Inspirado por el ecosistema salvaje de la Costa da Morte, Soesto es mucho más que una marca de moda. Creada en 2016 tras varios años dándole vueltas a la creación de una firma sostenible, esta iniciativa ha crecido de la mano de Tere Gutiérrez y Borja Iglesias. Estos dos socios que también son familia trabajan así en algo que les apasiona, y lo hacen en sintonía con su forma de ser y de vivir la vida, en harmonía con las personas y el medio.
"MI idea inicial era crear una marca, pero a medida que me fui formando me di cuenta de que había muchos recursos que podía circularizar. Algunos tangibles como las máquinas que yo utilizaba para coser, pero también había recursos intangibles como el conocimiento o los proveedores, que quería poner en valor", explica la impulsora de la firma. Nacía así, de forma paralela a Soesto, Claudina Romero, un laboratorio de proyectos centrado en la divulgación, formación y acompañamiento de emprendedores. Ambos, junto a Impulsa Despega, forman la cooperativa que esta familia dirige.
De marca a cooperativa
Arteixo es la cuna de esta marca de moda con "los pies en la tierra y la cabeza en el mar" que desarrolla casi toda su actividad en Galicia, desde la confección hasta el patronaje. Gutiérrez, además, abrió hace cuatro años un local en el municipio coruñés que cede a pequeños proyectos del textil o vinculados a la sostenibilidad y a la economía circular.
"Van pasando los años y nos encontramos con que ayudamos a estos proyectos a ser más sostenibles, a emprender basándose en el balance ambiental, económico y social, pero tenían diferentes problemas en cuanto a la gestión de la pequeña empresa", explica la impulsora de Soesto. Gutiérrez creó entonces diferentes herramientas para impulsar estas firmas de la mano del desarrollo sostenible, abriendo esta posibilidad a otros sectores a través de Impulsa y Despega.
Gutiérrez e Iglesias decidieron finalmente juntar todos sus proyectos en la cooperativa. Agruparon así a Claudina Romero, un laboratorio para impulsar y formar en el ámbito de la moda sostenible y la economía circular en el sector textil; Impulsa y Despega, que busca impulsar emprendimientos en la pequeña empresa de la mano del desarrollo sostenible y la gestión eficiente; y Soesto, una marca propia de moda sostenible.
Apuesta por la producción local y trabajo justo en Bangladesh
La marca Soesto está inspirada en el ecosistema salvaje de la Costa da Morte y, de hecho, se llama así en honor a una playa de Laxe. "Es un sitio muy especial para nosotros, hemos pasado mucho tiempo allí. Es una de esas playas de Galicia en la que la naturaleza está en estado puro, es salvaje, muy abierta y en medio de un entorno de monte muy rural", explica Gutiérrez.
Todo ello inspiró a esta familia a crear una marca que cuide el planeta. Precisamente por ello, la firma produce siempre que es posible en el taller de Arteixo, aunque también deriva algunos de los trabajos a otros lugares sin dejar a un lado el objetivo de llegar a ser 100% kilómetro 0, con una "producción local, cercana y ética".
"Todo el diseño y el patronaje lo hacemos aquí y toda la confección que podemos, también", explica la impulsora de la firma. Gutiérrez concreta que uno de los lugares a los que derivan trabajo es a Bangladesh: "Los tejidos circulares, para las sudaderas o camisetas, precisan unas maquinarias que en Galicia no encontramos".
Esta es la razón fundamental por la que Soesto produce alguna ropa en Bangladesh. Y es que aunque las máquinas están también disponibles en algunos lugares de Portugal, las fábricas lusas piden un mínimo de prendas que obligaría a la firma a generar más stock del que necesita. "Puedes apostar por hacer una tirada de una sudadera básica, pero nosotros no generamos stocks que después tengamos que saldar. No hacemos rebajas", explica la fundadora de la firma.
La industria de la moda, explica Gutiérrez, funciona de forma que se fabrica mucha cantidad para vender una parte y posteriormente rebajar la otra con el objetivo de recuperar la inversión. Soesto escapa de esta propuesta. "La manera de trabajar para nosotros es con proveedores de marcas blancas del ámbito de la sostenibilidad", explica con total transparencia la creadora de esta firma de moda.
Soesto ha encontrado en Bangadlesh un proveedor que fabrica para más marcas europeas, coordinando el envío de los artículos para generar el menor impacto posible en el medio ambiente. "Tiene sellos que para nosotros son de total confianza, como el Fair Wear Fundation", explica Gutiérrez, que indica que para ellos es fundamental conocer cómo impacta sobre las comunidades que una fábrica trabaje bajo este estándar.
"Aunque mañana pudiéramos hacerlo todo aquí, no descartamos seguir colaborando con este tipo de proyectos. A veces también compramos tejidos que vienen de cooperativas de desarrollo familiar de India. Todo va evolucionando rápido y miras como ir mejorando desde el respeto a todos los pasos y personas que están en la cadena", indica la responsable de Soesto.
Tejidos ecológicos y reciclados
Soesto apuesta por la confección de prendas atemporales, de forma que su uso está condicionado únicamente por la climatología. La firma busca evitar que los cambios de tendencia lleven generar residuos y huye de la moda rápida, algo que combina con una cuidada elección de materiales: todos ellos son sostenibles, algunos ecológicos y otros reciclados.
"Llevamos tiempo haciendo reciclaje mecánico de pantalones vaqueros para algunos productos como las fundas de tablas de surf. Colaboramos con un centro especial de empleo que hace clasificación textil", explica Gutiérrez, que concreta que también usa muestrarios que de otro modo irían a parar a la basura una vez terminada la temporada. Este tipo de material fue el que la firma empleó en el proyecto Cosiendo futuro, desarrollado en Senegal.
Los materiales más sostenibles, defiende Soesto, son aquellos que ya existen. "Dentro de lo sostenible hay tejidos ecológicos u orgánicos y reciclados, y otros que son ambas cosas. Las bolsas que son nuestro producto estrella llevan en el exterior algodón ecológico y en el forro interior, poliéster reciclado", explica Gutiérrez.
"Hay tejidos que son reciclados del postconsumo, después de usarse las prendas, y otras que son del preconsumo. En el mismo proceso de confección, por el encaje de las piezas en patronaje, hay restos que se reconvierten en una loneta que es mezclada de algodón ecológico y poliéster reciclado. Sale un producto nuevo", indica la responsable de la firma.
La marca tiene entre sus productos más vendidas una camiseta con los nombres de las playas de la Costa da Morte que imita un cartel de un festival o una gira de conciertos, aunque también triunfan las bolsas kilómetro 0. Unas ventas que la firma realiza a través de la web, en ferias o mercados y en el local que tiene en Arteixo, al que se puede ir mediante cita previa.
Las prendas de Soesto van dirigidas fundamentalmente a adultos, mientras que para niños funcionan mejor como regalos que como compra propia. "La insignia de nuestro modelo de negocio es la calidad: que te compres una sudadera y que dentro de cinco años la puedas seguir usando con normalidad. Un adulto puede hacer eso, pero con los pequeños es más complicado", concreta Gutiérrez.