En los últimos años está proliferando un nuevo negocio: el alquiler de trasteros. Se trata de locales comerciales e incluso, en algunos casos, de naves que contienen en su interior trasteros de distintos tamaños destinados a que la gente pueda guardar en ellos las cosas y enseres para las que no tiene espacio en sus casas.
Uno de los principales problemas que se están dando en A Coruña es la gran proliferación de este tipo de negocios. Algunos incluso llegan a hablar de una "saturación de la oferta", mientras que otros apuntan a que el problema es "la falta de profesionalidad". Estos últimos hacen referencia a que algunos negocios se diferencian poniendo precios muy bajos, lo cual repercute en la calidad del servicio.
En el caso de Mi Desván, que cuenta con locales en las calles Tui y Cancela, su dueño, Carlos, explica que dan una gran cantidad de servicios a sus clientes. Por un coste extra, ofrecen la posibilidad de recoger a domicilio los enseres y colocarlos en el trastero. Además, una vez afianzado el contrato, cuentan con servicio de limpieza de zonas comunes (extensible al trastero de forma habitual si se solicita), cámaras de seguridad, ventilación, pintura ignífuga, triple cerradura y seguro por daños de incendio, robo o inundación que cubre a los usuarios hasta un máximo de 2.000 euros.
Perfil de cliente
En A Coruña ya se contabilizan más de 20 negocios de este tipo repartidos por toda la ciudad. Los perfiles de clientes más habituales suelen ser particulares en el caso de locales más "céntricos" y de empresas en los situados en polígonos. Carlos, dueño de Mi Desván, explica que "casi todo son particulares, gente de aquí del barrio".
En Mi Desván, afirman que sus negocios "van muy enfocados hacia público particular, somos más de barrio". Explican que tienen gente que lo alquila para poder guardar una bicicleta y no tener que subirla a casa, "aunque vivan en frente". "Hay algún cliente que lleva diez años con nosotros, no competimos en precio, competimos en servicio", explica Carlos.
Como datos curiosos, Carlos cuenta que "tienes muchos a los que les interesa alquilar un trastero para hacer sus fiestas". Sin embargo, esa no es la anécdota más extraña que se ha encontrado, ya que "alguno se ha intentado quedar a vivir aquí", pero ni el trastero ni la puerta del local permiten el cierre desde el interior. "Hay gente que lo ha intentado, que piensa 'me alquilo un trastero de 60 euros y duermo allí'. Aquí tiene baño, pero no ducha".
Infraestructura y obra
Desde la delegación de A Coruña del Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia, Antonio Freire explica que las tres características básicas que debe reunir un proyecto de este tipo de negocio para ser aprobado por el colegio residen en la prevención de incendios, la accesibilidad y el higiene.
Por ley, los pasillos deben tener un ancho mínimo de 1,2 metros por accesibilidad y las puertas de 80 centímetros. En cuanto a la prevención de fuegos, dependiendo del nivel de riesgo que se declare en el local (bajo, medio o alto), se establecerá una serie de dotaciones y sistemas de protección de mayor o menor nivel.
Entre las limitaciones de superficie, los trasteros comerciales deben contar con, al menos, medio metro cuadrado de superficie, sin límite por arriba. Esto difiere de los trasteros vinculados a vivienda, donde el mínimo es de cuatro metros cuadrados.
Carlos explica que, en su experiencia propia, que cada trastero que se quiera instalar en el local, supone un gasto medio de 3.000 euros, a los que hay que sumar el coste del propio local en sí y otros gastos derivados que podrían poner la cuantía total en los 200.000 euros para un negocio de 20 trasteros.
Ejemplos
Una opción de pago es por metro cuadrado. Mi Desván es uno de los negocios más antiguos de alquiler de trasteros en la ciudad, con diez años de antigüedad. Sus precios oscilan entre los 10 y los 25 euros al mes por cada metro cuadrado de superficie alquilada, que varía desde los 2 hasta los 15 metros cuadrados. Cuentan con dos locales en la ciudad y 20 trasteros en cada uno de ellos. En su momento, su gerente vio una oportunidad de negocio y reconoce que ahora mismo hay demanda, pero que puede haber un problema si se masifica.
Uno de los más grandes es Akikeda, situado en el polígono de A Grela y que cuenta con 200 trasteros en sus instalaciones. Los tienen de 10 tamaños diferentes desde 1,5 metros cúbicos el más pequeño. Con precios desde los 25 hasta los 150 euros al mes, tienen ocupado el 98% de sus instalaciones entre empresas y particulares.
Otros son algo más caros, como los que se sitúan en la calle Rubine. Allí cuentan con 24 trasteros de entre cuatro y 11 metros cuadrados de superficie, con un precio que oscila entre los 70 y los 90 euros al mes a los que hay que sumarle el IVA. El objeto que más se almacena en sus instalaciones son las bicicletas y solo permiten contratos de larga duración con un mínimo de permanencia de un año, algo que no sucede en los dos anteriores.