Los hurtos crecen en A Coruña. Los comerciantes de la Calle Real defienden que en los últimos meses la actividad delictiva se ha intensificado en la zona. Y los datos del Gobierno de España respaldan las apreciaciones de los negocios de la ciudad. El balance de criminalidad elaborado por el Ministerio del Interior detalla que en el municipio los hurtos crecieron un 6,2% en el primer trimestre del año.

Hartos de ver como las estanterías de sus negocios eran desvalijadas poco a poco por los cacos, los propietarios de 26 negocios del centro crearon un grupo de WhatsApp en el que avisan a sus compañeros si ven "algún movimiento extraño" en la calle. "Son siempre los mismos, los conocemos. Si vemos que alguno merodea la zona lo ponemos por el grupo", explican participantes de la iniciativa.

Esta singular comunidad se creó a principios de año como respuesta a los hurtos constantes que padecían los negocios de la zona. Las impulsoras de la idea son Carolina y Goretti Carrillo, hermanas y copropietarias de la tienda de productos infantiles Luna Lunera. "Se nos ocurrió crear un grupo para avisarnos los unos a los otros y estar alerta cuando vemos que andan por la zona", afirma Carolina. 

Fundaron el grupo en febrero de 2024, después de sufrir 4 hurtos en pocas semanas. Unos crímenes que, calculan, costaron a su negocio algo más de 400 euros. "Suelen jugar al despiste, te das cuenta al verlo en las cámaras o cuando lo comenta un cliente", detalla la copropietaria de Luna Lunera.

Más de una veintena de empresarios forman parte del grupo de WhatsApp. Muchos de ellos se unieron después de vivir en sus carnes el modus operandi de los ladrones. Patricia Rivera, propietaria de la Farmacia Obelisco, es una de las afectadas. "Entran en las tiendas de la zona con bolsas o mochilas, cogen lo que pueden y escapan. A veces incluso van en grupo y recorren varias tiendas", resume la empresaria. 

Hurtos: penas bajas y un nivel alto de reincidencia

Pero ¿por qué robarían los cacos productos de tan bajo valor? El Código Penal establece que, en caso de que la cuantía de lo sustraído no exceda de 400 euros, la multa a pagar será de uno a tres meses de prisión. No obstante, generalmente los culpables suelen evitar la cárcel. 

El delegado del Sindicato Unificado de Policía de A Coruña, Marcos Franco, explica que son "delitos leves" que "por regla general no acarrean penas de prisión". Una característica que, asegura este agente, empuja a sus autores a reincidir, ya que el beneficio es mucho en comparación con las penas. Desde Luna Lunera, por ejemplo, entienden que las penas son "injustas" y no erradican el problema.

La comisión de este tipo de delitos puede estar motivada por muchos factores. No obstante, hay uno bastante habitual, según relatan desde el SUP: la drogadicción. "Los pequeños hurtos que llevan a cabo son para comprar las dosis de droga correspondientes", detalla Marcos Franco.

El perfil de los ladrones

El delegado sindical describe un perfil que, obligado por la adicción, comete delitos en los que habitualmente no hay agresión ni violencia física, puesto que en ese caso los autores se arriesgarían a penas mayores. "Es muy difícil que te puedan condenar por algo así y, en el caso de que se condene, lo habitual es sustituirlo por trabajo social, multas o, llegado al caso, arresto domiciliario", detalla el representante de SUP en la ciudad.

Mayte Lage, psicóloga y coordinadora de la Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga en A Coruña (Aclad) explicaba recientemente a Quincemil que esta enfermedad tiene cura y que cada vez "más gente está pidiendo ayuda".

En Aclad vienen registrando un "incremento de las demandas de atención" desde hace años. Además, los pacientes de la asociación "transmiten que hay mucha droga en la calle". Lage explicaba a este medio en marzo que la droga más presente sigue siendo la cocaína. "Antes se esnifaba y ahora se fuma, y así es mucho más adictiva porque el efecto es más inmediato", relata.

La vigilancia policial y su papel de disuasión

La Asociación Zona Comercial Obelisco y los comercios consultados por Quincemil están de acuerdo en que la presencia policial en la zona ha aumentado en los últimos meses. Carolina Carrillo, de Luna Lunera, comenta que "las denuncias han ayudado mucho". 

Isabel Porto, presidenta de los comerciantes de la zona, corrobora que las patrullas se dejan ver por la calle Real. Un gesto que, explica, puede parecer mínimo pero suele disuadir buena parte de las actividades delictivas.