Tiempo después del cierre de una tienda que llevaba décadas en la ciudad y que vendía medias, camisones y otros útiles en la misma calle de la histórica y popular mercería Elvira, que dijo adiós en febrero de 2020 tras 66 años de intensa actividad, la calle San Agustín de A Coruña tiene nuevo y artístico inquilino desde hace una semana. Se trata del Lume da Luma, un nuevo espacio que combina fundamentalmente arte realizada con acuarela, clases y antigüedades. El testigo del establecimiento está en manos ahora de una mujer: la artista plástica coruñesa, Laura Doldán.
Los paraguas estampados con motivos coruñeses, al igual que las tote bags y tenis tipo Converse, son los productos estrella de la tienda, donde también están a la venta coloridos cuadros de la artista y diferentes diseños que se pueden estampar en varios objetos al momento. Para los amantes de darle una segunda vida a los objetos, tienen a disposición el área de Spanish Pickers, el alter ego de Alejandro Vázquez, autónomo y coleccionista.
Diseño "en redondo" en paraguas y técnica propia de acuarela
La máxima de Doldán a la hora de desarrollar su arte es "huir de la uniformidad" porque argumenta que "el mercado en general por practicidad intenta uniformar, cuantos más consumidores se engloben dentro de un mismo diseño mejor", algo con lo que ella no concuerda. "Hay demasiadas cosas distintas que pintar en el mundo como para estar haciendo siempre el mismo motivo", explica, y por ello realiza solamente series de 100 piezas de cada diseño de sus paraguas, que cuando se acaban puede producir más de la misma ciudad pero de manera diferente.
En A Coruña esta iniciativa ha sido un éxito y ya va por la cuarta serie (cada paraguas tiene un precio de 65 euros). A su vez, pinta diseños para paraguas basados también en otras urbes como San Sebastián, Gijón o Barcelona. La artista, revela a modo anecdótico, que "es un orgullo que alguien de Japón te contacte para pedirte un paraguas de A Coruña cuando nunca ha estado aquí", además de que hace hincapié en su intención de "reivindicar la identidad de los pueblos porque la están perdiendo". Sobre el nombre del local, Lume da Luma, Doldán aclara que significa "luz del mundo" según Google, una traducción errónea que le gustó, además de que hace honor a su obra, con mucha luminosidad y color.
Gracias a los 20 años de trayectoria profesional que le respaldan y la creación de una técnica propia de acuarela que se enmarca entre la inglesa y la japonesa, ofrece clases de máximo cuatro personas a quien las solicite y las imparte en el establecimiento por las tardes. "Me parece mal no transmitir lo que sé, es una vocación de servicio", afirma, y se muestra confiada de que esta aventura funcione gracias a una frase que le transmitió hace años una amiga arqueóloga: "Ella siempre dice que los sitios tienen una memoria histórica y confío en el proyecto por eso, porque si cuando el local era mercería entraba mucha gente va a seguir entrando", argumenta.
Una de las curiosidades de Lume da Luma relacionado con esta creencia es que han respetado el mobiliario de la vieja mercería y simplemente lo han pintado para darle un nuevo aire al espacio. En sus estanterías y hasta colgando del techo se pueden encontrar paraguas estampados, camisetas, zapatos, cuadros y las antigüedades más extrañas que se puedan llegar a imaginar, amén de que es un negocio en constante cambio en sus productos y diseños, lo que constituye una de sus principales fortalezas.
Digitalización, estampación y "hacer realidad" los diseños
Vázquez es autónomo y responsable de Spanish Pickers, un proyecto mediante el que se dedica a su pasión: las antigüedades. Sin embargo, dentro de Lume da Luma su función principal consiste en "hacer realidad" los diseños de Doldán y para ello utiliza técnicas como la digitalización o estampación y así poder plasmarlos como impresiones digitales o en formato vinilos.
Lo suyo también es el coleccionismo y la porcelana y la restauración de muebles antiguos para darles un nuevo comienzo, aparte de trabajar también con otros aparatos ya poco utilizados como radios, vídeos o cámaras fotográficas de hace décadas (algunas aún en funcionamiento). "No le tengo miedo a nada, vamos en búsqueda de los tesoros, preguntando en casas si la gente se quiere deshacer de algo", cuenta, a la vez que comenta que una de sus labores en el negocio es digitalizar las acuarelas de Doldán para que el tamaño encaje en los paraguas.
En la tienda no tienen toda la cantidad de producto que les gustaría, pero suplen este aspecto ofreciendo la posibilidad a los clientes de llevarse material personalizado, es decir, estampando camisetas, bolsos o tazas al momento con el diseño deseado. Un oscilador de 1956, una bombilla de un faro, aceites medicinales del 36 encontrados en un alpendre, un aparato para afilar sierras o muñecas de porcelana son algunas de las reliquias disponibles.
Asimismo, los proyectos de Doldán y Vázquez no se limitan a Lume da Luma, sino que la artista hace murales de interior y exterior y próximamente realizará un encargo único en los años que lleva trabajando: trasladar su arte de acuarela a la cubierta de un yate completamente blanco. Todo un desafío para el que está muy motivada, al igual que para seguir adelante con este nuevo negocio que promete ser un rincón distinto en el centro de A Coruña donde probar las propias capacidades y descubrir nuevos mundos artísticos.