle Santa Catalina de A Coruña, donde también es posible recoger la tarrina de medio o un libro con varios sabores en el local o solicitarla a domicilio a través de aplicaciones como Glovo o por teléfono.
Los supermercados de Carrefour y El Corte Inglés de toda España también tienen disponible este alimento que se vende a unos precios muy competitivos a pesar de estar elaborado con materia prima con un coste más elevado que los helados convencionales. "El secreto es recudir los márgenes. Todo el mundo tiene derecho a tomarse un helado ecológico", asegura Fernández.
"Al consumidor de supermercado le gusta más el bote de medio litro. Tenemos un formato de vasitos de papel reciclable para colegios y catering en los que se entregan las porciones directamente al cliente", explica Fernández. Y no solo eso: los Bio Pop son polos de helado en palo que se personalizan delante del cliente bañándolos en chocolate y añadiéndoles, por ejemplo, almendras picadas.
La última novedad que ha incorporado esta marca son los envases retornables de vidrio, que se venden a través de la web, en tiendas ecológicas y en locales de hostelería. "Son variedades más peculiares: queso con membrillo, chocolate con salsa de frambuesa, vainilla con maracuyá…", explica Fernández, que explica que el consumidor recicla cuando se le ofrecen las herramientas.
Precisamente, el responsable de The Bio Factory considera que este es un planteamiento de futuro que llegará poco a poco a otros proyectos. Esto será posible, entre otras cosas, con los impuestos que habrá sobre los envases no retornables. "Una botella de refresco que se usa una vez y se tira a la basura implica un coste ambiental gigantesco. Hay que recogerla, secarla, triturarla y, en el mejor de los casos, se reutiliza un porcentaje muy pequeño para volver a hacer PET. Lo que se hace es quemarla. A día de hoy se puede asumir, pero en la década que viene con el efecto invernadero, habrá que pagar por emitir CO2 y otros contaminantes", explica Fernández.
La venta de pulpa pura, por último, es una oferta única por la que The Bio Factory quiso apostar. "Es pulpa de açaí, un ingrediente que usamos para hacer una serie de helados. Es una fruta del Amazonas brasileño que nace de una palmera y que tiene ácidos omega 3 y 6, como el pescado", explica el responsable de la marca. El sabor de este alimento "es muy peculiar" y es difícil de describir, pero tiene auténticos adeptos que lo consumen helado pero también directamente.
Certificados
The Bio Factory es el único fabricante de helados que está en el Consello Regulador da Agricultura Ecolóxica, por lo que todos los ingredientes que usa son ecológicos y están aprobados por este organismo. La mayor parte de la materia prima que utiliza esta firma es gallega, de kilómetro 0, pero también trabaja con ingredientes de origen como el chocolate de Madagascar o el mango Alphonso, según explica el otro responsable de la marca, Antonio Gómez, en la tienda atendida por Eglee y Bea.
"En una heladería artesana puedes echar una base heladera con unos 10-12 ingredientes como aditivos tecnológicos que ayudan mucho a conseguir texturas y colores llamativos. En producción ecológica hay que irse a productos básicos y certificados", explica Fernández. Es fundamental, además, tener especial cuidado durante el proceso de elaboración: los helados están a entre -16 y -13 grados para su consumo, pero conservados a -18, mientras que en el obrador están a -25 y recién hechos la temperatura es de -4, con los ingredientes líquidos.
La certificación le garantiza al consumidor que el helado que come es realmente ecológico gracias a los controles periódicos a los que están sometidos los productos. "Una simple fresa tiene unos 15 tratamientos fitosanitarios", ejemplifica el responsable de The Bio Factory, que explica que una mala práctica en el proceso de lavado de los productos químicos autorizados por la Unión Europea puede llevar a una alerta sanitaria, algo que en todo caso se evita en la producción ecológica.
La tienda de Santa Catalina fue la primera que abrió The Bio Factory y es la única que mantiene, ya que el objetivo de este espacio es testar los helados y conocer qué opinan los consumidores no solo de las nuevas propuestas sino de aquellas que les gustaría saborear. El local también tiene una función pedagógica a través de la que acercan a los ciudadanos qué es realmente un producto ecológico lo que, desde luego, es una propuesta tan innovadora como estos helados gallegos pioneros que piensan en todo el mundo.