Las restricciones por el coronavirus están dificultando, y mucho, la supervivencia de los pequeños comercios. La limitación horaria para el comercio no esencial es solo una piedra más en el camino de estos pequeños emprendedores que día a día luchan por sacar adelante su negocio. Pero este esfuerzo tiene su recompensa. Y en el caso de los comerciantes de Os Mallos, esta es en forma de pintura. Sí, de pintura.

Una vecina de este barrio coruñés ha querido repartir alegría y ánimos a los comerciantes de su barrio sin pedir nada a cambio. ¿Cómo? de manera altruista, esta mujer hace un dibujo de las tiendas del barrio y después se los regala cada uno de sus propietarios.

"Pasaba por la calle y siempre veía a la gente triste y agobiada. Quería alegrarlos un poco y se me ocurrió hacer estas pinturas", comenta Engry Peral, el alma solidaria que reparte color (y mucha ilusión) en cada uno de sus láminas.

Después de muchos años sin tocar la pintura, Engry volvió a pintar en el confinamiento al no poder seguir ganchillando por un problema de visión. Pero esta solidaria iniciativa la comenzó hace escasos 15 días. "Empecé pintando la floristería que está al lado de mi casa. Le regalé el dibujo y le encantó", comenta.

Después fue La Revolución de los Graneles, La Tienda de Mari, Luces de Bohemía y Alma.

Y a este listado se seguirán sumando en los próximos días nuevos comercios pertenecientes a la Guerrilla de Os Mallos. Esta asociación está formada por algo más de 60 establecimientos, así que Engry todavía tiene mucho trabajo por delante.

En apenas un par de mañanas, Engry tiene lista la pintura, que realiza tomando como referencia una fotografía hecha con anterioridad al local en cuestión. Esta mujer ya trabaja en su siguiente dibujo, que pronto verá la luz. ¿Qué tienda será la protagonista? ¡Sorpresa! Engry no lo desvela: habrá que esperar a su entrega. Tic, ta, tic, tac…