El comercio local sigue apagándose lentamente en A Coruña (recientemente ha cerrado la carnicería Galecia de Os Mallos tras 26 años) y se ha cobrado una nueva víctima: Mimbre Regalos. Es un negocio ubicado en la Ronda de Nelle 124 que abrió sus puertas un romántico 14 de febrero de 2003 y que lamentablemente se ve obligado a cerrarlas el próximo septiembre. Así lo confirma con pena una de las socias de la tienda, la autónoma Carmen Lerma, que trabaja actualmente mano a mano con su marido, Julio Rumbo, y en sus inicios también con otra socia y amiga que formaba parte del equipo.

Foto: Quincemil

La digitalización y el auge de Internet, unidos a la estocada final del coronavirus, han sido la sentencia de muerte de este negocio de barrio que desde hace dos décadas provee a bodas, comuniones, bautizos y todo tipo de eventos de invitaciones o detalles para el recuerdo. Lerma se hizo con Mimbre Regalos porque antes de comenzar a estar al frente tenía una distribuidora de papelería y una de sus clientas era la antigua dueña de la marca, que le comentó que traspasaba el local y el negocio y no dudó en coger las riendas.

"Internet se fue afianzando y nosotros perdimos capacidad de negocio, incluso algunos proveedores se pusieron a vender por internet y es complicado competir en precios porque al final son fabricantes o distribuidores primeros", explica. Todo ello unido, según apunta, a que "la gente fue mudando su política de compra y la tendencia es cada vez hacia mirar todo en internet". "Por todo esto el negocio a pie de calle está abocado a desaparecer", opina.

Foto: CEDIDA

"Los números hay meses que no nos dan ni para pagar el alquiler"

Sobre un posible cambio en la decisión de cerrar, Lerma indica esperanzada que "ojalá mejorara la situación en estos meses", pero se muestra realista ante su día a día y recuerda cuando su marido y ella decidieron cerrar la tienda ya a finales del año pasado, cuando los últimos meses del año se vieron con numerosas pérdidas. "Hemos decidido aprovechar la temporada alta de eventos, de abril a septiembre, y luego cerramos. Este año vamos peor que el pasado, los números hay meses que no nos dan ni para pagar el alquiler", reconoce.

La triste noticia la han empezado a comunicar entre la clientela, unas personas que le sacan una sonrisa, ya que admite que le emociona que muchos clientes fieles les hayan elegido para momentos tan importantes de sus vidas como sus bodas y posteriormente los bautizos o comuniones de sus hijos. "Te sientes un poco vieja, pero da gusto que la gente repita y ser testigo de la evolución a lo largo de los años". Sobre otros negocios similares, apunta que son los únicos del sector que quedan abiertos como local físico en la ciudad: "Es una pena, porque hace años éramos muchos y trabajábamos muy bien, pero la situación es la que es. Es nuestro medio de vida, creemos en ello y nos gusta y por eso hemos aguantado estos años pese a las dificultades", explica.

Foto: Quincemil

El hecho de ser autónomos considera que no ayuda en el negocio. "Los tiempos cambian pero es una pena, porque el trato personal es clave, el comercio local da vida a los barrios porque mueve gente. Así hay escaparates bonitos y no bajos vacíos y calles vacías donde no ves un solo negocio", argumenta, mientras considera que "en las grandes superficies puedes tener trato personal también, pero no es igual de cercano que en el comercio de barrio".

El futuro se plantea para la pareja que regenta Mimbre Regalos con incertidumbre, dado que aún no han meditado sobre los próximos pasos profesionales a seguir tras el cierre. "No lo hemos pensado, al ser solo dos en campaña en temporada alta tenemos un poco de trabajo, no el que había antes, pero tenemos que ir sacando cosas y tenemos padres mayores con problemas y la conciliación está siendo complicada para gestionar ambas cosas: un negocio con un horario y la familia", afirma.

Foto: Quincemil

Lerma es consciente de que se está viviendo "una época de cambio", aunque toma las cosas con filosofía y asegura que "los cambios son complicados pero forman parte de los avances de la vida". Acerca del dominio absoluto de internet para todo, la autónoma agradece que de acceso a mucha información, pero a la hora de los negocios, se reafirma en que "se pierden las recomendaciones personales y el trato cercano". "No hay que basarse solo en el interés por vender", concluye.

Foto: Quincemil