Eladio Lozano, propietario de Discovery Music, no oculta que le da pena cerrar la tienda que le ha acompañado 28 años de su vida. Tras la pandemia las ventas se estancaron y mantener la actividad es imposible. El local, situado en la calle Arco, junto a la plaza de San Andrés, tiene la verja echada y discos en cajas de cartón, pero las estanterías todavía continúan repletas de discos. Cientos de artistas adornas las paredes. La variedad de estilos, épocas y artistas es impresionante. Joe Bonamassa, Ebodisco, Andrés Calamaro, Novedades Carminha, Public Enemy o Los Saicos son algunos de los artistas que se han ganado un hueco en las estanterías.
"He tratado de traer diversidad", reconoce Eladio. Hay quien dice que el número 1 de la calle Arco "es un museo", una apreciación que fácilmente podrían respaldar los "más de 30.000 discos" que descansan es sus estanterías, muebles y almacén. Sin embargo, las felicitaciones de poco sirven si no se cierra un trato. "Puede entrar una persona y decirte que esto es un museo. Te congratula, pero no te da de comer", explica el dueño de la tienda.
"Antes la gente se dejaba sorprender"
Cree que en A Coruña "falta curiosidad". Echa de menos esos años en los que el cliente, tras varias compras exitosas, pedía consejo al tendero: "Antes éramos más curiosos y atrevidos. Ahora la gente va a sota, caballo y rey", cuenta este leonés afincado en A Coruña. Recuerda la década de los 80 y 90 casi a diario y se apena por lo que, a su parecer, se tenía y se perdió.
"Venían y te decían ‘escógeme un disco que creas que me va a gustar’. Eso era una maravilla". Cree que esa confianza se ha perdido y, con ella, la relación personal entre dependiente y cliente. "Antes la gente se dejaba sorprender", zanja.
Su pasión por la música le llevó a mudarse de León a A Coruña en la década de los noventa, una época marcada por la huella de la movida gallega. Sin embargo, siempre creyó que los coruñeses no se arriesgaban lo suficiente: "Yo noté mucha falta de atrevimiento. Llegué con mucha música independiente a la ciudad, pero la gente seguía prefiriendo los clásicos", recapitula mientras ordena discos en las cajas.
Pérdidas desde 2020
El local arrastra pérdidas desde el covid-19. Durante este tiempo el local ha podido subsistir gracias a la pasión que tiene Eladio por la música. "La música es mi vida, hice esto porque amo la música. Yo quería seguir, pero no se puede", razona. Asegura que nunca tuvo grandes pretensiones y que "con vender cuatro o cinco diarios" sería feliz.
Recuerda que se trata de un pequeño comercio y que es inviable competir en precios con las grandes cadenas de distribución. "Si lo compro a 20 no lo puedo vender a 10", defiende. Además, cree que la compraventa de discos se ha pervertido en los últimos años. "Hay gente que en eso solo ve negocio, no tienen amor por la música", resume. Pone de ejemplo la venta en algunas plataformas online.
Con todo, Eladio también hace autocrítica y reconoce que quizás el modelo de negocio que plantea "no sea para una ciudad como A Coruña" y que habría tenido más éxito en "ciudades con millones de habitantes y con muchas sensibilidades musicales". Pone de ejemplo Madrid, París o Berlín.
Cerrar la que ha sido su vida durante 28 años le apena, pero nunca abandonará su pasión. "A mí lo que hace feliz es escuchar música", reitera. Por el momento volverá a su casa, recolocará los más de 30.000 discos de su colección y se tomará un tiempo. "Quién sabe, igual en el futuro abro otra tienda", remata.