Una granja familiar de Sobrado dos Monxes (A Coruña) es la cuna de una marca que transforma la leche en sabrosos helados. Borboriño Xeados comenzó con este proyecto con el objetivo de darle valor añadido a este producto y actualmente dispone de dos tiendas en Melide y Bertamiráns, además de distribuir en algunos locales de hostelería y participar en ferias como la del melindre.
"Nunha das innumerables crises do sector lácteo dedicimos transformar parte do leite. Había varias opcións e decidímonos polos xeados, que é unha das menos explotadas en comparación con outras como as queixerías", explica una de las responsables del negocio, Sandra Aldrey. Nacía así Borboriño, que con este nombre busca evocar el origen gallego del producto.
Borboriño significa "susurro" en gallego antiguo, según indica Aldrey, una palabra a la que asocian Galicia y todo lo que esta tierra tiene que contar. Y mucho que contar tienen también los responsables de esta granja con unas 150-170 vacas en ordeño que buscan innovar a través de sus productos.
Materia prima de proximidad
La granja Casa Castro, de la que procede la leche con la que se elaboran los helados y fundada en 1985, está en Sobrado dos Monxes y el obrador, en Melide, donde abrieron la primera heladería. Dos municipios vecinos que muestran que el rural tiene mucho que ofrecer a través de materia prima de proximidad y calidad.
Borboriño apuesta por productos frescos. "Se a froita é de proximidade, é moito máis fácil que se desenvolvan os azucres propios, como a fructosa, para que esa calidade se vexa reflectida no produto final, no seu sabor e textura", indica Aldrey. Y es que la firma busca apoyar a pequeñas empresas o productores que, como Borboriño, intentan hacerse un hueco.
Sabores clásicos e innovadores
"Unha cousa que nos diferencia fronte a unha artesanía tradicional ou artesana é que usamos leite en todos os nosos xeados, non hai ningún sen lactosa. Ten algúns hándicap, pero é a nosa base", indica Aldrey.
Los helados con origen entre Sobrado y Melide tienen una amplia oferta con sabores para todos los gustos. Están los clásicos como fresa, limón, vainilla o chocolate y también los de dulce de leche, derivados de galleta como el de Oreo, de frutos secos como el de avellana e incluso de kinder. "Intentamos dar resposta ao que nos piden os nosos clientes", considera la responsable de la firma, que asegura que siempre escuchan las propuestas del público para adaptarlas a su producción.
Pero Borboriño va más allá y busca adaptarse a la actualidad. Nació así el helado de melindre, el especial de San Valentín o el de San Juan, que estará a la venta con motivo de esta festividad tan arraigada en Galicia. "No verán facemos moito da tarta de Santiago cando se acerca o Apóstol", explica Aldrey, que destaca la importancia de que los clientes puedan descubrir nuevos sabores cuando visitan las tiendas.
"Creamos o xeado para as nosas vitrinas e para hostelería, tambén vendemos a terceiros", explica la responsable de la marca. Borboriño también comercializa los helados en tarrinas de medio litro, un litro o dos litros para que los consumidores puedan disfrutarlos en casa.
La venta de helados solía estar muy marcada por la temporalidad, aunque Aldrey reconoce que es un hábito que está cambiando y que cada vez se consume más este producto en invierno. Borboriño, sin embargo, ofrece la posibilidad de endulzar la jornada con gofres o filloas a aquellos que prefieran huir del frío. Una oferta completa para los amantes de lo dulce en cualquier época del año.