La tienda regentada por Eduardo González es la única disponible en A Coruña para amantes del scrapbooking, una técnica que consiste en personalizar o fabricar álbumes de fotos mediante el uso de recortes u otras técnicas.
Du Artis, (calle Andrés Gaos, 21), solo tiene un mes de vida, pero desde que abrió sus puertas está siendo un éxito, asegura Eduardo. Para el dueño abrir esta tienda es "un sueño" ya que es un gran aficionado al scrapbooking. Llegó hace cuatro años a Galicia, desde su Lisboa natal. Su primera parada fue Pontevedra, de donde es su familia paterna, allí se mudó después e la muerte de su padre, para cuidar de dos tías que vivían solas. Ellas fueron sus primeras alumnas, ya que les enseñó como colocar todas sus fotos en álbumes personalizados. Sin embargo, fue A Coruña la ciudad en la que decidió quedarse. Aquí estuvo dando clases de portugués y talleres de scrapbooking, actividades que mantiene hoy en Du Artis. Además, también ofrece aulas de costura y confección y bolillos. Para esto cuenta con un gran espacio equipado en la propia tienda.
Las fans, porque mayoritariamente son mujeres, del scrapbooking en Galicia se reúnen virtualmente en una comunidad de Instagram, @galiciascrapera, y a través de este grupo Eduardo vio los problemas que tenían muchas de ellas para encontrar ciertos materiales. Por ello quiso hacer de Du Artis el punto de encuentro, ofreciendo un lugar en el que comprar esos productos, sin acudir al comercio online: "Siguen las modas en internet y lo piden los materiales para hacer lo mismo", explica Eduardo. Y como los recién llegados a este mundo se pueden perder con tanta novedad, Du Artis emplea Instagram para enseñar una a una las novedades y explicar cómo se denominan o para qué utilizarlos. La tienda es un pequeño paraíso para los amantes de estas manualidades. Tienen de todo, desde anillas para cuadernos, papeles para forrar, sellos, elementos decorativos…
El lugar poco a poco va conquistando a gente que no conocía esta técnica, "vienen con mucha curiosidad porque el sitio llama la atención", cuenta el dueño. Niños y mayores son "los clientes favoritos" por su ilusión por aprender cosas nuevas. En el caso de las veteranas, los talleres son un lugar de encuentro en el que "contar las penas y salir contentas, parece que también trabajamos como psicólogos", cuenta con cariño.