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Tras la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, el debate sobre la posible prohibición de fumar en las terrazas se ha reactivado. En la anterior legislatura el Gobierno de coalición estudió implantar la Ley Antitabaco, pero el adelanto electoral del 23J frenó los avances. Hace una semana la nueva ministra de Sanidad, Mónica García, reavivaba el debate al asegurar que "hay que ampliar" los espacios libres de humo. A continuación matizó que el Gobierno estudiará cuáles serán.
Las declaraciones de la titular de la cartera de Sanidad abrieron de nuevo el debate sobre si es posible que España camine paulatinamente a un ocio libre de humo similar al de la pandemia, cuando en Galicia se prohibió fumar en las terrazas de bares y restaurantes durante siete meses.
En este contexto de incerteza, los hosteleros de A Coruña no terminan de ponerse de acuerdo. Hay quien ve en la posible aplicación un "recorte de libertades", mientras otros defienden que es "la evolución lógica".
"Es coartar la libertad personal del fumador"
El presidente de la Asociación de Hosteleros de A Coruña, Héctor Cañete, interpreta la Ley Antitabaco como una persecución a la gente fumadora. No entiende cómo fumar al aire libre puede suponer un peligro para la salud: "Desde el punto de vista de salud pública no lo entendemos y desde el punto de vista económico nos afecta", explica Cañete.
Desde la asociación ven necesario defender los intereses de todos sus clientes, motivo por el que entienden que prohibir fumar en las terrazas es "coartar la libertad personal del fumador". "Si esa persona decide fumar nosotros le facilitamos que esté tranquilamente en una terraza tomando un café mientras lo hace", describe el presidente de los hosteleros de A Coruña. "Todos los clientes son bienvenidos", zanja.
"La gente no va a dejar de ir a la hostelería"
El presidente de la Asociación de Hosteleros de La Marina, Antón Sáez, no comparte el punto de vista de Cañete. Recuerda que durante la pandemia gallegos y españoles ya vivieron sin humo en las terrazas y no se acabó el mundo. "En un primer momento la medida asusta, pero la realidad es que la gente se acostumbra y no hay problema", valora.
Asume que, de aplicarse la prohibición, los fumadores serán los principales afectados, pero entiende que en un país como España "la gente no va a dejar de querer ir a la hostelería por no poder fumar un pitillo en la terraza". En este sentido, explica que cuando la Xunta levantó la restricción de fumar en las terrazas había clientes que preferían los bares y restaurantes libres de humo, zonas exteriores incluidas.
Cañete también recuerda las medidas aplicadas durante la covid y apunta a que "los fumadores se van a levantar de la terraza y hablar desde lejos". Para él lo único que se consigue es "causarles molestias". Antón Saénz está de acuerdo en que costará adaptarse, pero entiende que hay formas de paliar el daño a los clientes. Propone que los Ayuntamientos habiliten pequeños ceniceros en puntos concretos de la ciudad para facilitar que los fumadores puedan saciar el mono sin necesidad de ensuciar la vía pública con colillas.
Los hosteleros demandan órganos de control
Hosteleros particulares como Luis Jarque, copropietario de La Urbana, también respaldan la medida. Jarque entiende que aumentar los espacios libres de humo "es un camino hacia adelante y sin freno". Su preocupación nace de la aplicación de la norma. Subraya la importancia de que sea una restricción "homogénea" y que afecte a todos los locales de hostelería por igual: "Si no se caerá en una competencia desleal", vaticina.
Jarque también cita la pandemia. Cuenta que era habitual ver como otros compañeros hosteleros no respetaban las normas y dejaban fumar en sus terrazas. Eso afectaba a su negocio: "Iban a sentarse a sus mesas y a mí no me venía nadie", recuerda. Tiene miedo de que, en caso de aprobarse la Ley Antitabaco, pueda pasar algo similar. "Tendría que haber un órgano de control específico", valora. "Ahora todo funciona por denuncias y no por controles periódicos o sorpresa. Eso es un error", comenta.
Por último, Saenz y Jarque asumen que de aprobarse la norma habría un "periodo de adaptación" en el que los camareros deberían estar alerta y recordando constantemente a los clientes la nueva prohibición. Con todo, no creen que eso sea un problema.
Lo único que intranquiliza al presidente de los hosteleros de La Marina es "que se trate a los fumadores como terroristas" o que las posibles sanciones recaigan en los locales y no en los fumadores. Por el contrario, Cañete asegura que "los camareros serían los responsables de que la gente fumase". Una situación que no ve justa: "No somos perros guardianes", defiende.
Pese a los desacuerdos dentro del sector, todavía no se conocen los detalles de la Ley Antitabaco. Tampoco si esta finalmente llegará a aplicarse. En este sentido, hay muchas incógnitas. Por ejemplo, no se ha abordado si la ley afectaría a tabaco o también a los vapeadores, que cada vez con más incidencia entre los jóvenes. Mientras tanto, el debate está servido.